Crece la tendencia de los lugares que sirven menú de desayuno en todo momento: de los pancakes y el avocado toast a los huevos mollet, recorrido para los amantes de la primera comida del día
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No hace tanto, era una imagen más propia de Estados Unidos y sus diners abiertos a toda hora. Los pancakes al mediodía, los huevos revueltos cremosos a media tarde, el refill de café siempre listo. Pero ese hábito tan norteamericano de a poco empezó a encontrar eco también en Buenos Aires, muchas veces de la mano de propuestas con inspiración de aquellos pagos. Hoy, esa lógica sin reloj gana terreno en la ciudad: espacios luminosos, cartas amables y la posibilidad de sentarse cuando uno quiera a disfrutar un plato que huele a mañana, aunque afuera el día ya vaya por la mitad.
1. Nicky Cheese: el mood del desayuno eterno

Si hay un lugar que logró poner en vidriera el concepto de “desayuno all day“, es Nicky Cheese, una de las aperturas más celebradas del 2025. Sin embargo, no nació con esto en mente, su idea original fue crear el mejor cheesecake de Buenos Aires. Ese foco los llevó a meses de pruebas hasta lograr una torta fiel a la tradición americana. Y con el tiempo, la pregunta fue inevitable: ¿por qué no acompañarlo con una experiencia gastronómica que completara ese universo? “En Buenos Aires casi no había propuestas de diner americano enfocadas en el desayuno y en el all day breakfast, así que ahí encontramos una oportunidad clara”, relata Nicolás Schattner, cofundador. Pastelería, cultura estadounidense y una estética marcada terminaron de darle entidad al proyecto.

El plato más pedido fuera del horario tradicional es el American Breakfast, convertido en un clásico inmediato. “Trae los elementos tradicionales del desayuno americano: huevos revueltos cremosos, panceta crocante, tostadas o pancakes, manteca, maple y acompañamientos”, explican. Funciona a cualquier hora del día porque tiene ese costado de comfort food que abraza y reconforta, ya sea a la mañana o a las seis de la tarde. El comportamiento del público también cambió. “Hoy la tendencia del all day está muy instalada. Las personas quieren poder comer lo que desean, cuando lo desean”, dicen. Como Nicky no abre de noche, muchos incluso hacen una especie de cena temprana con comida de desayuno, algo impensado hasta hace unos años.
La ambientación es otro de los motores de la propuesta. La estética de diner, la paleta de colores y la música crean un clima que habilita una pausa. “Esa vibra hace que desayunar a cualquier hora se sienta natural… el espacio te invita a relajarte y a disfrutar, sin importar el momento del día. La ambientación acompaña la gastronomía y refuerza la idea de que el desayuno no es un horario: es un mood”.
Montañeses 2671, Núñez. Instagram: @nickycheese.ba.
2. Jay’s: el espíritu del diner

En Jay’s, la escena podría ser perfectamente la de un diner al norte de Manhattan: el olor a manteca tibia, el ruido del café filtrándose, los platos generosos que salen de la cocina a toda hora. Esa fue siempre la idea. Como cuenta Juan Ignacio Colli, dueño, “nos gustó la idea de traer el concepto tal como es. En el clásico diner estadounidense que vemos en las películas se sirve desayuno todo el día, con platos contundentes que incluyen los clásicos huevos y bacon; pero también hash brown o pancakes. Así que pensamos desde el principio que ese sería nuestro fuerte”.
La respuesta porteña no tardó en llegar. Colli señala que “los pancakes y waffles son muy elegidos tanto para desayuno, como para merienda”, incluso como postre en mesas que buscan algo dulce. Aun así, lo que más sale en cualquier momento del día son los combos completos. El Upper West Side se convirtió en un favorito absoluto: huevos, bacon, hash brown, pancakes con syrup, pan, café de filtro con refill y jugo de naranja.

Esa identidad tan marcada fue construyendo una comunidad fiel. “Tenemos clientes que vienen todos los fines de semana y ya los conocemos”, cuenta. Durante la semana, se suman muchos estadounidenses que estudian o trabajan en Buenos Aires y que encuentran en Jay’s un pedacito de su rutina diaria. También llegan latinoamericanos que buscan desayunos más contundentes que los locales. “Nos tomamos muy en serio lo del diner estadounidense y estamos siempre enfocados en que la experiencia sea lo más parecida posible. Definitivamente, el desayuno es nuestro fuerte. Es donde nació la idea de Jay’s”, resume su dueño.
Beruti 2640, Recoleta. Instagram: @jaysamerican.
3. Surry Hills: la mística del brekkie australiano
En Melbourne o Sídney, el desayuno no tiene horario: es un gesto cultural, una forma de empezar el día tantas veces como haga falta. Esa tradición fue la que inspiró a Surry Hills Coffee. “Es en Australia que nace este concepto de all-day breakfast o ‘brekkie’”, cuentan sus fundadores. “Y probablemente el barrio de Surry Hills sea el epicentro. De la mano de Bill Granger, este concepto llegó a conquistar el mundo. Así que no tuvimos que forzar la conexión: simplemente sucedió”. Esto se refleja en platos que funcionan a cualquier hora: avocado toast, bacon and egg roll y eggs benny, clásicos del desayuno australiano que la marca empezó a servir con sello propio.
Pero hay diferencias entre el hábito local y el australiano, sobre todo en los horarios. “En Australia los cafés abren desde las 6 de la mañana y cierran a las 3 de la tarde; acá arrancamos más tarde y seguimos hasta las 8 de la noche estirando la merienda, algo que allá no existe”, explican. Lo que sí comparten es la búsqueda de calidad: “Sostenerla es el gran desafío. Formamos constantemente al personal, trabajamos con productos de altísima calidad y producimos en los valles para no cortar el servicio”.
Ese equilibrio de café de especialidad y cocina consistente es, dicen, su mayor diferencial. “Durante muchos años existieron lugares con desayunos increíbles pero con café de mala calidad, o cafeterías excelentes con muy poca comida”, explican. Ellos eligieron unir ambos mundos. “Todo en Surry Hills tiene una vuelta, un toque de frescura, de acidez, de aroma. Nos gusta resumirlo en calidad con calidez”.
Arévalo 2877, Cañitas. Instagram: @surryhillsbuenosaires.
4. Barragán: la libertad de elegir

En Barragán, la experiencia empieza con una premisa clara: el desayuno convive con la cocina callejera mexicana desde la mañana hasta el atardecer. “Desde que abrimos nuestro primer local en Caballito tenemos un menú que se mantiene igual durante todo el día”, cuentan los socios Sebastián Popritkin y Agustina Lanteri. “Hay pastelería artesanal, laminados que hacemos nosotros, productos típicos del brunch y platos de la cocina callejera mexicana. Queríamos que todo esté disponible para que cada persona elija su camino”.

Esa mezcla se refleja en lo que pide la gente según la hora. “Para el desayuno suele salir mucho el chipá (clásico o con tajín picante) o los huevos revueltos con panceta o palta, tomates confitados y pan de masa madre”, dicen. Al mediodía ganan terreno los tacos de alambre y las quesadillas de hongos, mientras que los más tardíos empiezan el día con un burrito de pollo o unos huevos divorciados con frijoles y salsas picantes. A la tarde, vuelve lo fresco: “Piden tostón de palta con crema de maíz, pickles y hierbas”.

Entre platos que cruzan brunch y México, y una carta disponible sin horarios rígidos, Barragán logró un sello propio: un lugar donde el chipá convive con el burrito, el café de especialidad acompaña tortillas recién hechas y cada uno puede “perder la noción del tiempo”, como definen sus socios.
Nicasio Oroño 1195, Caballito; Cabrera 3697, Palermo; Roseti 177, Chacarita; y Superí 4301, Saavedra. Instagram: @barragan.cafe.
5. Watson’s: desayuno en un rincón histórico

En Watson’s, la idea de desayuno todo el día nació de la necesidad de sus clientes. El local, ubicado en uno de los edificios más emblemáticos de Belgrano, funciona como un refugio para quienes tienen rutinas cambiantes. “La idea de ofrecer desayuno todo el día surge de querer brindar una experiencia gastronómica flexible”, explican sus creadores. “Muchos de nuestros clientes, especialmente los que trabajan en el área de Belgrano, tenían horarios irregulares y no siempre podían desayunar a la hora tradicional. Nuestra cocina no tiene horarios”. En su carta conviven tortas, tostadas, omelettes, jugos detox y avocados, pensados para funcionar en cualquier momento del día.
En esta línea, el plato más pedido es el avocado toast, que se convirtió en un éxito transversal. “Es una propuesta fresca que se puede disfrutar en cualquier momento del día… nuestros clientes lo piden a todas horas”, cuentan. Lo preparan con pan artesanal, palta, huevo y tomate cherry, aunque la flexibilidad es parte del sello de Watson’s: “Si quieren agregar queso feta, se puede. Si quieren otro tipo de huevo, también. Nuestro avocado toast y la mayoría de nuestros platos se pueden personalizar para que sea perfecto para cada uno”.

La cocina busca abarcar todos los paladares con un estilo que mezcla lo clásico con opciones más elaboradas. “Trabajamos con ingredientes frescos y proveedores de confianza para asegurar la mejor calidad”, sostienen. También ofrecen alternativas para vegetarianos, veganos y celíacos, reforzando esa idea de un espacio abierto, amable y adaptable, donde cada comensal encuentra un desayuno posible sin importar la hora del día.
Vuelta de Obligado 2070, Belgrano. Instagram: @watsons.ba.
6. Ávito: un brunch artesanal

En Ávito, instalado en un ex convento de Villa Devoto, el brunch se vive como una experiencia libre y expansiva. “No hay horarios y así lo quisimos desde el primer día. Todo se puede comer en cualquier momento, para que el comensal sea libre de elegir lo que más le tiente cuando lo desee”, cuenta Julio Figueroa, chef y socio del proyecto. Para facilitar esa elección organizaron la carta en secciones: pastelería artesanal (con laminados, scones, cookies, alfajores y tortas del día); un apartado de “huevos y algo más” con omelette, revueltos o mollet, tostadas francesas y frutas; y opciones entre panes donde conviven sándwiches, hojaldres, focaccias y croissants rellenas. También suman platitos salados de estación para complementar.
Esa estructura abierta permite que muchos clientes combinen elementos de distintas secciones según el momento del día. “Muchos vienen por la cafetería y combinan productos del brunch”, explica Figueroa. Entre los más pedidos aparecen los croissants rellenos -dulces o salados-, las cookies, los brownies, el hojaldre de jamón y queso tipo fosforito y el tostadito en pan de chipá.

La estética luminosa del espacio acompaña esa lógica sin reloj. Con ventanales altos, maderas claras, un corredor que se abre hacia pequeños salones y un deck pensado para la temporada cálida, Ávito combina pastelería propia, cocina estacional y comfort food artesanal. Un lugar donde el brunch dejó de ser un horario para convertirse en un aliado de todo el día.
Pareja 3670, Devoto. Instagram: @avito.bistrocafe.








