Hacía 70 años que no se hacía en Argentina un sistema troncal cloacal de 46 kilómetros de túneles como el que hoy se está realizando entre La Matanza y Dock Sud. Tres tuneleras alemanas construidas especialmente para este proyecto trabajan silmultáneamente en una obra que beneficiará a 4,3 millones de habitantes de la ciudad de Buenos Aires y el Conurbano y que estaría terminada en 2021.
Los efluentes cloacales de la cuenca Matanza-Riachuelo (donde vive el 10 por ciento de la población argentina) serán tratados en una planta en Dock Sud, cerca de Villa Inflamable, donde se está construyendo un emisario a 40 metros de profundidad, debajo del Río de la Plata. El emisario tendrá 12 kilómetros, de los cuales ya fueron completados cuatro con la tunelera Beatriz, que debe su nombre a la vecina Beatriz Mendoza, que encabezó la demanda para el saneamiento de la cuenca que resolvió favorablemente la Corte Suprema en 2008.
En el último tramo, el emisario tendrá 34 difusores para que los líquidos se mezclen mejor con el agua del río. Las otras dos tuneleras también tienen nombre de mujer: se llaman Valentina y Elisa.
La encargada del proyecto, que generará 1500 puestos de trabajo, es la ingeniera Marcela Álvarez, gerenta del Sistema Riachuelo. Ella explica que las tuneleras son construidas especialmente porque sufren un desgaste muy grande durante la obra y no pueden volver a ser usadas.
La iniciativa tendrá una inversión de 1.200 millones de dólares provenientes del Poder Ejecutivo Nacional y un préstamo del Banco Mundial y brindará soluciones integrales de capacidad y calidad de prestación del servicio de desagües cloacales en gran parte del área de concesión de la empresa AySA. La gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal , y el ministro del Interior, Obras Públicas y Vivienda nacional, Rogelio Frigerio , supervisaron ayer el avance de la obra.
La cuenca Matanza-Riachuelo, de 65 kilómetros, está altamente contaminada y entre las causas está la falta de servicios cloacales y de provisión de agua potable. Esta situación se agrava por las conexiones clandestinas de efluentes cloacales.
Frente al crecimiento demográfico, el sistema actual tiene limitaciones estructurales y trabaja por encima de su capacidad. Según Alvarez, la nueva obra esta obra resuelve el problema y "salda una deuda de décadas".
El colector margen izquierda comienza en General Paz y Fernández de la Cruz, en el límite entre Capital Federal y La Matanza. En ese tramo se va a interceptar dos cloacas muy grandes para que parte del caudal que hoy va a Berazategui se derive al nuevo sistema.
Además se van a interceptar todos todos los pluviales y arroyos de la Ciudad que vuelcan directamente al Riachuelo. Ese caudal, de origen cloacal clandestino, va a ser derivado para ser tratado y que deje de contaminar. Más adelante se intercepta todo el caudal que viene de Tigre.
Todo este efluente ingresará a una planta de tratamiento y luego se diluirá en el río, aprovechando su enorme capacidad de depuración, a través de un emisario de 12 kilómetros que correrá 40 metros debajo del Río de la Plata.