Arrestaron al jefe de un peligroso clan de la mafia china

Tenían un registro de los supermercados y restaurantes de comerciantes chinos de la Capital y del conurbano, a los que les cobraban una "cuota" bajo amenazas que, muchas veces, cumplían. Para ocultar su plan criminal y obtener información valiosa habían creado una suerte de cámara empresaria y dos distribuidoras de mercadería en la provincia de Buenos Aires. Una pantalla para extorsionar a los supermercadistas y exigirles entre 30.000 y 50.000 dólares a cambio de protección. El que no pagaba corría riesgo de vida.

Así operaba en la Argentina el peligroso clan Pixiu, una tríada de la mafia china. En las últimas horas, detectives de la División Defraudaciones y Estafas de la Policía Federal detuvieron al presunto jefe de la organización, a sus dos lugartenientes y a otros ocho sospechosos, todos chinos. La investigación contó, por primera vez, con la colaboración de agentes de China.

"Se trata del grupo de la mafia china más grande, más importante y más violento", afirmó a LA NACION un detective que participó de la investigación. Según los informantes, el clan Pixiu operaba en el país desde hacía diez años.

Calificadas fuentes oficiales, explicaron que la PFA tiene 138 casos de extorsiones de la mafia china y que muchos podrían haber sido protagonizados por el clan Pixiu (que significa valientes tropas). Con el dinero obtenido por las extorsiones, hacían inversiones millonarias. "Se sospecha que gente de esta tríada abrió dos supermercados mayoristas en Pergamino y les vendían mercadería a supermercadistas chinos", explicó una fuente.

Para poder llegar hasta los presuntos máximos responsables de la tríada, la PFA contó con la colaboración de una comisario de la Policía Nacional de China, que se encargó de traducir las escuchas telefónicas judiciales.

Según explicaron en una conferencia de prensa la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich; el secretario de Seguridad, Eugenio Burzaco; el jefe de la PFA, comisario general Néstor Roncaglia, y el de Defraudaciones y Estafas, comisario Carlos Rodríguez Adrover, al clan Pixiu se le adjudican un homicidio de un supermercadista y 17 extorsiones.

El caso que llevó a prisión al presunto líder de la tríada, identificado como A Di, comenzó en diciembre pasado, cuando un comerciante chino recibió, en su local de Boedo, un mensaje intimidatorio en el que le exigían 150.000 pesos a cambio de no hacerles daño a él ni a su familia. El damnificado hizo la denuncia en la comisaría 20».

Una larga investigación

La jueza porteña María Gabriela Lanz y el fiscal Marcelo Roma, a cargo del caso, dieron intervención a Defraudaciones y Estafas, que hacía al menos cinco años estaba detrás del clan Pixiu, que es un desprendimiento de las tríadas Jia Yuan, Wang Ke y Jong Long, que operan en varios países.

"Esto [la detención de los sospechosos] es paz y trabajo para la comunidad china que vino a trabajar a la Argentina", dijo Bullrich en la conferencia de prensa. Burzaco sostuvo que "se trata de una banda criminal compleja. El líder tiene antecedentes [estuvo preso en la Argentina]". Los funcionarios nacionales estuvieron acompañados por autoridades policiales chinas y representantes de la embajada china en el país.

En diciembre pasado, LA NACION informó que en los últimos seis años la denominada mafia china había cometido 40 homicidios en la Argentina. A los sospechosos detenidos durante las últimas horas les adjudican el asesinato de un supermercadista ocurrido en abril pasado en Floresta.

La mafia china usaba mano de obra local para atacar a sus víctimas. "Contrataban sicarios argentinos, colombianos, peruanos o bolivianos", explicaron las fuentes. Los operativos se hicieron el viernes pasado y en uno de los allanamientos fueron heridos dos integrantes del Grupo Especial de Operaciones Federales (GEOF).