Atraen por su capacidad de resistencia y también por los tonos de los que se tiñen sus hojas con el devenir de las estaciones. Aprendé cuánta exposición al sol requieren, cuánto debés regarlas y cómo protegerlas de los hongos.
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En el fascinante mundo de las suculentas, las echeverias son las favoritas de muchos. Su rusticidad y la capacidad de vivir sin problemas en exteriores, en un clima templado-cálido, las convierten en las preferidas de principiantes o avezados coleccionistas.
Más de 150 especies
De muy distintas formas y colores (unas 150 especies componen el género), las Echeveria poseen hojas suculentas dispuestas en rosetas, que nacen en el extremo de tallos de diferentes largos, aunque algunas son acaules (sin tallo).
Muchas crecen de mata -a partir de la roseta madre crecen hijuelos alrededor-, mientras que otras permanecen solitarias.
El atractivo de sus colores
Las hay de textura sedosa y también las hay pubescentes, es decir, que tienen vellos.
Parte de su atractivo se da con el transcurrir de las estaciones: estas plantas fabrican clorofila en verano, lo que da tonos verdes a sus hojas.
En otoño, al dejar de producirla, cambian a colores como bordó, gris oscuro o negro. Pueden ser glaucas, azuladas y de hojas muy coloridas, incluso de colores pastel, de gris a rosado, pasando por la gama de violeta y lila.
Para que conserven sus colores precisan mucha luz, poca agua y compuesto (sustrato) estándar de suculentas
Consejos de cultivo
Se caracterizan por ser de fácil cultivo.
- El riego correcto es fundamental y es preferible usar aguas blandas para no manchar sus hojas.
- Si bien se puede dejar la planta seca durante el invierno, es preferible regar para evitar la deshidratación, ya que algunas de las especies florecen en esta época y por lo tanto necesitan agua.
- Se las puede regar bien profundo cada quince días aprovechando las tardes o mañanas cálidas.
- Salvo excepciones, se las debe cultivar al sol.
- Son tolerantes al frío.
- Las echeverias pubescentes deben ser especialmente cultivadas al sol y en un lugar con buena aireación, para que mantengan la forma y el color de sus rosetas y evitar el ataque de los hongos.
Suelen emitir raíces aéreas, generalmente cuando la planta envejece o la maceta está colmada y la tierra agotada o cuando la parte superior del tallo se vuelve leñosa y le resulta difícil hacer llegar agua a las hojas.
También es frecuente que pierdan las hojas inferiores y que siga creciendo la roseta en la punta mientras que el tronco queda pelado.
La caída de hojas secas es un mecanismo para mantener la humedad en sus hojas nuevas si la planta sufre deshidratación
Las hojas secas son propensas a ser nido de cochinilla algodonosa. Así que el mejor consejo es mantener la planta siempre aseada.
Estas plantas suculentas emiten una larga inflorescencia que agrupa pequeñas flores en forma de campana, de color amarillo, naranja o rojo, en general bicolor, y son muy duraderas.
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