Insisten en castigar a los "trapitos"
El jefe de gobierno dice que llegará "hasta el final" con la iniciativa que prevé penas de prisión para la actividad
lanacionarEl jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, insistió ayer en "dar batalla hasta el final" contra los llamados "trapitos", limpiavidrios y piqueteros que protestan con la cara tapada, y afirmó que la prohibición de esas actividades busca "recuperar la seguridad", al tiempo que llamó a la oposición a dejar de lado sus "prejuicios ideológicos".
Macri hizo esas declaraciones después de que la oposición, que es mayoría en la Legislatura porteña, afirmara que no avalará el proyecto oficial y denunciara que esas iniciativas buscan "tapar la escandalosa situación que atraviesa la Policía Metropolitana" y la derrota electoral que sufrió el Pro en Mendoza.
El jefe de gobierno porteño destacó que tiene un compromiso con la primera demanda de la gente: "Acá (por la Capital) y en todo el país, el compromiso es intentar recuperar la seguridad, ya que la gente quiere sentirse tranquila en su casa y en el espacio público".
"Hoy puedo actuar desde acá", reiteró, y pidió el apoyo de la oposición, que anunció una cerrada negativa a esas medidas. "Hay que dejar de lado los prejuicios ideológicos, la politiquería barata y votar algo moderno. Nadie viola los derechos humanos y nadie dice que estamos criminalizando la pobreza", argumentó.
El jefe de gobierno dijo que con sus ideas busca dar instrumentos para que puedan actuar jueces y fiscales "contra los que llevan ganzúas y fierros (...) los que van encapuchados a las marchas (...) y contra los violadores. Detrás de los muchachos que te limpian el vidrio, o el trapito forzoso, que te dice «o me pagás o te rompo el auto», hay mafias que los conducen, hay que combatirlas".
"Lo vamos a seguir hasta el final, porque me eligió la gente para ocuparme de sus problemas. Este es el primer problema que tiene la gente. No podemos no dar la batalla a favor de que se viva mejor", consideró.
"También tenemos programas de inclusión, donde los jóvenes reciben capacitación en cinco o seis tareas que tienen salida laboral", agregó el jefe de gobierno. Y afirmó: "Hay salida laboral en la ciudad; todavía hay demanda laboral no cubierta, pero falta conectar a esos jóvenes que quedan fuera del sistema".
Macri justificó así el proyecto oficial de reformas al Código de Convivencia que entró ayer en la Legislatura y que impulsa un control más estricto en la vía pública y la pena de uno a cinco días de cárcel para los cuidacoches. El jefe de gobierno también propuso crear un registro de ADN que incluiría a todos los recién nacidos.
En tanto ayer siguieron las críticas en la oposición porteña. La Mesa de Conducción de la Coalición Cívica afirmó que es un "operativo de distracción por los casos de corrupción denunciados en el seno de la Policía Metropolitana -señaló un comunicado-. Los escándalos que en este tema no dejan de aparecer no hacen más que confirmarnos que lamentablemente nos asistía la razón. Las supuestas propuestas son el colmo del ridículo: para esconder el escándalo de la policía nos vienen a decir que van a abordar el problema de la inseguridad reprimiendo al último eslabón de la cadena de exclusión".
En el mismo sentido, el senador kirchnerista Daniel Filmus sostuvo: "El problema central es que Macri designó a tres de los principales conductores de la Policía Metropolitana que estuvieron procesados en distintas causas, y que así perdió la oportunidad de crear una policía que les dé seguridad y tranquilidad a los vecinos".
Al escándalo de las escuchas telefónicas por el que están presos el presunto espía Ciro James y Jorge Palacios, se sumaron la semana pasada una treintena de casos de policías en funciones en la fuerza de seguridad local con causas judiciales en curso. Incluso un comisionado, Miguel Angel Colombo, fue separado de la policía porque está a un paso de enfrentar un juicio oral acusado de proteger el funcionamiento de prostíbulos en la ciudad cuando era policía federal.
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