En Chile, algunos adelantan la vuelta

VIÑA DEL MAR.- Con una mezcla de desconcierto, indiferencia y, a ratos, indignación reaccionaron algunos de los miles de turistas argentinos que se pasean por las playas chilenas durante este verano, ante la fuerte depreciación del peso argentino y la consecuente suba del dólar, que golpea directamente sus bolsillos en Viña del Mar, Reñaca, Concón y La Serena.

La decisión de vacacionar en Chile ya contemplaba el recargo del 35% a las compras con tarjetas y las restricciones cambiarias impuestas por la AFIP, pese a lo cual los turistas -mayoritariamente mendocinos, cordobeses y porteños- optaron por venir. Pero ahora el principal problema ya no es sólo la brusca alza del dólar, sino también la utilización de la tarjeta de crédito, cuyo precio final depende directamente de la cotización del día de pago y no de compra. Es decir, nadie sabe hoy cuánto está pagando en restaurantes, shoppings u hoteles.

En la playa de Reñaca, el mendocino Guillermo Aguado hurgaba ayer en un cooler en busca de Fernet, pero finalmente se decidió por un aperitivo italiano mezclado con jugo. "Sí, está bastante bravo lo del alza del dólar. Pero qué le vamos a hacer? En la Argentina ésas son las reglas del juego y ya está. No me voy a arruinar las vacaciones pensando en eso", dijo a LA NACION.

Otros, sin embargo, ya empiezan a sacar cuentas amargas, como los Álvarez, una familia cordobesa que pensaba alargar su estadía hasta la segunda semana de febrero y ahora optará por volver a fines de mes. "Estamos acá desde hace una semana y, según mis cálculos, iba a pagar con la tarjeta a un precio razonable. Pero ahora no puedo arriesgarme a que el hotel me salga una fortuna", dijo Juan Carlos Álvarez, mientras miraba la resignada sonrisa de su mujer e hijos.

En las casas de cambio, el fenómeno también se dejó sentir ayer por la mañana. Según explicaron desde un local oficial de divisas de Viña del Mar, varios argentinos se acercaron a cambiar sus pesos chilenos por dólares ante la depreciación del peso argentino. Salta a la vista también el tema de los precios. Lo que hasta hace algunos días aparentaba ser algo tolerable para los turistas, hoy es visto con reticencia, especialmente en gastos tan sensibles como la alimentación o la nafta, que doblan en valor a los de la Argentina.