La importancia de que no se paren las obras en construcción ante el avance de la segunda ola de contagios de coronavirus
“Las obras no son fuente de contagio”. Con ese título la Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos de la República Argentina (CEDU) y la Asociación de Empresarios de la Vivienda de la República Argentina (AEV) advierten en un comunicado la importancia de que no se paren las obras en construcción ante el avance de la segunda ola de contagios del coronavirus. “Este sector es clave para reactivar la economía del país, genera puestos de trabajo directos e indirectos de profesionales relacionados a la construcción y millones de metros cuadrados esperando por transformarse en viviendas para todos los argentinos”, defienden en el comunicado.
En la misma línea, la Cámara Argentina de la Construcción y UOCRA también manifestaron la importancia de que no se detengan las obras. En este caso, además hacen historia: aclaran que existió una baja incidencia de contagios en el sector, a lo largo del año 2020, y ejemplificaron con la obra pública que funcionó plenamente durante todo el año pasado. “El reinicio paulatino de la obra privada en las distintas jurisdicciones, a lo largo de 2020, no mostró un incremento de contagios en las zonas donde esa actividad se reinició”, afirmaron. Los firmantes justifican su pedido mediante las estadísticas sanitarias del último año, que demuestran la efectividad de los protocolos vigentes en todas sus versiones, que hacen a la Seguridad e Higiene en obra, acordados con el gremio de los trabajadores constructores y convalidados por el Ministerio de Trabajo y la SRT, desde abril de 2020.
A nivel nacional, según precisan, los contagios han afectado a alrededor de 7000 trabajadores siendo la mayor cantidad de ellos detecciones en puerta de obra de contagios producidos fuera del ámbito laboral, estos datos surgen de los estudios realizados por la Superintendencia de Riesgos del Trabajo. “Estas cifras muestran una incidencia de los contagios significativamente baja, y más baja aún los contagios en obras, teniendo en cuenta que la industria de la construcción cuenta con más de 300.000 trabajadores activos en todo el país”, agregan.
El comunicado de la CEDU y la AEV que nuclean a las empresas que construyen los proyectos inmobiliarios privados recuerda que al reactivarse las obras en 2020, las empresas adoptaron los protocolos necesarios para cumplir con todos los cuidados que el contexto de pandemia requiere para retornar al trabajo y desde entonces los han cumplido estrictamente. “La experiencia vivida desde entonces demuestra que las obras no son fuente de contagio y por lo tanto no deberían ser detenidas. Hay que considerar que el personal empleado utiliza transporte privado provisto por las empresas y no hace uso del transporte público”, detalla Carlos Spina, presidente de la AEV. Agrega que las mismas empresas son las que realizan testeos continuos al personal para detectar casos positivos de Covid-19.
En el mismo comunicado hacen referencia a las declaraciones que realizó el propio presidente Alberto Fernández cuando inauguró la planta de Loma Negra en Olavarría en noviembre del año pasado. “La actividad de la construcción tiene un rol central porque tiene muchas cosas a favor: tiene un efecto multiplicador. Cuando se mueve la construcción, se mueve la de cemento, la de ladrillos, la de madera. Es impresionante. Además, gran parte de todo eso no necesitamos importarlo. La construcción es el motor que va a encender la economía”.
Un sector que viene golpeado
El temor del sector tiene sus fundamentos. De hecho, la construcción fue uno de los sectores más golpeados durante 2020 con caídas de entre 50 y 75 por ciento interanual al comienzo de la pandemia finalizando el año con una baja de 19,5% interanual. En números, desde la UOCRA advierten que se perdieron más de 140.000 empleos. A ese número, hay que sumar el trabajo que derrama el sector con sus obras: arquitectos, ingenieros, entre otras profesiones vinculadas. “Son entre 80.000 y 100.000 empleos adicionales. El cálculo es que por cada trabajador de la construcción hay uno más en otro rubro”, detalla Jorge Pellegrini, de UOCRA. Agrega que un tercio de las personas que trabajaban en el sector a mediados del 2018, hoy está esperando trabajo. De los 440.000 trabajadores que teníamos registrados en 2018, actualmente, recién después de cinco meses de crecimiento, estamos llegando a 300.000. Iván Szczech, presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco) por su parte afirma que la construcción sobrereacciona a cualquier cambio en la economía. Si la economía va a caer, se nota antes. Lo mismo al revés. Es un termómetro”. “Necesitamos que sigan activas las obras con todos los protocolos y medidas sanitarias adecuadas, como se viene haciendo. Aprendimos a extremar las medidas necesarias para poder llevar adelante las actividades, reduciendo al máximo los riesgos de contagio”, afirma Damián Tabakman, presidente de la CEDU.
La preocupación del sector se da en un contexto particular. Hace tres semanas el Gobierno publicó en el Boletín Oficial la ley de incentivos a la construcción y acceso a la vivienda, que genera beneficios impositivos para quienes compren departamentos en construcción con avances de hasta el 50 por ciento. De esta forma el Gobierno busca que el sector de la construcción sea el motor de una posible reactivación económica. Sin embargo, se demora la publicación del decreto reglamentario , clave para que la AFIP, el organismo a cargo de su reglamentación, instrumentalice la norma, aprobada por unanimidad en el Congreso. En los hechos, sin decreto y sin reglamentación no hay ni procedimientos formales ni garantías que hagan efectivo al blanqueo o a las ventajas impositivas, pensados para motorizar a un sector clave de la economía. La demora es especialmente preocupante porque, con la publicación, ya empezó a correr el plazo para sincerar fondos sin que sea posible hacerlo. Una alternativa al retraso podría ser la introducción de una prórroga. “La expectativa con el blanqueo es que, se reinicien unas 30.000 viviendas. Hay que tener en cuenta que estás últimas representan casi 80% de la obra privada. Y la obra privada el 70% del total”, finalizan en el sector.