Jean Michel Bouvier. “Voy a seguir la lucha de verdad y justicia por Cassandre y Houria”
El padre de una de las jóvenes francesas asesinadas en 2011 apoya a uno de los hombres que había sido condenado y sostiene que la presión política impidió llegar a los verdaderos responsables
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Luego de siete años, Jean Michel Bouvier llegó a la Argentina para reclamar la reapertura de la investigación de la muerte de su hija Cassandre y de Houria Moumni, las turistas francesas que fueron violadas y asesinadas en Salta en 2011. En diciembre pasado, la Corte Suprema de Justicia de la Nación falló a favor de Clemente Vera, uno de los condenados, por la inexistencia de una prueba científica y categórica que lo vincule con el doble crimen. La lucha de Jean Michel quedó marcada para siempre en diferentes libros y artículos periodísticos como la de un padre que desde Francia impulsó la ley para imponer la máxima pena por femicidios en nuestro país, ya que fue él quien entregó en mano el proyecto legislativo a la entonces presidente Cristina Kirchner, y quien también encabezó las campañas para que liberen a Clemente Vera por considerar que era un preso “perejil”. “Tengo miedo de que lo encarcelen nuevamente”, dijo Bouvier a LA NACION, poco después de su llegada en los últimos días a nuestro país.
En 2014 fueron llevados a juicio Daniel Vilte, Clemente Vera y Gustavo Lasi como los principales responsables de las muertes de las jóvenes (Cassandre tenía 29 años y Houria, 21). El tribunal salteño resolvió absolver a Vilte y Vera y condenar a 30 años de prisión a Lasi. Un año y medio después, el Tribunal de Impugnación de Salta anuló la absolución de Vera y le dictó una sentencia a perpetua, sin presentar nuevas pruebas ni rehacer el juicio como lo establece el Código Procesal Penal de Salta. Esta condena fue anulada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en diciembre del 2023. Vera fue liberado luego de siete años, pero su situación judicial aún es confusa.
Bouvier recibió a LA NACION pocas horas después del aterrizaje en Buenos Aires. En su mejilla izquierda tiene un hematoma que se hizo accidentalmente minutos antes de la entrevista en una caída en el hotel. Viste una remera blanca con letras rojas que rezan: “Cassandre, ángel de Salta” y con unas alas estampadas en la espalda. Dijo que si el Presidente Javier Milei lo recibe, le regalará la remera.
–¿Cuál es el motivo por el que decidió volver a la Argentina?
–Tengo dos motivos, son exactamente los mismos que en 2014 cuando viajé a Salta para participar en el juicio: el primero es que voy a seguir la lucha de verdad y justicia por Cassandre y Houria. Y el segundo es porque tengo miedo de que personas inocentes sean condenadas sin pruebas científicas. Conozco el contexto porque en 2014 el juez de Instrucción Martín Pérez hizo una muy mala investigación conscientemente y manipuló la evidencia. Cuando Pérez viajó para una confrontación entre los juzgados argentinos y franceses, junto a un equipo de expertos, quedó demostrado de que el juez salteño tenía una clara intención de cerrar el caso lo más rápido posible. Eso demostró la incompetencia del juzgado y su deshonestidad. Me hago cargo de mis palabras: fue deshonesto. Al principio del proceso, me di cuenta de que el Juzgado de Instrucción no había unificado en su acto de acusación todos los análisis hechos en Francia que aportaban elementos que no habían sido descubiertos por los expertos argentinos. Hay incongruencias en los peritajes de balística y de genética fundamentales para la causa.
–¿En qué momento comenzó a desconfiar de la investigación?
–El descubrimiento de los cuerpos fue el 29 de julio del 2011. Viajé a Salta unos días después junto a la familia Moumni. Desde que llegamos a la Argentina fuimos recibidos por el embajador de Francia, discutí mucho con él al principio. Nos acompañó a Salta y en gran parte del proceso. Desde el primer momento percibí que había una presión desde Francia hacia el entonces gobernador Juan Manuel Urtubey. Pero esa presión, lejos de ser beneficiosa, fue sumamente perjudicial. Eso generó que no se tomen los tiempos prudenciales para investigar y comiencen a apresar “perejiles”. Estoy convencido de que la imposición de que el caso se resuelva comenzó desde el entonces presidente de Francia Nicolás Sarkozy, hacia Cristina Kirchner, y luego hacia Urtubey. Él fue quien presionó a la policía y la Justicia para que consigan un par de culpables lo antes posible. Allí comenzó la manipulación de la investigación, que lamentablemente le costó años de prisión a Vilte y Vera siendo inocentes. Yo desde el principio quise darle tiempo a la investigación. Que se sepa quiénes fueron y su motivación.
–Si logra que se reabra la investigación, ¿se incorporarían nuevas pruebas?
–Hay muchos peritajes hechos en Francia que no los tuvieron en cuenta en el período de instrucción que son fundamentales. Entre ellos tres perfiles de ADN hallados en los cuerpos de mi hija y su amiga a los que nunca le dieron identidad. También hay elementos que no fueron explorados. Me parece que la colaboración de expertos franceses en una nueva investigación aportaría conocimiento, tecnología y transparencia al proceso. Lo único que me preocupa es que la Justicia salteña quiera apresar nuevamente a Vera. Ya se ha demostrado su inocencia. La prueba de marcador de cromosoma Y que encontraron de su linaje no lo identifica directamente a él. La forma en que lo analizaron es completamente cuestionable porque mezclaron todas las muestras, las mixearon. En Francia, con una técnica correcta, llegaron a un resultado diferente. Temo que se genere un círculo y volvamos una y otra vez a lo mismo: la Justicia de Salta absuelve a Vera como en 2014 y buscan la manera de culparlo nuevamente sin pruebas. Quiero que se resuelva el caso para tener justicia por mi hija, pero también por sus ideales. Ella era una persona muy buena y generosa. Es como si hiciera un reclamo post mortem porque ella no toleraba las injusticias. Para mí y su memoria que apresen a gente inocente es como que la ataquen nuevamente. La Argentina es ejemplo mundial de cómo resolvió los Juicios por la Verdad tantos años después de la dictadura, estoy seguro de que pueden lograr justicia por Cassandre y Houria.
–¿Qué actividades realizará en Salta?
–Tendré varias reuniones con funcionarios. El gobernador Gustavo Sáenz sabe que volaré a la provincia, espero que me cite a una reunión. También visitaré a Vera en libertad junto a la fundación Innocence Project y el abogado Humberto Vargas, quienes patrocinaron a Clemente para sacarlo de prisión (de lo que se informa por separado). Hay otro reclamo que le haré a la provincia por el abandono del monumento que se colocó en el mirador de la Quebrada de San Lorenzo en honor a mi hija y su amiga. Esa escultura fue realizada por un artista independiente franco-argentino amigo de Picasso, quien no realizaba este tipo de trabajo, pero decidió hacer una excepción cuando escuchó la historia de Cassandre y Houria.
–¿Qué le diría al presidente Javier Milei si lo recibe en una reunión?
–Si me da audiencia el Presidente, lo que espero desde hace mucho tiempo, lo primero que voy a hablar es acerca de mi preocupación con respecto a la situación de Clemente Vera. En muchas oportunidades le expresé a Cristina Kirchner que hay un problema muy grande en la Argentina, donde meten a personas en prisión y son inocentes. Cuando eso sucede en Francia, las personas son indemnizadas por sumas de dinero muy importantes, porque a través de eso se condena el disfuncionamiento de la Justicia. Yo conozco las dificultades económicas de la Argentina, pero no es solo un problema de dinero, también simbólicamente puede haber un gesto muy fuerte. Puede ser una firma o una declaración acerca de la inocencia de Clemente Vera. Hay que reconocer su error republicano. Cuando me reuní con el entonces gobernador Urtubey le expresé que Daniel Vilte luego de salir de prisión, absuelto en juicio, debió irse a otra provincia para poder trabajar. Me parece increíble que una persona inocente que estuvo presa ni siquiera pueda encontrar un trabajo.
Yo busco una recomposición de la imagen de la Justicia argentina. Yo no odio a este país, ni a la provincia de Salta. No siento ningún rencor. Busco que se haga Justicia para limpiar el nombre de este país también. Que se pueda crear un buen ejemplo. En mi país yo luché y luché para que se cree la ley de femicidios, pero lo logré aquí. Esto no es solo por mi hija, es por todas las mujeres que sufrieron algún tipo de violencia.
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