Hasta el momento solo hay investigaciones preliminares sobre cómo la dieta podría afectar los síntomas de la menopausia, pero algunos nutrientes son prometedores
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Para un fenómeno que afecta aproximadamente al 75 por ciento de las mujeres menopáusicas, los sofocos siguen siendo sorprendentemente misteriosos, y se sabe poco sobre cómo funcionan o qué hacer con ellos.
“No tenemos respuestas exactas, solo varias teorías y preguntas”, dijo la Dra. Arianna Sholes-Douglas, obstetra y ginecóloga y autora de “El mito de la menopausia: lo que su madre, médico y amigos no han compartido sobre la vida después de los 35”. Con la disminución del estrógeno durante la transición a la menopausia, el termostato interno del cuerpo a veces registra que el cuerpo está más caliente de lo que en verdad está y desencadena una sudoración rápida y una dilatación de los vasos sanguíneos en un intento por enfriarse.
Pero, ¿qué desencadena ese proceso y por qué? No está claro. ¿Cómo se relacionan los sofocos con otros problemas de salud, como problemas cognitivos y enfermedades cardiovasculares? También las respuestas a esto son confusas. Las opciones de tratamiento se limitan a hormonas y solo un medicamento no hormonal aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA). Todo lo cual, agregó la Dra. Sholes-Douglas, es un claro reflejo de la escasa atención y la poca financiación que se dedica a la investigación médica en esta fase de la vida de una mujer.
En las últimas dos décadas, los investigadores han comenzado a investigar otro posible factor desencadenante: la dieta. La idea surge de estudios que han encontrado que los sofocos difieren entre culturas y podrían ser una experiencia mayoritariamente occidental. Con eso en mente, los investigadores han planteado la hipótesis de que los factores ambientales, como la dieta, podrían desempeñar un papel en esta diferencia.
Pero muchos de los estudios sobre las intervenciones dietéticas son pequeños o no concluyentes, dijo la Dra. Stephanie Faubion, directora médica de la Sociedad Norteamericana de Menopausia y directora del Centro para la Salud de la Mujer de Mayo Clinic. En los estudios que sugirieron que ciertos alimentos reducen los sofocos, los mecanismos en funcionamiento no se comprenden por completo, agregó.
Aún así, “no hay nada de malo en ajustar o modificar la dieta para ver si ayuda a controlar los sofocos”, dijo la Dra. Faubion.
¿Qué alimentos podrían ayudar?
Los productos de soja, como el tofu, contienen isoflavonas, que son sustancias químicas que pueden unirse a los receptores de estrógeno en el cuerpo, dijo Neal Barnard, profesor adjunto de medicina en la Escuela de Medicina George Washington. Por esa razón, se piensa que la soja puede imitar al estrógeno. Es uno de los alimentos más estudiados en relación con los síntomas de la menopausia y existe cierta evidencia de que comerlo podría estar asociado con menos sofocos. Pero no está claro si eso se debe a la soja en sí o a otro mecanismo.
En un par de estudios recientes, el Dr. Barnard y su equipo asignaron al azar a 84 mujeres posmenopáusicas que reportaron sofocos de moderados a severos que pasaran de dietas regulares a una dieta vegana baja en grasas rica en granos integrales, frutas y verduras, incluida una porción diaria de soja cocida. Como resultado, los sofocos de moderados a severos disminuyeron aproximadamente un 80 por ciento en ambos estudios.
“La advertencia es que se trataba esencialmente de dos intervenciones diferentes: estaban en una dieta basada en plantas sin procesar y tenían un alto contenido de soja”, dijo la Dra. Faubion. “Entonces, ¿qué parte de eso fue responsable de esos resultados? No tenemos idea. Las mujeres del estudio también terminaron perdiendo peso, lo que, según Faubion, es notable porque algunos estudios han demostrado una correlación entre el aumento de la grasa corporal y los sofocos, particularmente durante ciertas etapas de la menopausia.
También de interés para los investigadores son los ácidos grasos omega-3. Pero mientras que algunos estudios han encontrado que tomar suplementos de omega-3 parece reducir la frecuencia de los sofocos, otros encontraron que no hacen ninguna diferencia. Aparte de los suplementos, algunos estudios han demostrado que la dieta mediterránea, que es rica en alimentos que contienen omega-3, como semillas de lino, nueces y pescados grasos como el salmón, está asociada con menos sofocos y otros síntomas de la menopausia.
¿Hay alimentos a evitar?
Existe cierta evidencia de que una dieta alta en azúcar y grasas se asocia con peores sofocos. Más allá de eso, los médicos a menudo sugieren evitar ciertos alimentos y bebidas que aparentemente desencadenan un sofoco, dijo la Dra. Hoosna Haque, obstetra y ginecóloga del Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia, como “comida picante, cafeína, alcohol y también alimentos muy concentrados como los alimentos azucarados y altamente procesados”.
Pero, dijo, esa recomendación a menudo se basa solo en evidencia anecdótica, y no se comprende del todo por qué esos alimentos y bebidas podrían desencadenar un sofoco.
“Podría ser simplemente porque pueden causar picos y caídas en los niveles de energía”, dijo la Dra. Haque. O porque algo como la cafeína puede dilatar los vasos sanguíneos, al igual que los sofocos, y puede desencadenar una cadena similar de eventos.
En última instancia, “aconsejamos a los pacientes que una dieta sana y equilibrada puede ayudar a aliviar los síntomas, pero no es un tratamiento”, dijo Haque. Y las dietas saludables “también pueden tener efectos beneficiosos en el futuro, cuando se trata de cosas como la salud ósea, el aumento de peso y la salud cardiovascular”.
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