
Por Gabriela Navarra De la Redacción de LA NACION
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El plan de alimentación de los diabéticos es una de las bases del tratamiento cotidiano de la enfermedad. Existen algunos alimentos que conviene evitar y otros que pueden consumirse con mayor tranquilidad.
En términos generales, actualmente la dieta de un diabético ya no está llena de prohibiciones: según el caso, hasta pueden llegar a consumir algo de hidratos de carbono simples, es decir, azúcar.
Pero tanto aquellos que requieren aplicación diaria de insulina como quienes toman medicación oral para mejorar la respuesta de su organismo a esa hormona que regula la glucemia (diabetes 1 y 2, respectivamente) necesitan disminuir la ingesta de grasas de origen animal, sodio, alcohol y productos dulces para evitar las complicaciones de la enfermedad, que dañan severamente arterias y nervios, y pueden causar ceguera, insuficiencia renal, falta de sensibilidad en las piernas y los pies, mala circulación y un riesgo cardiovascular varias veces incrementado respecto de la población no diabética. Conviene evitar:
- Alimentos ricos en grasas y colesterol (carnes muy grasas, fiambres, embutidos, yema de huevo, vísceras como hígado o riñón, manteca, crema, amasados de pastelería.
- Lácteos enteros, quesos de crema untables y quesos duros.
- Frituras.
- Azúcar, dulces, golosinas, gaseosas y jugos comunes.
- Sal en exceso.
- Productos enlatados (tienen agregado de sal).
- Alcohol.
En cambio, son recomendables:
- Pescados (atún, caballa, salmón).
- Clara de huevo.
- Alimentos de origen vegetal ricos en fibra (avena, salvado de avena, centeno, legumbres como porotos de soja, lentejas, arvejas, semillas de lino, de sésamo y girasol, frutas en general, hortalizas en general, cereales integrales bajo la forma de galletitas diet de salvado, o pan de salvado e integral, arroz integral y frutas secas).
- Lácteos descremados (leche, yogur, quesos blancos y compactos magros o bajos en grasas).
- Aceites crudos (moderamente); en especial, el de oliva.
- Reemplazar el azúcar por edulcorante, agua, soda, jugos y gaseosas diet, bebidas a base de hierbas sin alcohol.
- No abusar de la sal: agregar cuando el alimento esté cocido.
- En la medida de lo posible, preferir los alimentos frescos a los envasados.
Además, los diabéticos se sentirán mejor si se alimentan varias veces por día (cada 2 horas y media o 3) en porciones pequeñas o medianas.
Finalmente -pero no al final-, una recomendación que no se sirve en el plato, pero que tiene numerosas pruebas científicas en su haber que demuestran su validez para mantener controlada la enfermedad: realizar actividad física de manera regular. Nada de atletas olímpicos. Con caminatas de alrededor de una hora, tres veces por semana, es suficiente. Y cuanto más se pueda agregar, mucho mejor.
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