“Es posible cumplir sueños”: la joven argentina que busca recorrer el mundo sobre un longboard eléctrico
Su plan es cruzar de punta a punta un país por continente para llevar un mensaje de libertad y solidaridad; parte del dinero que recaude durante la travesía se destinará a becas para chicos de países en vías de desarrollo
MENDOZA.– Nada la detiene. Está subida, literalmente, a una moderna patineta para “surfear” lo que venga. La historia y la aventura de Evangelina González, una joven mendocina de 26 años que vive hace seis años en Alemania, marcha sobre ruedas y con un ambicioso objetivo: cruzar cinco países, uno por cada continente, a bordo de un longboard eléctrico. Con el viaje busca dar un mensaje de libertad, y abogar por una sociedad más solidaria y empática.
La expedición, que será por etapas durante un año, ya comenzó, con un proyecto internacional ecofriendly denominado 1KM+, en el que parte del dinero que recaude irá a becas para chicos de países en vías de desarrollo, sobre todo africanos, para que puedan ir a estudiar a Europa. Sin dudas, una de las metas, es inspirar a más personas a cumplir sueños.
González es música, instructora de buceo certificada y políglota autodidacta, habla cinco idiomas. Sin embargo, nada fue fácil en su salida del país: dejó Mendoza a los 18 años, sin saber idiomas, sin dinero, sin nada más que sus deseos y su guitarra a cuestas, cuentan a LA NACION sus allegados.
La joven nació en una zona rural, Colonia Bombal, en la comuna de Maipú, a más de 20 kilómetros de la capital provincial. Sus padres tienen una finca y elaboran quesos de cabra.
Exponer
Aunque ella afirma que “salir del closet” como lesbiana no fue el motivo central de su nueva vida, lejos de casa, sino su gran espíritu de libertad, buena parte de su experiencia de vida y de dejar atrás su Mendoza natal está enmarcada por su orientación sexual, según contó a este medio, principalmente porque vivió duras experiencias de discriminación entre sus compañeros de la escuela secundaria.
Una historia que ella busca ponderar y visibilizar y que no deja de viralizarse. González genera cada vez más adeptos y seguidores en las redes sociales que le desean éxito en todo lo que se propone. “Viajar siendo mujer es un poco complicado y viajar siendo lesbiana, mucho más. En el mundo hay chicas que la tienen más difícil, como por ejemplo aquellas de Maldivas, metidas en más de un closet, no solo el de la sexualidad; y ver que hay una chica que se expone y enfrenta a esa cultura tan intocable, puede traer un cambio positivo, a muy, muy futuro, y se pueden sentir comprendidas por primera vez en sus vidas”, cuenta a LA NACION, desde Madrid, a pocas horas de empezar su viaje, rumbo a Portugal, donde inicia el periplo, sin develar cuáles serán los otros países donde recalará.
“Exponer mi historia siempre ayuda a que otra gente se sienta comprendida. Mucha gente, se siente entendida y estoy recibiendo un feedback positivo”, suma González, que tiene un canal de YouTube que no para de crecer, lo mismo que su perfil de Instagram, ambos denominados “Al infinito”.
Una vez concluido su periplo en Portugal, de sur a norte, que le demandará dos semanas, deberá regresar a su casa en Alemania para seguir trabajando en un restaurante. Luego, una vez que vuelva a acomodarse, partirá hacia el próximo país, que no dejará saber, hasta último momento.
Objetivo
“Siento que hay que mostrar que es posible cumplir los sueños. Cualquiera puede hacerlo, no hace falta tener tanta plata. De hecho, estoy con pocos dólares en el bolsillo. Me gusta comunicar que la gente se tiene que atrever. Hay que ponerse a prueba y salir de las comodidades. Siempre hay dificultades, incluso con la logística para que me llegue el longboard al país de destino en cada continente”, agrega la joven, que está pendiente también de cada detalle para no tener sobresaltos con el hospedaje, el dinero y la carga eléctrica de la tabla.
“El objetivo es llegar a África en abril de 2023 y que los chicos puedan salir de la sabana, teniendo la posibilidad de estudiar, y que la música nativa no se pierda”, sumó González.
En su canal de YouTube y en sus historias de Instagram también cuenta sus miedos, entre ellos la posibilidad de lastimarse, tener problemas con el hospedaje o no poder terminar el recorrido. Lo positivo es que cuenta con apoyo de una marca que fabrica longboards y que seguirá paso a paso su aventura, lo que le permitirá también solventar gastos. Pero lo más importante es que la ONG dedicada a la educación, Music Crossroads, le ayudará a cumplir el objetivo de llegar a los chicos de tribus africanas que sueñan con trascender en la música.
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