Víctimas del delito marcharon en Rosario para reclamar medidas contra la violencia
Los homicidios alcanzaron el nivel más alto desde 2015, con 237 casos
ROSARIO.-Con el lema “Marcha por la paz”, se realizó anoche otra manifestaron para reclamar medidas contra la inseguridad y la violencia que azotan a esta ciudad, donde se produjeron en lo que va de este año 237 asesinatos, la cifra más alta desde 2015.
La convocatoria de esta marcha, que partió desde la plaza San Martín, frente a la sede de la gobernación en Rosario y llegó hasta los tribunales provinciales, la realizaron la Iglesia, congregaciones evangélicas, Madres Territoriales, Familias y Víctimas de Inseguridad y otras organizaciones sociales. Algo más de un millar de personas participaron de la movilización con imágenes que recordaban a víctimas del delito.
Con un pancarta de más de cuatro metros en la que se consignó la frase “marchamos por la paz”, familiares y amigos de víctimas de la inseguridad encabezaron la manifestación que partió poco después de las 19.30. En ese grupo se encontraba Indiana, la pareja de Joaquín Pérez, el arquitecto que fue asesinado el 19 de octubre pasado en un intento de robo en el barrio de Arroyito. Junto a los familiares marchó el sacerdote Fabián Belay, quien está al frente de la pastoral de drogadependencia.
“Ante la falta de respuestas contra la violencia vimos la necesidad de gestos que ayuden a procesar esta situación “, sostuvo Belay.
Con calma y en silencio, la marcha fue nutriéndose a medida que avanzaba desde la plaza San Martín hacia los tribunales. El recorrido fue similar al que se hizo en agosto de 2016 con la protesta Rosario Sangra, que tuvo una convocatoria mucho mayor. En esa oportunidad se manifestaron mas de 60.000 personas.
Dos horas antes del inicio de la protesta se conoció un nuevo crimen en Rosario, cuya víctima fue un hombre de 70 años, que fue encontrado dentro de su casa, golpeado y maniatado en una cama. Según la información oficial, sus vecinos alertaron a la policía porque les resultaba raro no verlo desde hacía casi dos días.
Este año la violencia en Rosario volvió a generar una fuerte preocupación, no sólo por el crecimiento de los homicidios, sino también por los ataques que se produjeron desde agosto pasado a edificios judiciales, estaciones de servicio, escuelas y restaurantes. Según el último reporte del Observatorio de Seguridad Pública, hasta el 12 de diciembre se habían cometido 231 homicidios en el departamento Rosario. Otros seis se notificaron en los últimos cuatro días. En noviembre se registraron 25 asesinatos. Fue el mes con mayor cantidad de muertos por hechos violentos.
El recrudecimiento de la violencia se ve no solo en las calles, sino también en las estadísticas. Este año fue el que tuvo el mayor índice de crímenes desde 2015. El agosto pasado arribaron a Rosario 575 gendarmes, que realizan patrullajes y operativos en barrios calientes de Rosario. En marzo, según anticipó en su momento el ministro de Seguridad Aníbal Fernández, se sumarán otros 1000 efectivos que se quedarán de forma permanente en una nueva unidad móvil que se creará en la ciudad.
Frente a este escenario del crecimiento de los homicidios, que se suman a otros métodos de violencia, como las extorsiones y las llamadas “balaceras”, el gobierno de Omar Perotti aún no terminó de completar la planta de funcionarios del área de Seguridad que quedaron vacantes tras la renuncia de 13 secretarios y subsecretarios que habían llegado con la gestión de Marcelo Saín, quien actualmente se desempeña como asesor la cartera de Seguridad nacional.
El ministro de Seguridad de Santa Fe, Jorge Lagna, aspira a contar con una ley de emergencia para agilizar la compra y adquisición de insumos y tecnología para esa área. Los legisladores de la oposición le criticaron al ministro la falta de celeridad para completar la conducción política del ministerio de Seguridad.
Protestas ciudadana
Desde 2013, cuando se produjo el pico de 263 homicidios, originados en los enfrentamientos que se habían gestado tras el crimen del entonces líder de Los Monos, Claudio Cantero, nunca bajó de forma estable el nivel de violencia en Rosario. El único año que descendieron de manera pronunciada los homicidios fue en 2017, cuando se contabilizaron 162 muertes.
La inestabilidad de las políticas de seguridad provoca que se gesten protestas de la ciudadanía. La marcha más multitudinaria que se produjo en los últimos meses en demanda de seguridad fue la que se realizó el 27 de octubre pasado en el Monumento a la Bandera, donde la presencia del gobernador de Santa Fe Omar Perotti y del intendente Pablo Javkin generó fuertes y efusivos reclamos de la gente, que se vieron cara a cara con los funcionarios.
Esa marcha se había gestado luego del crimen del arquitecto Joaquín Pérez, quien fue asesinado en un intento de robo el 19 de octubre pasado. Ese asesinato está impune por ahora, ya que la investigación no logró avanzar sobre la identificación de los autores materiales del homicidio. El fiscal que está a cargo del caso, Adrian Spelta, fue suspendido este jueves por la Legislatura de Santa Fe. La sanción cayó sobre el fiscal que es jefe de Homicidios por haber morigerado las condiciones de detención del narco Emanuel Sandoval, quien fue uno de los que participó en el atentado en 2013 contra la casa del entonces gobernador Antonio Bonfatti. Sandoval, conocido como Pimpi, quedó con detención domiciliaria en la casa que le alquilaba a un juez de Rosario. Allí fue asesinado, junto a otras dos personas, por un grupo comando el 25 de octubre de 2019.
Los reclamos de seguridad no tuvieron hasta ahora la masividad de las marchas bajo el lema Rosario Sangra, que se produjeron en 2016, cuando unas 60.000 personas salieron a las calles en dos oportunidades para pedir mayor seguridad. Esas manifestaciones provocaron que el Ministerio de Seguridad de la Nación enviara, como ya lo había hecho en 2014, un contingente de gendarmes para tratar de apaciguar la ola de violencia.
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