La muerte del soldado Chirino. Procesaron a los nueve acusados por homicidio culposo, pero la familia apelará
Los abogados de la querella entienden que la imputación debe ser por homicidio simple o agravado; el joven, que tenía 22 años, murió en una “fiesta de bautismo” en su ingreso al Grupo de Artillería de Monte 3, de Paso de los Libres, Corrientes, en junio del años pasado

CÓRDOBA. El Juzgado Federal de Paso de los Libres procesó a los nueve imputados en la causa por la muerte del subteniente Matías Chirino en el marco de una fiesta “de bautismo” por su ingreso al Grupo de Artillería de Monte (GAMte) 3 de esa ciudad correntina. Fue por los cargos de abuso de autoridad en perjuicio de los subtenientes Rufino Meza y Manuel Chaile, y por homicidio culposo, en el caso del fallecimiento de Chirino. La familia del soldado cordobés apelará, ya que entiende que la imputación debe ser por homicidio simple o agravado.
La muerte de Chirino se produjo el 19 de junio en el cuartel del GAMte 3, después de una “fiesta de bautismo” o “iniciación” que le hicieron al novato, que tenía 22 años. Eran las 5 del domingo cuando un oficial de servicio fue alertado en el Casino de Oficiales por dos compañeros de Chirino, quienes le advirtieron que el subteniente estaba inconsciente en la habitación. El oficial de servicio fue hasta la habitación y constató que tenía el cuerpo frío y que sus signos vitales eran muy débiles; avisó a un superior, quien ordenó el traslado del joven al hospital San José. La autopsia reveló que falleció por una “broncoaspiración por alimentos”.
Como parte del “bautismo”, sus superiores lo habían hecho comer y beber en exceso, hacer ejercicios vigorosos y meterse en una pileta con agua sucia y fría, cuando la temperatura ambiente era de 2°C. El juez federal Gustavo Fresneda procesó a los imputados por abuso de autoridad. En el caso de Chirino, al haber muerto, el juez sostuvo que el delito de abuso de autoridad quedó absorbido por otro más severamente penado: el homicidio culposo.

Claudio Orosz, uno de los abogados de la familia Chirino, consideró que los nueve acusados deberían responder por los cargos de homicidio simple o agravado, es decir, por la forma dolosa: “Centró su decisión, de manera arbitraria, en una supuesta violación del ‘deber de cuidado’ de los imputados, poniendo en esta instancia bajo la alfombra (pese a haber reconocido su acreditación) las conductas sádicas y abusivas iniciales de los mismos. Como si no hubieran existido. Las tuvo en cuenta en un inicio, pero no lo hizo para establecer el reproche punitivo con que calificó jurídicamente a la irregular conducta de los militares superiores de Matías. Haciendo una comparación, es como si alguien hubiera asfixiado o envenenado a un tercero que luego muere sin que llegue un médico o la ayuda de un tercero a tiempo, pero el tribunal lo juzga no por la asfixia o por el envenenamiento, sino porque el delincuente ‘no cuidó' a la víctima”.
El procesamiento alcanzó a los capitanes Claudio Luna, de 35 años; Rubén Darío Ruiz; de 35, y Hugo Reclus Martínez Tárraga, de 34; al teniente primero Darío Martínez, de 31; a los tenientes Exequiel Aguilar, de 32, y Franco Grupico, de 26, y a los subtenientes Facundo Acosta, de 27; Gerardo Bautista, de 31, y Claudia Cayata, de 33.
Orosz admitió que lo “más probable es que se apele la muy errónea calificación legal establecida por Fresneda, ya que el expediente y la mismísima resolución son una muestra cabal de que Matías murió como consecuencia de las conductas abusivas: a Matías lo obligaron a ingerir alcohol con el estómago vacío; luego, a comer con la mano y seguir bebiendo; le ordenaron realizar movimientos ‘vivos’ y sumergirse en una piscina con agua sucia y congelada (estando a 2 grados la temperatura ambiente) y, luego de que quedó semiinconsciente, lo llevaron y lo dejaron tirado en una habitación sin calefacción, en pleno invierno”.
“Matías no murió por la ‘omisión de cuidado’. Murió porque los imputados ejercieron ilegalmente el mando militar, de manera sádica y sin importarle la integridad física ni la vida de la víctima”, sostuvo el letrado.

El abogado de la querella planteó que Ezequiel Chirino, papá de la víctima, está “convencido” de que “la Cámara Federal de Corrientes y/o la Corte Suprema de Justicia de la Nación enderezarán el proceso que ha torcido Fresneda”. Y, también que, a su turno, el Tribunal Oral competente “condenará a quienes, drásticamente, hicieron que la vida de Matías fuere muy corta”. Concluyó, aludiendo al padre del soldado: “Ya le mataron a su hijo. No lo frenará nadie en su búsqueda de que cada uno de los responsables se hagan cargo de lo que cometieron”.
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