"En el futuro podremos vivir mil años"
Lo dice Ben Best, director de una institución dedicada al congelamiento de seres humanos en nitrógeno líquido, que visita el país
Según cuenta Alicia Steimberg en Músicos y relojeros (Centro Editor de América Latina, 1971), su abuela "conocía el secreto de la vida eterna". La fórmula consistía en hervir acelgas y comerlas inmediatamente, chorreando el jugo de la cocción y rociadas con dos limones grandes.
Los "crionicistas", un grupo de personas a los que a veces se considera excéntricos y otras, demasiado ingenuos u optimistas, piensan que para vivir mil años serán necesarios avances tecnológicos que hoy sólo existen en las fantasías más desatadas. Pero que mientras tanto es posible dejar abierta esa posibilidad preservando a los individuos después de su muerte en nitrógeno líquido, a 196 grados bajo cero.
Ayer, por primera vez un alto ejecutivo de una institución criónica llegó a la Argentina. Es Ben Best, presidente del Cryonics Institute, de Detroit, que hoy, a las 11.30, dará una charla (en inglés) en la Facultad de Medicina de La Plata, en la esquina de 60 y 120, y mañana viajará a Rosario para participar del Congreso Internacional de Criobiología.
Cuando se le pregunta a Best, que realizó estudios de farmacología, física, computación y finanzas (pero que aclara que en ninguna de estas disciplinas obtuvo un doctorado, y que la criónica no es una ciencia, sino una tecnología), por qué se dedica a esto, simplemente contesta: "Amo la vida y quiero más".
-Señor Best, ¿la criónica explora otros usos del congelamiento, además de la prolongación de la vida?
-Por definición, la criónica es la criopreservación de seres humanos y mascotas para revivirlos en el futuro. El dinero invertido en investigación tiene objetivos como preservar órganos para trasplante, pero eso no es criónica. La criopreservación de células madre y tejidos de especies en extinción puede hacer avanzar la criogenia, pero no la criónica.
-¿Las personas que usted preserva están vivas o muertas?
-Los pacientes criónicos deben estar clínicamente muertos, pero nosotros no creemos que lo estén definitivamente. Alguien cuyo corazón se ha detenido está clínicamente muerto, pero a veces puede ser revivido por reanimación cardiopulmonar (RCP). Hay chicos que estuvieron sumergidos en agua fría hasta una hora y luego fueron revividos sin daño neurológico, aunque estuvieron clínicamente muertos.
-¿Y tienen muerte cerebral?
-El cerebro no está activo, pero las células y tejidos usualmente no están muertos.
-¿Qué pasaría si por alguna razón se produjera un corte de electricidad en el i nstituto?
-Los pacientes se mantienen congelados a la temperatura del nitrógeno líquido en tanques que son como grandes termos; es un sistema independiente de la energía eléctrica. Todos los días chequeamos los niveles de nitrógeno líquido para asegurar que se mantengan bien preservados.
-¿Cuando usted habla sobre la posibilidad de reanimarlos "en el futuro", en qué escala de tiempo está pensando: en una década, un siglo, un milenio...?
-En un rango que va de varias décadas a un siglo. Esa es mi opinión personal. No hay consenso sobre esto.
-¿Si las personas son criopreservadas cuando ya son muy mayores y tienen sus tejidos muy deteriorados, cómo se imagina que estarán al ser reanimados?
-[En el futuro] la tecnología de reparación molecular podrá reparar sus tejidos y la de rejuvenecimiento podrá volverlos jóvenes de nuevo.
-¿Suponiendo que eso llegara a ser posible, cree que las personas reanimadas después de décadas podrían adaptarse a un mundo totalmente distinto?
-La tecnología hace la vida más fácil. Muchas personas que se trasladan a la civilización desde condiciones primitivas se adaptan placenteramente.
-¿Le parece que es ético prolongar indefinidamente la vida?
-En mi opinión, la vida es buena y la muerte es mala. Soy un convencido de que la tecnología resolverá los problemas de contaminación y puede crear riqueza para todos. El espacio exterior es vasto [y puede proporcionarnos enorme cantidad de] energía y recursos.
-Si fuera efectiva, ¿no piensa que la criónica amplía dramáticamente la brecha entre ricos y pobres?
-La tecnología hace más ricos tanto a los ricos como a los pobres. La mayoría del mundo ahora tiene teléfono celular. Hasta los más pobres.
-Usted dice que la criopreservación ayudará a salvaguardar la sabiduría de cada ser humano, pero los que se criopreservarán serán los que tengan dinero, no los más sabios...
[Personalmente], trato de hacerla accesible para todos. Para las personas jóvenes y que gozan de buena salud, tener un seguro cuyo beneficiario sea una organización de criónica es algo que está al alcance.
-¿No le parece que la posibilidad de éxito de esta técnica es increíblemente pequeña?
-En mi opinión, está a décadas de distancia. Pero es mejor eso que nunca.
-¿Dado que se trata de un procedimiento experimental, no debería ofrecerse sin costo?
-¿Usted pagaría? Para mí, las personas deberían tener el derecho de utilizar su dinero como lo deseen -incluyendo la posibilidad de una vida en el futuro, o juventud y salud que podrían durar siglos.
-¿Según su visión, cuánto sería posible expandir la existencia humana?
-Si la reanimación y el rejuvenecimiento fueran posibles (es decir, si todas las enfermedades pudieran curarse), entonces la causas de muerte serían los accidentes, los suicidios y los asesinatos. En los Estados Unidos, en 2006, los accidentes fueron responsables del 5% de las muertes, el suicidio, del 1,4%, y el homicidio, del 0,8%. Asumiendo que uno estuviera determinado a vivir para siempre, el suicidio debería excluirse como causa de muerte. De modo que si sólo los accidentes y los homicidos fueran causa de muerte, una persona podría vivir más de mil años.
El planeta de la tecnología criónica
En el mundo hay tres organizaciones que mantienen a alrededor de 250 personas criopreservadas: el Cryonics Institute (CI, catalogado como "cementerio"), en Detroit, Alcor, en Arizona, y CrioRuss, cerca de Moscú. Alrededor de 2000 personas más ya manifestaron su interés en someterse a ese tratamiento en el momento de morir. La mayoría está en los Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, Australia, Alemania y Rusia. En la Argentina hay uno, otro en Brasil, uno en Chile y dos en México. El costo de la criopreservación es muy variable, y puede ir de los 90.000 a los 300.000 dólares, según informa el CI. Durante la preparación, se reemplaza la sangre por sustancias criopreservantes para reducir la formación de cristales de hielo y evitar el daño de los tejidos.
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