El horror de Vietnam, en primera persona
Uno de los textos del periodista de LA NACION que fue asesinado el 8 de mayo
LA NACION8 de mayo de 1968
SAIGÓN.- Amanecer del 8 de mayo. Medio mundo de distancia de Buenos Aires. Columnas de humo negro se levantan en el camino de Cholón, en el sector Sur, mientras se escuchan las ametralladoras y el cañoneo. La visión del lugar es horrible. Mientras llegan camiones y jeeps cargados con tropas, se les cruzan camionetas con la cruz roja y su carga macabra. Ya se calculan en más de 1000 los civiles muertos y heridos. Durante el ataque de Tét, a fines de enero, la lucha tuvo lugar en el centro de la ciudad, pero esta vez el ataque fue frontal, desde las afueras, y el primer impacto lo han recibido los poblados barrios pobres de los suburbios.
Todo el día de ayer fue continuo el fluir de despavoridos refugiados que cargando ropas y animales en canastas, bicicletas o motocicletas vinieron hasta el centro. Luego, las familias permanecían amontonadas y en cuclillas en veredas y plazas mirando hacia el Sur la columna negra que consumía sus caras.
Los barrios en que ellos vivían fueron infiltrados por los comunistas. No tardaban en llegar las tropas. A los primeros disparos aleteaban sobre el lugar los helicópteros y rociaban las casillas con metralla y cohetes. El Vietcong, con decisión suicida, contestaba el fuego. Y entonces, previo un aviso por altavoces, al que algunos civiles pudieron hacer caso y otros no, los aviones descargaban las bombas de napalm. Cientos de casas de los barrios pegados al río y el aeropuerto desaparecieron. En las callejuelas que serpentean por ellos, están los cadáveres de combatientes, de civiles y de animales.(...) Un escalofrío recorre la población, habitualmente endurecida por 30 años de lucha y que hasta el ataque de Tét prefirió tratar de ignorar la guerra. Hay quienes tienen esperanzas de que el golpe de este fin de semana, hasta ahora menor que el de Tét, sea sólo un homenaje al 14° aniversario de la derrota francesa en Dien Bien Phu, que se celebró ayer. Otros temen que sea el principio de un mes espantoso en el que los comunistas, por cualquier medio, traten de conquistar terreno para iniciar las conversaciones de paz.(...) Preocupa la presencia de muchos soldados norvietnamitas, mejor armados y entrenados que los guerrilleros del Vietcong. Su decisión y bravura sorprende a los norteamericanos. "Ellos nunca podrán tomar la ciudad", me dijo un agotado teniente coronel en Cholón. "Pero también entiendo que en su terreno nos será muy difícil derrotarlos".
Ignacio Ezcurra
LA NACION