
El juez de Esquel que usó Chat para redactar una sentencia será investigado
El Superior Tribunal de Justicia de Chubut analizará la conducta del magistrado de que la Cámara Penal de Esquel anulara un fallo por constatar el uso indebido de inteligencia artificial en su redacción
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La Cámara Penal de Esquel decidió el miércoles anular de oficio una sentencia dictada el 4 de junio pasado por el juez penal Carlos Rogelio Richeri, quien había condenado a Raúl Amelio Payalef a dos años y seis meses de prisión de cumplimiento efectivo.
El motivo de la nulidad resulta inédito en la justicia argentina: el magistrado incorporó accidentalmente en el texto del fallo una frase que revelaba el uso de un asistente de inteligencia artificial generativa (IA) —presumiblemente ChatGPT— para redactar parte de la resolución.

La frase que encendió las alarmas, incluida en el apartado de puntos decisorios, decía textualmente: “Aquí tienes el punto IV reeditado, sin citas y listo para copiar y pegar”. Ese error permitió a los camaristas Carina Estefanía, Martín Zacchino y Hernán Dal Verme advertir que el juez había recurrido a una herramienta automatizada sin dejar constancia de ello ni ejercer el debido control humano sobre su contenido.
“Esta evidencia (‘cortar y pegar’) deja una brecha demasiado amplia para determinar cuánto texto es atribuible a la IA generativa y cuánto al juez”, señalaron los magistrados en su resolución, al tiempo que remarcaron que la práctica tensiona la prohibición de delegar decisiones judiciales a sistemas automáticos, vulnerando el principio del Juez Natural.
La Cámara entendió que Richeri no ejerció la supervisión ni el control humano obligatorio sobre el contenido elaborado con asistencia tecnológica y, además, suscribió la sentencia sin advertir la cita de la IA.
El tribunal remarcó que la falta de trazabilidad y de registro sobre qué se pidió a la herramienta impide reconstruir el razonamiento del juez, “equiparando la decisión a una respuesta meramente dogmática o inmotivada”.
Por esas razones, los camaristas resolvieron anular tanto la sentencia como el juicio que la precedió, ordenando que el proceso se realice nuevamente con la intervención de otro magistrado. Al mismo tiempo, dispusieron remitir las actuaciones al Superior Tribunal de Justicia de Chubut (STJ), que deberá investigar el alcance ético y disciplinario de la conducta de Richeri.
“El uso incorrecto de la inteligencia artificial generativa produjo graves consecuencias en este proceso, con impacto sobre los justiciables, la ciudadanía toda y el Estado, responsable de garantizar el acceso a la justicia y la tutela judicial efectiva”, señala el fallo de la Cámara.
Además de la posible falta ética, los jueces advirtieron que el magistrado podría haber incumplido las normas de confidencialidad previstas en el Acuerdo Plenario N° 5435 del propio STJ, que exige resguardar la identidad de las partes, testigos y peritos en el tratamiento digital de información judicial. El uso de un asistente en línea habría implicado la exposición de datos personales y sensibles en un entorno ajeno al sistema judicial.
La situación abre un debate que trasciende el caso particular: hasta qué punto las herramientas de IA pueden intervenir en la labor jurisdiccional. Si bien el uso de inteligencia artificial para asistencia documental o análisis de jurisprudencia comienza a ganar terreno en distintos poderes judiciales, los expertos coinciden en que las decisiones judiciales no pueden ser delegadas a sistemas automáticos, precisamente por los riesgos de sesgo, opacidad y falta de fundamentación verificable.
El episodio de Esquel —el primero de este tipo con consecuencias disciplinarias en la justicia argentina— reaviva las discusiones sobre los límites éticos y técnicos de la inteligencia artificial en el ámbito judicial.
Mientras el Superior Tribunal de Justicia de Chubut analiza la conducta de Richeri, el caso servirá probablemente como precedente sobre el uso responsable de estas herramientas en el proceso de toma de decisiones públicas.
Quién es el juez Richeri
Antes de que se conociera este cuestionamiento por el uso indebido de inteligencia artificial, el juez Carlos Rogelio Richeri ya contaba con una trayectoria reconocible en el ámbito penal de Chubut.
Richeri fue elegido Juez Penal de Esquel mediante concurso del Consejo de la Magistratura de Chubut, cuyo resultado fue elevado a la Legislatura para su aprobación. Formalmente asumió el cargo el 1° de marzo de 2023, en un acto realizado en la Oficina Judicial de Esquel.
Antes de llegar al juzgado, se desempeñó como Fiscal General en Esquel y fue integrante del equipo especializado en ciberdelitos, con experiencia en causas de alta complejidad técnica. También ejerce la docencia en materias de Litigación y Evidencia Digital, reflejando su interés por los aspectos tecnológicos del proceso penal.
En su desempeño como juez, intervino en causas resonantes, como la condena a dos hermanos y su madre por una estafa millonaria tipo “cuento del tío” a una jubilada de 87 años, y en una resolución que confirmó la desestimación fiscal en una denuncia contra miembros del Superior Tribunal de Justicia, en la que realizó un severo llamado de atención a los abogados actuantes.
Algunos sectores lo habían elogiado por asumir causas complejas en las que otros magistrados se excusaban, mientras que otros lo cuestionaron por intervenir en expedientes fuera de su jurisdicción territorial.
En cualquier caso, su perfil de jurista con formación tecnológica torna aún más llamativo el episodio que hoy lo ubica en el centro de la controversia judicial por el uso indebido de inteligencia artificial.
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