El crimen del colectivero. Paso a paso, cómo fue el asalto en el que el chofer recibió un tiro letal en el pecho y terminó con un tiroteo infernal

A Daniel Barrientos, el colectivero asesinado en La Matanza, lo ejecutaron. Sin mediar palabra, y sin que él se resistiera o hiciera ademán alguno, un asaltante le disparó a la altura del pecho después de robarle el teléfono celular y una mochila a una pasajera que estaba con su hija en el primer asiento del interno 87 de la línea 620, en el barrio Vernazza, de la localidad de Virrey del Pino. Cuando el homicida y un cómplice escapaban, un oficial de la Policía de la Ciudad que viajaba en el colectivo hacia su casa intentó impedir la fuga. Hubo un impactante enfrentamiento: al menos 14 disparos, además del tiro que segó la vida de la víctima, a la que le faltaba un mes para jubilarse.

Así lo pudo reconstruir LA NACION de fuentes judiciales y policiales. Por el homicidio de Barrientos hay un sospechoso detenido. Se trata de un joven de 19 años que tiene antecedentes por robo y encubrimiento. Esta tarde, familiares y amigos suyos protestaron en Virrey del Pino: juran que es inocente y que dormía en su casa, con su novia, cuando ocurrió el crimen.

El cruento asalto, según reconstruyó la policía a partir de testimonios y de las imágenes de cámaras de seguridad privadas, se produjo a las 5.01 del lunes. Instantes antes, un Fiat Siena se cruzó delante del interno 87 de la línea 620, de la empresa La Ideal de San Justo, en el cruce de Cullen y Bernardino Escribano, en el barrio Vernazza, de Virrey del Pino.

Se bajaron dos delincuentes armados que treparon al vehículo. A esa hora viajaban pocos pasajeros. En el primer asiento delantero iba una mujer con su hija; fueron las primeras víctimas del robo. Uno de los asaltantes le robó la mochila a la nena y el celular a la mujer. El otro le apuntaba al chofer, Pedro Daniel Barrientos, de 55 años, al que le faltaban semanas para jubilarse.

Como relataron los testigos, Barrientos no hizo nada para exasperar a los delincuentes. Sin embargo, cuando estaban por bajar, el delincuente que le apuntaba al chofer para que no intentara resistirse le disparó. La bala dio en el pecho del colectivero. Una vaina servida quedó en el panel, del lado del chofer. Ahí, también, los peritos balísticos levantaron luego un plomo deformado.

Según los primeros informes realizados por la policía para presentar al fiscal de La Matanza Gastón Duplaá, los dos delincuentes bajaron de la unidad y, entonces, el oficial de la Policía de la Ciudad Carlos Martín Bellido, que presta servicio en el grupo de Infantería del Departamento de Operaciones Urbanas (DOUC) en el Cuartel Barracas, se levantó de su asiento, corrió hacia la puerta del colectivo y se identificó como agente de la ley. Desde la calle, los asaltantes abrieron fuego. El policía respondió.

Fue un infierno de balas. Los peritos balísticos recogieron ocho vainas servidas en el suelo del colectivo, y encontraron otros seis casquillos abajo del vehículo, a la altura de la puerta. Los primeros serían producto de los disparos del oficial Bellido; los otros, del arma o las armas gatilladas por los delincuentes.

A unos 30 metros de la escena del crimen, sobre la calle Cullen, los efectivos del Comando de Patrullas Sur de La Matanza y de la comisaría Sur 3ª de Virrey del Pino encontraron “una pistola Beretta calibre 40, número de serie A-33075-M” que fue descartada por los asaltantes que escapaban y que, segundos después, pasaron a la carrera frente a una casa que tiene instalada una cámara de seguridad que registró su fuga. Esa pistola tenía pedido de secuestro activo por haber sido robada en Morón el 20 de enero pasado.

Hay dos versiones de los hechos ocurridos en el colectivo. La pasajera que sufrió el asalto –identificada solo con sus iniciales, Y.E.C.– declaró que había subido al colectivo unas cuadras antes, sentándose atrás del chófer junto con su hija menor, y que a las pocas cuadras de andar abordaron la unidad “los sujetos, quienes intentan sustraerle el bolso”; de inmediato “escuchó una detonación de arma de fuego”. Cuando vio que la bala había alcanzado al chofer, “agarró a su hija y se tiraron al suelo”.

En tanto, el oficial Bellido declaró que él viajaba como pasajero cuando abordaron “dos NN masculinos armados”, uno de los cuales “se apoderó de un bolso de una de las pasajeras, al tiempo que el otro apuntaba al chofer de la unidad”, y que tras apoderarse del bolso, y “cuando se disponía a descender, el masculino que intimidaba al chofer le efectúa el disparo que le ocasiona el deceso” a Barrientos. En cuanto los dos delincuentes bajaron del colectivo, el policía “se apersonó en la puerta y. tras identificarse como personal policial, extrae su arma de fuego reglamentaria Bersa Thunder, número de serie 11606181, y mantuvo un intercambio de disparos, poniendo a los sujetos en fuga”.

Con posterioridad, la policía halló un Fiat Siena patente AA185NL incendiado a metros de la esquina de Guanabara y Fortín Yunca, en Virrey del Pino. Según los relevamientos hechos por la policía, un vehículo similar fue usado por los delincuentes que cometieron el crimen. También advirtieron que desde ese lugar salió “un Chevrolet corsa de color gris a gran velocidad”.

Con ese dato, rastrearon el Chevrolet Corsa; así concluyeron con el arresto de Alex Gabriel Barone, de 19 años, domiciliado a 14 cuadras del lugar del crimen, también en Virrey del Pino. Estaba a bordo de un Corsa gris patente FZJ415 ubicado en Autopista Perón y Guanabara. Fuentes policiales dijeron que Barone tiene antecedentes por robo agravado y encubrimiento agravado, con fecha del 23 de septiembre de 2019, cuando el sospechoso tenía 16 años, por lo que fue sujeto a una causa instruida por la Fiscalía N°2 del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil de La Matanza.

Ayer a la tarde, familiares de Barone se manifestaron en Virrey del Pino y aseguraban que el joven detenido es inocente, que había pasado toda la noche en su casa, junto a su novia, y que salió a las 7 de la mañana para ir a trabajar. Negaron, además, que tuviese antecedentes penales.

El fiscal Duplaá incorporó en el expediente un video de una cámara de seguridad privada donde quedó registrado el sonido de los tiros y las imágenes de la fuga de los ladrones. “Los delincuentes, tras el enfrentamiento, corrieron 100 metros hasta donde los esperaba un cómplice en un auto”, sostuvo un detective judicial.

El sospechoso será indagado este martes al mediodía por el fiscal Duplaá, que con el auxilio de detectives de la policía bonaerense busca a otros dos delincuentes que participaron del homicidio.