Desde Ramos Mejía hasta Villa Crespo, los exponentes de buena pizza se expanden en toda la ciudad y en el Gran Buenos Aires.
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El amor de los argentinos por la pizza es indiscutible. Y la gastronomía se encarga de replicar con fuerza ese amor. En los últimos años creció especialmente la movida de la pizza napoletana, la de masa tierna y delgada pero con bordes altos e inflados -aunque siempre hay lugar para versiones más porteñas, en clave de media masa y hasta otras de autor- con diversas propuestas desplegadas por la ciudad y el conurbano.
Prueba de este furor es el Campionato Scuola Pizzaioli, que celebra su cuarta edición el 28 y 29 de septiembre en el marco de la Feria Internacional de Turismo, en La Rural. Con la colaboración del Consulado General de Italia en Buenos Aires, el certamen fue creado con el objetivo de mantener vivas las tradiciones y raíces culinarias italianas, destacar el talento local y reafirmar al país como referente de la pizza.
Y aunque posiblemente Palermo sea el lugar donde más pizzerías por metro cuadrado haya, el fenómeno no se agota en el barrio de moda. Las siguientes cinco propuestas fuera del circuito más obvio lo comprueban.
1. En Núñez: Demone Pizza
No hubo mucha duda acerca de dónde instalar el negocio. Cuando Santiago Cavalchini comenzó a pensar en crear su propia pizzería, siempre supo que sería en Núñez. Nacido y criado en este barrio, el espacio surgió casi a la par de la idea del proyecto, con un gran aliciente: encontró un local muy cerca de donde vivía.
El inicio de Demone fue en 2020, a partir de la pandemia. Si bien Santiago, arquitecto, siempre había tenido interés por la pizza de estilo napoletano, en esos momentos en los que el mundo estaba detenido, tuvo más tiempo que nunca para practicar sus recetas y preparar versiones para sus amigos. Luego, las cosas se fueron dando de forma natural: llegó el local, apareció el equipo y junto a su mujer, Paula Fernández, le pusieron toda su energía al proyecto. También la creatividad, porque el nombre deviene del apodo con el que Paula es conocida en redes como influencer, @paulaconmonio, pero un poco metamorfoseado, para terminar siendo demonio en italiano.
El público es mayormente del barrio, de entre 25 y 45 años, y el hecho de que sea un local pequeño lo vuelve tan íntimo como boutique. “Cuidamos nuestro producto, la materia prima, la carta de vinos. Todo se estudia de forma meticulosa para poder ofrecer lo mejor siempre”, detalla Santiago. ¿Algunos hits? La Hot Cipolla, con mozzarella, cebolla y sweet chili, una mermelada picante y ácida casera a base de morrones y jalapeños, así como la fugazzeta rellena estilo napolitano. Para arrancar, no puede faltar el pan de ajo y el vermú América.
Cramer 3476, Núñez. Instagram: @demonepizza.
2. En Villa Adelina: Crosta Pizza
Da la sensación de ser uno de esos proyectos que llevan largo tiempo abiertos. Sin embargo, Crosta Pizza data de septiembre de 2021. La familiaridad quizás resida en sus creadores: se trata de los emprendedores gastronómicos Gustavo Millozzi y Claudio García, administradores también de la parrilla El Retorno, ubicada en la misma cuadra y que data de 1994.
En este caso, el local se ubica en una esquina y cuenta con un patio exterior que cotiza alto en estos días primaverales. Pero es el horno a leña el mayor protagonista de la casa, de donde salen 14 variedades de pizzas que llevan el nombre de las calles de Villa Adelina. Como dato de color, a veces hay promociones para quienes viven en las avenidas cuyos nombres coinciden. Entre las más pedidas destaca la Moreno, con mozzarella, mortadela y pesto de albahaca. La masa utilizada proviene de antiguas recetas italianas y atraviesa un proceso de fermentación de tres días en la heladera. El borde (o cornicione, en italiano) es similar al de la pizza napolitana, alto y crocante.
Como buena pizzería de barrio, aquí también es posible pedir fainá, empanadas (clásicas y gourmet), focaccias y uno de sus mayores éxitos, los Crosta dogs, panchos elaborados con la masa de pizza. Y también con ingenio: cada una de las 11 variedades lleva el nombre de una raza de perro distinta. La fiesta se cierra con los postres, versiones de pizzas dulces y crocantes que se pueden pedir en formato tradicional o forma de corazón.
Av. Lamadrid 1710, Villa Adelina. Instagram: @crostapizza.
3. En Recoleta: Piccantino
Apostar a la calidad. Eso fue lo que se propusieron los creadores de Piccantino cuando abrieron su primer local con una ventanita a la calle en Recoleta, sobre Rodríguez Peña. La cuarentena comenzaba a ceder en sus restricciones en mayo de 2021 cuando Luciano Papagni vio el momento ideal para lanzarse al mercado. Lo hizo con una pizza que hace foco en los ingredientes premium. “Al existir muchísimas pizzerías, lo principal para nosotros es siempre mejorar la calidad según el gusto de nuestros consumidores”, detalla. Convencido de que si algo bueno dejó la pandemia fue la noción de las bondades de la masa madre para el organismo, en las pizzas de Piccantino la masa es reina y señora.
¿Y por qué Recoleta? Por su público, por el turismo siempre presente y por el nivel de marcas que conviven en sus calles. Hoy también tienen una sucursal en Palermo, sobre Godoy Cruz, pero siguen mirando con especial amor a ese local inicial. Allí se despachan clásicos como la Margherita, pero también creaciones propias con mucha personalidad como la pizza de papa y provolone o la Diavola, con pepperoni y alioli.
Con dos locales existentes, hoy su mira también está en la expansión a otros barrios. “Estamos trabajando duro para llegar a los puntos más importantes de la ciudad lo antes posible”, anticipa Papagni. Habrá que estar atentos.
Rodríguez Peña 1216, Recoleta. Instagram: @piccantino.pizzeria.
4. En Ramos Mejía: Pompeya Pizza Napoletana
Puede jactarse de ser la primera pizzería napoletana de la Zona Oeste del Gran Buenos Aires. Más precisamente, de Ramos Mejía. Pompeya Pizza Napoletana desembarcó en 2022 de la mano de cuatro amigos y socios que llevaban algún tiempo emprendiendo por aquellos lares. “Desembarcamos en Ramos Mejía porque sentíamos que faltaba una propuesta como ésta. También porque nos enamoramos del local, una estructura de principio de siglo que había sido reformada, pero nosotros le terminamos de dar identidad mezclando y realzando su arquitectura clásica”, cuenta Gonzalo Chaves, uno de los socios.
La de Pompeya es una pizza que se distingue por sus bordes inflados y su piso suave, con bollos que se hacen a partir de harinas orgánicas, masa madre y una fermentación en frío de 48 horas. En su horno a leña la cocción no supera los 60 segundos y la alimentación es estrictamente con quebracho blanco. De toda esta minuciosidad salen 16 sabores que incluyen combinaciones de autor y opciones vegetarianas y veganas. Está la Queso Deluxe, con queso de cabra, mozzarella, queso sardo, pesto y crocante de parmesano, y también la Troya Vegan, con pomodoro de tomates italianos, pesto trapanese, mozzarella vegana a base de tofu, perejil y menta picada, por solo nombrar algunos ejemplos. Aunque también hay platitos para tentarse, como las gírgolas crocantes o los gnocchi fritos.
Y no solamente hay pizza: aquí también pueden vivirse veladas relajadas amenizadas con shows íntimos, suerte de “tiny desks” locales.
Alem 325, Ramos Mejía. Instagram: @pompeyapizza_.
5. En Villa Crespo: Soler Vino Club
Nacido como Soler Vino Pizza en Palermo, el éxito del emprendimiento ha logrado extender sus fronteras. Por eso, Villa Crespo acaba de recibir a Soler Vino Club, una nueva versión de la propuesta.
En este negocio, el orden de los factores incide en el producto: el vino va primero porque fue el corazón de la idea. Desde el inicio, los tres socios creadores comenzaron pensando en un lugar donde acercar vinos elaborados a conciencia por pequeños productores con baja intervención y criterio de sustentabilidad. Como maridaje ideal, eligieron un producto igual de noble, una pizza ancestral, ligera, fácil de digerir y con sabores plenos, la auténtica versión romana.
Celebrando su quinto aniversario, los socios redoblan la apuesta con esta apertura en Villa Crespo, donde también tendrán un exclusivo club con membresía y actividades culturales en la línea de degustaciones de vino, ciclos de música y talleres. Aquí tampoco faltarán las más de 300 etiquetas seleccionadas ni las 40 variedades de pizza disponibles, todas hechas con ingredientes italianos (como la salsa de tomates y el prosciutto), lácteos y charcutería artesanal, vegetales de la huerta y hasta un aceite de oliva extra virgen que un productor mendocino prensa a pedido. Su especialidad emula el estilo romano y es realizada con una fermentación de 24 horas en frío y una cocción de 2 minutos con fuego directo de leña. Así, sale finita, de base crujiente y masa sabrosa. Una de los imperdibles es la Stracciatella, con salsa de tomate italiano, la infaltable stracciatella, ajos confitados y albahaca fresca.
La casona remodelada, con patio, terraza y mesas sobre la vereda, ya abrió sus puertas, justo a tiempo para disfrutar la primavera.
Aguirre 1202, Villa Crespo. Instagram: @solervinopizza.
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