Es un residuo de la industria cocotera -de los que más crecieron en los últimas 30 años- y es el sustrato que tus plantas necesitan.
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Ampliamente utilizado en los sustratos de semilleros, huertas y plantas, la fibra de coco es un cultivo de gran calidad y respetuoso con el medio ambiente. Antes de ser utilizado para el cultivo, del total de las plantaciones de coco, solo un 15% de la fruta se consumía. El resto acababa quemándose, o en las playas como residuo después de beber su agua. Hablamos de más de 3 millones de toneladas de cáscaras de coco al año, que de forma natural tardarían más de 10 años en descomponerse. Por fortuna, este recurso natural encuentra otra forma de aprovechamiento, en una época en que el cultivo personal cobra gran vigencia, sea en hortalizas y frutas para el consumo, como para reducir la huella de carbono.
Aunque a veces se lo conoce como “turba de coco” es necesario aclarar que no es turba. Se comercializa en diversas presentaciones, los más conocidos los ladrillos, que facilitan su transporte y almacenamiento. Para liberar el sustrato, solo hay que humedecerlo, pero también es posible mezclar con otros materiales. Te contamos sus beneficios y usos para que puedas incorporar a tus macetas, terraza, jardín o huerta.
¿De dónde proviene? De la cáscara extraída del coco, que pasa por un proceso de trituración en el que se separan las fibras más largas, en una gama de tamaños de partículas. La mezcla sobrante (la médula, conocida como polvo de fibra de coco) se utiliza con fines hortícolas. Luego pasan por un proceso de lavado con nitrato de calcio y nitrógeno, que ayuda a reducir su pH.
¿Por qué es sustentable? Porque aprovecha un residuo producido por la industria cocotera y así se elimina el impacto ambiental generado por la turba a la hora de extraerla de la naturaleza. Este multiplicará su volumen de forma considerable, dando como resultado un material ligero.
¿Cuáles son sus ventajas? Tiene un pH entre 5,5 y 7, apto para la mayoría de las plantas (es a este pH que absorben mejor las nutrientes, presentes en formas químicas asimilables). A diferencia de la turba, se rehidrata con facilidad y retiene agua y humedad, pero sin encharcar. Es mullido y facilita la aireación. Tiene la capacidad de retener y liberar nutrientes. Mejora la estructura del suelo. Es resistente a los rayos del sol. Tiene baja conductividad térmica, por lo que puede utilizarse para proteger del calor o del frío. Su alto contenido en lignina, favorece la presencia de micoorganismos beneficiosos para la zona radicular y evita la descomposición. Previene enfermedades de las plantas. Su extracción y posterior eliminación no tiene impacto ambiental, puesto que es un producto orgánico y natural. Además, se puede reutilizar de 2 a 3 ciclos completos.
¿Qué más debo tener en cuenta? Como carece de nutrientes, es aconsejable utilizarla junto a otros materiales. Por ejemplo: una parte de humus de lombriz, una parte de vermiculita, una parte de arena y una parte de fibra de coco. También podría ser arcilla expandida o carbón vegetal. No utilizar marcas desconocidas, o que no indiquen origen, porque pueden venir poco lavados o con poco tiempo de maduración.
En La Argentina
Leandro Pigliacampi es socio fundador de Seed Science, importador que cuenta que a nuestro país la fibra de coco llega de “Centroamérica y algo de Europa, directamente de las playas. Es un material que viene muy lavado, por el sodio y potasio del mar”. Su empresa se dedica mayormente a proveer herramientas para el cultivo del cannabis. “Es una planta que indoor tiene cultivo cada tres meses. Lo que tiene de bueno el coco –en lugar de tierra y perlita- es que no tenés esa rotación. Al ser inerte, quizá recién rotás entre un año y medio o tres. Pero sí es importante aportar nutrientes a través de fertilizantes”, aporta.
Una de las marcas que se consiguen en el país es Jiffy, con un sistema de cultivo propio, e incluye tres productos y tres pasos: moneditas de germinación, Growblock o ladrillos (de 5x5, 8x8 o 10x10cm) y las easy fill bag o bolsas (de 5, 8 o 14 litros). “Las monedas se humedecen y ahí se hace la germinación. Una vez que está lista, se pasa a los ladrillos que tienen un redondel en el medio, donde entran las moneditas. Cuando la planta crece -por ejemplo en el 10x10cm, hasta los 50cm de alto-, se apoya en la bolsa. Y se termina el cultivo ahí, con todas las fases de floración”, explica Leandro.
Verdeagua es una empresa que brinda acceso a la producción de alimentos frescos, sostenibles, de alto valor nutricional y cultivados localmente. Recibieron un Premio Latinoamérica Verde en la categoría Ciudades Sostenibles (2020) y cuentan con el Sello Empresa Sustentable de la Secretaría de Ambiente de la Nación. Nicolás Moreira, es COO de la empresa, cuenta que la fibra de coco se utilizaba originalmente en la hidroponia. Nos explica que, ya sea que se use de bolsa o ladrillo, en ambos casos conviene revolver el coco, sin apretarlo, para airearlo y volverlo lo más esponjoso posible. Al hidratarlo, usar agua de la canilla, no agua blanda.
Algunos de los usos de fibra de coco
- Vegetales y hierbas aromáticas: facilitan el buen desarrollo de las raíces, y permite que las plantas tengan el agua y los fertilizantes que necesitan. Además, protegen de plagas y enfermedades transmitidas por el suelo. Cuando se utilizan las macetas de fibra de coco, también se elimina la necesidad de quitar la maceta.
- Plantas de jardín: anuales y perennes, macetas de patio, colgantes o para cobertura de suelo, las mezclas de fibra de coco retienen agua, y su porosidad garantiza plantas uniformes, bien enraizadas y llenas de flores. Hay mezclas especiales con perlita y granulado de arcilla.
- Frutos: las plantas jóvenes se asientan fácilmente y se trasplantan con éxito. Están diseñados para eliminar plagas y enfermedades, optimizando niveles de agua y fertilizantes. Todas las frutas, incluyendo frutillas, frambuesas y arándanos, uvas y hasta café, responden muy bien a este sustrato.
- Flores: este sustrato maximiza el espacio, minimiza el riesgo de plagas y enfermedades. Si además cuentan con nutrición e irrigación adecuadas, generan altos rendimientos y una producción estable. Este medio de cultivo ayuda también a proteger la cosecha de la pudrición. Fue probado con éxito en gerberas, crisantemos, rosas y claveles. Los tapones de fibra de coco son especialmente efectivos para las orquídeas Phalenopsis, que aseguran que la planta crezca a un buen ritmo y se mantenga compacta.
- Plantas en macetas: asegura raíces vigorosas, de crecimiento compacto. Si se agrega arcilla, se reduce el estiramiento de la planta. Si se añaden fracciones de turba y corteza de coco, se crean sustratos húmedos pero aireados. Funciona con plantas de flor, hoja y cactus.
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