Construida por la familia Anchorena en 1840, esta casa le perteneció durante años a la artista plástica Mimi von Sanden, que la llenó de vida con obras propias y de su vasta colección.
“Esta es la casa que más feliz me hizo. Tiene buena onda. Algo que le es propio y que no puedo describir muy bien”, nos contaba hace 15 años Mimi von Sanden cuando le preguntamos qué se sentía vivir en esta porción de historia. Nacida en el Uruguay y criada en la Argentina, se casó en Alemania, donde permaneció largos años. “Cuando se tiene la experiencia de vivir mucho tiempo en dos lugares, uno termina extrañando siempre algo del otro. Pero lo que puedo decir es que en ambos me siento en casa”.
Hoy en día, la casa se ve desde la calle Anchorena, ya que allí abrió hace dos años Nuva Café. Pero antes había que espiar entre los cercos de ligustrina el camino de lajas de casi cien metros que cortaba el jardín añoso hasta llegar a la puerta original de la casa, que Mimi había pintado de un intenso rojo.
Reforzando la disposición longitudinal del hall de recepción, una alfombra de Afganistán. Entre las puertas que conducen a la cocina, una silla-escultura de Stefan Wewerka (1928-2013), arquitecto, artista plástico y diseñador alemán gran amigo de la dueña de casa, que será una presencia constante en el recorrido.
Una artista de su tiempo
Fue en Alemania donde Mimi desarrolló su carrera artística y trabó amistad con creadores como el mencionado Stefan Wewerka y algunos integrantes de Fluxus (del que formaron parte Joseph Beuys y Yoko Ono), grupo que sacudió la escena cultural de los 60 usando nuevas conexiones entre música, poesía, artes visuales, danza y teatro. Con Wewerka, además de arquitecto, pintor y diseñador de objetos y muebles (“un artista completo”) montó su departamento en Alemania, varias veces fotografiado para revistas internacionales. Por si fuera poco, el hecho de que uno de sus cuñados fuera editor de libros de arte le permitió conocer, por ejemplo, a Picasso y a Miró.
"Nunca cambié los muebles: los fui llevando por dondequiera que viví. Combinan con lo que sea, incluso con los que heredé. Mi colección de muebles habla de mi historia, es la base de mi vida."
Mimi von Sanden
“Lo maravilloso de estas casas antiguas es que no imponen nada. Se les puede poner lo que uno tiene, antiguo o moderno. Uno se olvida de lo histórico, porque se convierte en presente”.
Frescor de galerías
Funcionalidad alemana en la cocina
Si para ese entonces tenía 20 años, el mueble de cocina de la fantástica marca alemana Bulthaup se sigue viendo moderno. Tiene anafes eléctricos, es fácilmente desmontable y se puede regular la altura de la mesada. Al igual que en el resto de la casa, este ambiente no escapa a la influencia del arte, con cuadros y una silla de tres patas de Stefan Wewerka.
El escritorio
Lo esencial
De pequeñas dimensiones, como solían tener los ambientes privados en casas de otro tiempo, el dormitorio mira al parque en barranca tras los postigones y las rejas coloniales.
Más ámbitos de creación
“Estar siempre en contacto con las plantas, su perfume… vivir en esta casa me inspira para lo que yo hago”, compartía la artista, añadiendo que desde la mudanza a esta casa, su producción iba en constante en aumento.
“Uso la fotografía para integrarla a mis obras en forma de collage, pero no puedo decir que tenga un estilo definido. En esta época en la que todo parece estar inventado, ser personal es lo más importante”.