Las socias de Kuperdesign, hicieron para esta obra muebles de piso a techo en los que ubicaron (reveladas y ocultas) todas las funciones del hogar.
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Las historias de Instagram que muestran departamentos ínfimos donde una cama aparece del placard y un tramo de pared se rebate para convertirse en mesa/tabla de planchar, hipnotizan. Pero preferimos guardar esas imágenes en la carpeta mental de “Japón” antes que como un proyecto real. Nos atraen cada vez más los espacios chicos, versátiles y estéticos (ni hablar si vivimos solos), pero todo tiene un límite.
Ver con otros ojos
Cuando las convocaron para reformar por completo este monoambiente, las arquitectas Laura Kalmus y Samantha Kuperschmit, de Kuperdesing, expositoras de Experiencia Living 2022 y 2023, le propusieron a su clienta una solución poco frecuente en Argentina. Le presentaron la cama rebatible de un modo positivo y tentador: era una promesa de privacidad contenida por un mueble de piso a techo que aportaría lugar de guardado (pero también diseño), en un color sereno y con un sistema de plegado suave.
"Las camas rebatibles tienen una connotación bastante negativa en la Argentina, donde la gente está más acostumbrada a vivir en ambientes grandes."
Arqs. Laura Kalmus y Samantha Kuperschmit, de Kuperdesign
“La cama tiene amortiguación neumática y un sistema eficiente que garantiza el movimiento liviano. Además, sus componentes son fáciles de reponer, algo que siempre hay que contemplar en los elementos de uso diario”.
Un color que no abruma
“Dimos con un color alegre y sereno que hilvana el conjunto y logra que los muebles no se perciban como bloques pesados. Además, se lleva muy bien con el acero de los herrajes y artefactos”.
“Dejamos un espacio entre los módulos porque la dueña de casa quería que entre ellos pasara un divisor corredizo ligero para tener cierta privacidad. Con el uso, vio que no era algo que necesitara urgentemente”, recuerdan.
Pensado con ingenio
“En todo momento pensamos en cómo marcar la verticalidad. De lo contrario, la impresión hubiera sido de módulos ‘petisos’”, dice Laura Kalmus.
“Después de haberse usado hasta el cansancio hace unas décadas, otro elemento con mala prensa es el granito gris mara. Como teníamos un presupuesto limitado, apelamos a otro menos visto, pero también económico”.
“Hicimos la barra a la altura de la mesada para mantener un equilibrio visual y funcional. El extremo curvo evita esos feos golpes contra una punta y da lugar a más banquetas, lo mismo su pata única”.
Plano detallado: qué se hizo
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