Efecto pandemia: se recupera la confianza social en las vacunas entre los mayores de 65, pero preocupa su caída entre los menores de 40

Hace exactamente un año, cuando recién arrancaba en el país la inmunización contra Covid-19, un relevamiento alertaba sobre una caída en la confianza de los argentinos en las vacunas. Hoy, una actualización de esos datos confirma que ese descenso continúa en la población general, con excepción de los mayores de 65, entre quienes para finales de 2021 se revirtió positivamente esa tendencia, aunque todavía sin recuperar los niveles prepandémicos.

Entre los menores de 40, la pérdida de confianza, en cambio, “es preocupante”, según se afirmó durante la presentación del Índice de Confianza y Acceso a las Vacunas (ICAV) 2021, que por tercer año releva un equipo de la Fundación Bunge y Born. A partir de los 50 años, se detectó una recuperación del nivel de confianza, que se acentúa, como se dijo, en los adultos mayores.

“No es una gran caída en términos generales, pero es significativa. Hubo una disminución del 8,8% en la confianza de la población hacia las vacunas en estos tres años”, que pasó de 93,7 en 2019 a 85,5 en 2021 en un índice que va de cero a 100. “Pero aunque viene disminuyendo, la confianza sigue siendo alta”, dijo Guadalupe Nogués, bióloga molecular e integrante asociada del equipo de trabajo.

El año pasado, como publicó LA NACION, el nivel de confianza de los argentinos en las vacunas –de acuerdo con su importancia para los chicos, su seguridad y su efectividad– había bajado a 86,9 en la población mayor de 15 años, en la que se aplica el ICAV entre noviembre y diciembre. Eso se tradujo ya en una disminución del 7,2%, según estimó en ese momento el equipo que coordinan Alejandra Candia, directora de Proyectos de Educación, Salud e Innovación Social de la fundación, y Brenda Walter, coordinadora de Proyectos.

En 2021, esa disminución fue del 1,6% respecto de 2020. De acuerdo con Nogués, ninguno de los tres elementos con los que se mide la confianza “recuperó los valores originales y se mantienen” en los del primer año pandémico: el 88,5% de las personas opina que las vacunas son efectivas, el 89,1% las considera importantes para los chicos y el 88%, seguras.

“En los tres se detecta una caída de por lo menos un 5% en relación a los valores de 2019 (93,7%, 95,5% y 95,9%, respectivamente), con el componente seguridad como el que más bajó (8,2%)”, estimó el equipo de investigación. Este nuevo relevamiento se hizo sobre una muestra representativa de la población argentina con 7054 participantes.

Acceso

El acceso a las vacunas, en tanto, mejoró tras la fuerte caída del 48% en 2020 debido a la reconfiguración de los servicios de salud, el temor de la población a concurrir a los centros de salud por el riesgo de contagio y el aislamiento social tan prolongado. La cobertura de las vacunas de calendario muestran bien ese impacto y preocupa a los pediatras. Con la eliminación de las restricciones a la movilidad, el 80% se pudo vacunar, pero también pudo llevar a vacunar al hijo más pequeño, aunque en un 17,3% sigue siendo una barrera para hacerlo.

Si hay algo que permitió captar el ICAV 2021 es si estar a favor de las vacunas se traduce efectivamente en utilizarlas. Y eso se evaluó con las dosis para Covid. En 2020, cuando todavía no había arrancado la campaña contra el nuevo coronavirus, el 72% de los argentinos mayores de 15 años dijo que se vacunaría y un 28%, que no lo haría, en su mayoría porque prefería esperar (6%), faltaban etapas de prueba (12%) o podían tener efectos secundarios (5,6%).

El año pasado, para noviembre y diciembre, el 92% dijo que se había aplicado por lo menos la primera dosis. El 8% restante, todavía no se había aplicado ninguna dosis.

Al indagar más en ese grupo sin vacunación alguna, había un 1,9% que dijo que no se iba a vacunar y eran, además, los participantes con menor nivel de confianza en las vacunas (valor de ICAV 20,3, comparado con 87,7 en la mayoría con una dosis o más). El otro 6,1% planeaba vacunarse más adelante (4,6%) o todavía dudaba si hacerlo o no.

“En los mayores de 15 años, el 92% aceptó la vacunación contra Covid-19, pero hay casi un 2% que la rechaza y un 6% que puede ser persuadido con una comunicación más precisa y asertiva, además de facilitarles el acceso”, indicó Walter.

Nogués coincidió en la importancia de esa población. “Nos parece relevante ese 6% en el que puede haber tanto un problema de acceso, confianza o ambos para abordar”, dijo.

El desarrollo de los sueros contra Covid

Al relevar si la información que alcanzó el debate público internacional, no solo en el país, sobre la investigación y el desarrollo de los inmunizantes contra el nuevo coronavirus había afectado de alguna manera la confianza personal en las vacunas en general, casi la mitad (49%) dijo que no, mientras que la otra mitad se dividió casi en partes iguales entre “más” y “menos”.

“Aunque el índice de confianza es alto, sigue disminuyendo. Es importante no descuidar este aspecto para evitar que la tendencia continúe –destacó Walter al enumerar las recomendaciones que provocan estos nuevos resultados–. El índice de acceso volvió a los niveles prepandemia, sin embargo es relevante realizar mejoras a nivel estructural de manera de facilitar el acceso y así garantizar la equidad en el acceso a las vacunas”.

Al presentar el ICAV 2021, Gerardo della Paolera, director ejecutivo de la Fundación Bunge y Born, calificó este índice como “fundamental para entender la situación a nivel país, tanto de la confianza como del acceso a las vacunas”.

Para medirlo, se adaptó con variables sociodemográficas el modelo del Índice de Confianza en las Vacunas que desarrolló y aplica desde 2015 a evaluaciones internacionales un equipo de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres. También participaron de este trabajo Eugenia Hernández y Julio Ichazo, asistente y analista senior de Proyectos de la fundación. Como investigadores asociados, lo hicieron Guillermo Bozzoli (economista), Romina Libster (pediatra e investigadora especializada en vacunas), Tomás Olego (especialista en estadística matemática) y Andrés Snitcofsky, responsable de la visualización de los datos.