La Moleskine, ahora con sello del Malba

Al igual que los grandes museos del mundo, el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba) presenta su versión de la tradicional libreta Moleskine .

Se trata de una edición limitada, en tamaño de bolsillo, con tapa negra y 80 hojas lisas, especialmente customizada con el cuño del Malba y una solapa de papel realizada por el área de diseño del museo, inspirada en los colores de la bandera argentina. Su producción inicial es de mil ejemplares y su precio de venta es de $78.

De esta manera, el Malba se convierte en el primer museo latinoamericano que realiza un acuerdo de este tipo con la marca, al igual que el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMa) , la Galería de Arte de Ontario (AGO) , el Museo Van Gogh de Amsterdam , la Feria Internacional de Arte Contemporáneo de París (FIAC) y el Museo Suntory de Osaka de Japón .

El responsable de Tienda Malba, Facundo De Falco, señaló a lanacion.com que las libretas se comercializaron durante tres años en el local del museo, hasta que por motivos de exclusividades internacionales se dejaron de importar.

"Nuestro público reclamaba el regreso de los cuadernos, de modo que el el año pasado nos reunimos con sus representantes en la Feria Internacional del Libro que se realiza en Frankfurt, para estudiar posibles opciones que posibiliten su retorno a nuestra selección de productos. Durante estas reuniones, surgió la idea de diseñar en conjunto un cuaderno exclusivo para Malba. Trabajamos durante cuatro meses para hacerlo posible", relató.

Para concretar el proyecto, el equipo de Moleskine trabajó junto con el diseñador de Malba, Fabián Muggeri, para desarrollar un concepto de apropiación del objeto y su aplicación con un nuevo diseño.

Además, De Falco anticipó que Tienda Malba tiene planeado ampliar la propuesta con los clásicos productos de la línea, a los que se le sumaría una agenda para 2010.

La historia. La libreta Moleskine es un rectángulo negro con puntas redondeadas, banda elástica y bolsillo interno extensible. Pese a su simplicidad, se convirtió en un objeto de culto: artistas e intelectuales europeas de los dos últimos siglos. Vincent Van Gogh, Pablo Picasso, Ernest Hemingway y Bruce Chatwin fueron algunos de sus usuarios más famosos. En formato de bolsillo, guardó esbozos, apuntes, hoistorias y sugerencia antes de que llegaran a convertirse en imágenes famosas o en páginas de libros clásicos.

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