"Marcadores", logística y otros golpes de la banda que atacaba a turistas
Siempre cumplía el mismo rol: observar y elegir a potenciales víctimas que aterrizaban en el aeropuerto internacional de Ezeiza después de haber volado desde los Estados Unidos o Europa. Estaba allí, simulando esperar a un supuesto pasajero. Pero su función era clave para que luego entraran en acción los demás integrantes de la banda dedicada a atacar a turistas y empresarios que se alojaban en hoteles de Puerto Madero y en otros puntos de la ciudad de Buenos Aires. Anteayer, el "marcador", un hombre joven que ya estaría identificado, dirigió su mirada sobre Matthew Charles Gibbard, su esposa, el hijo de su mujer, Stefan Joshua Zone, de 28 años, y en la novia del joven. Pasadas las diez de la mañana del sábado, los cuatro, recién llegados de Gran Bretaña, acababan de convertirse, sin saberlo, en objetivos de una violenta organización criminal.
"El delincuente que cumplía la función de ´marcador´ se fijaba en la indumentaria, los relojes y las joyas de los pasajeros que llegaban a Ezeiza. Después les avisaba a sus cómplices que, en motos y autos, seguían a sus objetivos hasta los hoteles donde se iban a hospedar", dijo a LA NACION una fuente de la investigación del homicidio de Gibbard, de 50 años.
Ese hombre señalado como "marcador" y el autor de los disparos que mataron a Gibbard e hirieron a Zone, ambos venezolanos, ya fueron individualizados, aunque siguen prófugos. Entre los cuatro detenidos por la Policía de la Ciudad, acusados de integrar la banda y que hoy fueron trasladados al Palacio de Tribunales para ser indagados por la jueza Yamile Bernan y la fiscal Ana Yacobucci, está el delincuente que se encargaba de la logística y de aportar los vehículos utilizados para los seguimientos.
"La banda trabajaba con un ´sacador´ que estaba todos los días a la mañana en el hall de arribos del aeropuerto de Ezeiza. Seleccionaban de los vuelos provenientes de los Estados Unidos o Europa a las personas que ellos consideraban que tenían un gran poder adquisitivo y las seguían hasta los hoteles. Eran muy violentos. Si las víctimas se resistían usaban las armas y disparaban. Buscaban relojes, alhajas y alguna parte del equipaje con valores o electrónica", explicó el jefe de la Policía de la Ciudad, Gabriel Berard, en declaraciones difundidas por el Ministerio de Justicia y Seguridad porteño.
Los cómplices del "marcador" o "sacador" entraron en acción el sábado pasado a las 11 cuando los turistas llegaban al Faena Art Hotel, de Puerto Madero, en Martha Salotti 445. Los delincuentes se movilizaban en un dos autos, uno gris y otro rojo, y en una moto tripulada por una sola persona.
Inmediatamente después del paso de los vehículos sospechosos por la puerta del hotel, la combi blanca que trasladaba desde Ezeiza a la familia británica se detuvo en la puerta del Faena. Del auto gris, que se había detenido en Salotti y Aimé Painé, bajó un sujeto; se cree que él fue quien les disparó a Gibbard y a Zone. El coche gris giró en Painé hacia la izquierda, mientras que el rojo quedó estacionado en la ochava, en diagonal al hotel.
El gatillero del auto gris y el motoquero se trabaron en lucha con los dos visitantes británicos, que se resistieron bravamente al despojo y fueron baleados. El más joven recibió un tiro en la ingle, que no le afectó arterias mayores. En cambio, su padrastro fue alcanzado a la altura de la axila derecha; el daño causado por ese proyectil fue devastador: ambos fueron trasladados por el SAME al Hospital Argerich, donde Gibbard murió el sábado a la tarde.
Dos antecedentes
No era la primera vez que la banda actuaba de esta manera. El 12 de noviembre pasado fue atacado en la puerta del hotel Intercontinental, en Monserrat, el vicepresidente de una empresa de tecnología que esa misma mañana había llegado a Ezeiza.
"La víctima, de nacionalidad canadiense, había sido marcada por el ´sacador´ porque llevaba un bolso Louis Vuitton. Esa fue la señal de que podía tener un importante poder adquisitivo. Después de elegirlo como víctima, les dio el aviso a sus cómplices que lo siguieron hasta el hotel", dijo una fuente de la investigación.
Así fue que después de un forcejeo y de ser golpeado con un arma, al ciudadano canadiense, identificado como Gray Gorth, de 46 años, le sustrajeron el bolso de lona marrón con las siglas LV que contenía una laptop, un iPad, un cargador y una billetera marca Gucci.
Además, el viernes pasado, otro turista inglés fue asaltado en la zona de Las Cañitas, aparentemente, por parte de la misma banda. El hecho ocurrió también alrededor de las 11, en el cruce de Villanueva y Teodoro García, a metros de la Universidad de Belgrano y de la embajada de Australia, donde un venezolano fue detenido por vecinos y otro motociclista cuando iba en una moto junto con otro sujeto que se habría llevado el Rolex del visitante.
La víctima, Arthur Tomala, de 43 años, había llegado a la Argentina junto a su esposa argentina y sus dos hijas. Tomaron un remise en el aeropuerto de Ezeiza hasta Las Cañitas. Declaró a la policía que en Villanueva y Teodoro García los interceptaron dos motochorros. Uno de los delincuentes lo amenazó con un arma de fuego y le exigió que entregara su reloj Rolex Daytona. Como se negó a cumplir la orden de ladrón, el ciudadano británico fue golpeado en el rostro con la culata del arma.
"Cuando el ladrón que golpeó y le sacó el Rolex a la víctima estaba por subir a la moto para escapar apareció otro motociclista que lo golpeó con el casco; cuando cayó a la calzada fue reducido con la ayuda de un peatón que pasaba por el lugar. El cómplice logró darse a la fuga con el reloj importado", explicaron fuentes policiales.
El delincuente detenido es venezolano, tiene 29 años y, según fuentes policiales, ingresó en la Argentina la semana pasada junto con otro supuesto integrante de la banda.
"Este detenido tenía contactos en Facebook con los sospechosos del ataque del sábado en Puerto Madero", explicó a la agencia Télam una fuente de la investigación.
El secretario de Seguridad porteño, Marcelo D'Alessandro, confirmó en una conferencia de prensa que tanto el robo en Las Cañitas como el asalto del 12 de noviembre pasado en la puerta del Hotel Intercontinental son dos de las causas que se "unificaron" con el expediente por el ataque a la familia británica en Puerto Madero, que desde el sábado tramitan la jueza Yamile Bernan y la fiscal Ana Yacobucci.
A los investigadores del caso les llamó la atención la cantidad de integrantes de la banda (creen que son diez), el movimiento de varios vehículos y la violencia en los robos para obtener botines que, muchas veces, no son más que un reloj importado y algún celular.
Hubo otro hecho de similares características, ocurrido hace 45 días, en la bajada de la autopista 25 de Mayo y Huergo. La víctima fue un empresario norteamericano que había llegado al país y se dirigía a hospedarse en un hotel de Puerto Madero. Las fuentes consultadas por este diario dijeron que, por el momento, no se puede adjudicar este asalto a la banda que mató a Gibbard.
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