Cayó "El Rey Flor", proveedor de marihuana con sabor a chocolate para las raves
Echó mano a los conceptos de mercadotecnia y desarrollo empresarial que había aprendido en un curso de dirección de pymes hace 18 años, pero los enfocó hacia la actividad criminal. Identificaba fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas para su negocio. E innovaba: tanto, que dedicado a la producción industrializada de marihuana en un invernadero especialmente acondicionado en Lanús, experimentaba con nuevas semillas y con manipulaciones genéticas para conseguir flores de cannabis del alto poder psicotrópico. Conocido en el ambiente como "El Rey Flor", Pablo Cristian Ferrer había conseguido mucho éxito en las fiestas electrónicas por una variedad singular: aroma a chocolate.
Al cabo de ocho meses de investigación de la Policía de la Ciudad, en el contexto de una causa instruida por el juez federal porteño Sebastián Casanello, fueron detenidos nueve integrantes de esta organización que distribuía en raves del área metropolitana y de la costa atlántica estupefacientes provistos por tres bandas, cada una enfocada en un tipo de droga: "El Rey Flor", cogollos y flores de cannabis; "El DJ", drogas sintéticas (especialmente éxtasis y LSD), y "El Panadero", cocaína.
Los procedimientos, realizados en conjunto por la Policía de la Ciudad y la bonaerense en la Capital, la zona sur del conurbano y San Clemente del Tuyú (Partido de la Costa), permitieron, en las últimas horas, el secuestro de más de 400 plantas y cogollos de marihuana, armas, vehículos y dinero en efectivo, según informaron fuentes del Ministerio de Seguridad y Justicia porteño. Los voceros precisaron que, además de a la venta de drogas en fiestas electrónicas, parte de la banda también se dedicaba a la promoción de la prostitución. También se investiga a la organización por lavado de dinero.
La investigación
El caso se inició uno de los fines de semana de octubre de 2017, cuando la División Precursores Químicos de la Policía de la Ciudad detuvo a un dealer que vendía drogas en las adyacencias de un boliche donde se realizaba una rave. Le secuestraron 28 pastillas de éxtasis, cogollos de marihuana, dinero en efectivo -presumiblemente, producto de la venta de las sustancias- y un teléfono celular. Ese aparato, precisamente, arrojaría revelaciones que le permitieron a Casanello orientar la pesquisa hacia los eslabones superiores de la cadena de comercialización de estupefacientes.
La tareas de investigación -que incluyeron escuchas telefónicas, fotografías y seguimientos discretos autorizados por la Justicia, según se informó- revelaron que las drogas que se vendían en las fiestas eran provistas por tres bandas lideradas por: "El DJ", "El Rey de la Flor" y "El Panadero" quienes aportaban drogas sintéticas, marihuana y sus derivados y cocaína, respectivamente. Las pesquisas permitieron identificar a otros presuntos integrantes de esas organizaciones y sus roles dentro de la cadena narcocriminal.
Siguiendo con el hilo de la investigación se logró identificar a quienes eran los proveedores de las drogas sintéticas. Los mismos resultaron ser una pareja compuesta por un reconocido DJ de música electrónica y su novia. El músico, que realizaba presentaciones en la Costa Atlántica y en la ciudad uruguaya de Punta de Este, proveía de éxtasis y LSD a sus dealers que las comercializaban en inmediaciones de los boliches donde hacía sus shows.
Se pudo establecer, además, que un hombre y su hijo eran los productores y proveedores de las flores de marihuana y sus derivados, y que la cocaína era aportada por una pareja que, además, regenteaba departamentos donde se ejercía la prostitución.
El invernadero
Identificados varios domicilios en relación con las actividades ilegales, el foco se posó especialmente en una propiedad situada frente a la estación de trenes de Lanús. Allí funcionaba un invernadero industrial con capacidad para más de 500 plantas de cannabis sativa. Voceros de la Policía de la Ciudad dijeron que allí se había armado un salón especialmente acondicionado para el cultivo indoor y un laboratorio para la producción y fraccionamiento de aceite de cannabis.
En el invernadero se habían instalado costosas infraestructuras, estimadas en más de medio millón de pesos, con el objeto de disimular olores propios de la plantas; se utilizaban tierra mejorada químicamente para el cultivo, un sistema de filtros de carbón, un método especial de iluminación de última generación y temporizadores que regulaban los riegos haciendo que las plantas fueran hidratadas cada 20 minutos. También había un sector usado para el secado de las flores, que era el mismo donde se hacía el aceite de cannabis.
La banda tenía capacidad para manipular genéticamente las semillas a través de la fertilización de la tierra con productos químicos. Entre los cultivos hallados de flores se encontraron distintas especies: la más conocida, "Amnesia Haze", muy buscada en las raves por sus efectos psicotrópicos. También fueron encontradas otras variedades como "Critical Mass", "Chico", "Naranja" y "Coco". Los voceros explicaron que se detectó una especie nunca antes vista en el país, "Lemon Haze", e incluso flores con sabor a chocolate, una variedad conocida como "Choco".
Uno de los elementos que comenzó a revelar la existencia de este laboratorio fue el gran consumo de electricidad. A diferencia de la mayoría de los departamentos del inmueble, donde la demanda energética no excedía los 200 Kw, en el inmueble donde la banda había instalado el vivero y secadero de marihuana el consumo de energía era 40 veces más alto y superaba los 8000 kilowatts.
Durante el allanamiento se encontraron facturas de Edesur de entre 25 y 30.000 pesos, producto del uso intensivo de extractores de aire -para disimular el olor y no llamar la atención de los vecinos del edificio-, filtros de carbón, ventiladores, temporizadores de riego e iluminación con luces de led. El invernadero también estaba equipado con máquinas para envasado al vacío. Llamó la atención de los investigadores la diversidad de cajas de luz, llaves térmicas en los baños, transformadores y cables especiales para alimentación eléctrica de potencia para garantizar el correcto funcionamiento del equipamiento.
Un negocio "profesional"
La estructura de negocios de la organización criminal fue ideada y era dirigida por Ferrer, de 42 años, que según precisaron voceros de la Universidad Católica Argentina (UCA), realizó en el año 2000 un programa de extensión de menos de un año de extensión sobre Dirección de Pymes. De allí sacó el sistema FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades, Amenazas) como modelo de desarrollo empresarial. En su oficina, ubicada en Remedios de Escalada, se encontró una pizarra con frases motivacionales para hacer crecer la actividad comercial ilegal y leyendas en las que detallaba los "riesgos empresariales", como, por ejemplo, el "miedo a ser detenido".
El "Rey de la Flor" realizaba viajes al exterior donde conseguía semillas inéditas en el país y variedades de cannabis medicinal para perfeccionar el producto. En tanto, su padre se encargaba de recibir telefónicamente los pedidos, que entregaba personalmente en horario nocturno.
En cuanto a la comercialización de cocaína, la investigación reveló que los proveedores de la droga también explotaban dos departamentos ubicados en Florida al 500, en plena city porteña, donde se ejercía la prostitución. Según los detectives del caso, con el producto de las actividades ilícitas la pareja compraba franquicias de una conocida cadena de panaderías, con el objeto de lavar el dinero obtenido de forma espuria.
Casanello, finalmente, ordenó 13 allanamientos tras los cuales, además de las nueve detenciones, se secuestraron 1280 gramos de flores de cannabis (valuadas en unos 660.000 pesos), 441 plantas de marihuana y varias bolsas clasificadas por variedades de la misma sustancia por un peso de 4,237 kilos. También fueron incautados dos bultos con sustancias de corte, 86 goteros con aceite de cannabis, cuatro armas de fuego (tres revólveres y una escopeta), 11 teléfonos celulares, dos balanzas de precisión, un generador de energía y fertilizantes. Además, se confiscaron tres motos, dos autos, una camioneta, 77.015 pesos y 400 dólares.
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