Antonio Obrador, el hombre que cuida los pies de los jugadores de Boca
Tiene 78 años y hace 40 que trabaja en el club; Madurga lo bautizó "El Buscapié"; es uno de los personajes más queridos en el vestuario xeneize
Pies sudorosos, callos, uñas encarnadas. El panorama no suena muy alentador. Sin embargo, es el sueño cumplido de Antonio Obrador: los pies con aquellos eventuales problemas pertenecen nada menos que a los jugadores del Club Atlético Boca Juniors.
Antonio tiene 78 años y hace 40 que trabaja en el club. Es uno de los personajes más queridos en el vestuario y, por supuesto, un hincha fanático de los xeneizes de toda la vida.
Entró al club de la mano del doctor Raúl Gioiosa, para atender una molestia de Silvio Marzolini, en el año 69. "Fue el primer jugador que atendí, era por uña encarnada", cuenta Antonio. "Cuando me ofrecieron seguir yendo fue una gran alegría; fue sensacional pasar del consultorio a la cancha de Boca", recuerda muy emocionado.
Por sus habilidosas manos pasaron los pies de muchos de los grandes exponentes de la camiseta azul y oro. Algunos más trabajosos que otros.
"Me acuerdo de uñas muy bravas como las de Vicente Pernía o las de [Ernesto "Heber"] Mastrangelo", relata Antonio, mientras pasa por su lado Riquelme, huyendo de la cámara. "Es bravo, es bravo", se ríe el apreciado podólogo.
Entre los mejores pies que trató, recordó al Colorado Mac Allister y a Rubén Suñé. Pero además, Antonio tuvo la oportunidad de cuidar los preciados pies de Diego.
"Los mejores pies eran los de Maradona; salvo alguna eventual molestia, era el que menos problemas tenía", dice Antonio.
El "Busca". Este personaje tan querido por los xeneizes se ganó el apodo de "El Buscapié", o, como hoy lo llaman, "El Busca".
"El que me apodó así fue [El Muñeco] Madurga. Me decía así porque siempre andaba buscando pies para arreglar", explica Antonio.
"El Busca" tiene todos sus utensilios en una pequeña caja de madera. Para graficar mejor cómo es su trabajo, la abre, saca sus instrumentos, se sienta y pone una toalla sobre su falda. "Así voy atendiendo a cada uno de los pibes; como son todos jóvenes no hay grandes problemas", dice Antonio, orgulloso de su profesión.
Cuenta que el que es un poquito más trabajoso es el Negro Ibarra. "Es un poco detallista, pero siempre con buena onda, como me tratan todos los jugadores", admite.
Pero la pedicuría no es su única habilidad. Como testigo privilegiado de triunfos y situaciones claves del club, Antonio también dedicó todos estos años a sacar fotografías. Con su Nikon 8008, inmortalizó momentos inolvidables que presenció junto con el equipo xeneize.
"Tengo fotos de jugadores y épocas que son de mucho valor para mí y para cualquier hincha de Boca", asegura. Esos tesoros están bien guardados en su casa, para que no se arruinen con el paso del tiempo.
Mientras acompaña a lanacion.com en un recorrido por el vestuario, la sala de masajes y el sector de utilería, "El Busca" no deja de insistir en la felicidad que le produce su trabajo. Emocionado, reflexiona: "Todos me tratan muy bien acá, me gusta mucho la profesión y éste es el lugar donde quiero estar".
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