El 20 de septiembre de 1984, LA NACION reflejaba la conmoción de familiares y vecinos por el brutal asesinato del creador de Don Fulgencio y de su esposa
Extractos de las crónicas publicadas en LA NACION desde el 16 de setiembre de 1984 hasta la resolución del caso.
El popular dibujante Lino Palacio y su esposa, Cecilia Pardo de Vera de Palacio, fueron encontrados muertos a puñaladas y a golpes en la madrugada de ayer, en el departamento que ocupaban en la avenida Callao 2094, casi esquina avenida del Libertador.
El hallazgo de los cuerpos lo hizo una hija del matrimonio, que compartía esa vivienda. La misma estaba en desorden y de una caja de seguridad faltaba dinero extranjero y, al parecer, algunas valiosas alhajas. De inmediato se hizo cargo del caso personal de la Comisaría 17a., donde se radicó la denuncia y de la División Homicidios, que hasta las últimas horas de ayer mantuvo un cerrado hermetismo en torno de la investigación.
No obstante, LA NACION pudo obtener algunos importantes datos acerca del doble homicidio. El cuerpo de Lino Palacio presentaba veintisiete puñaladas y el de su esposa, veinte, además de varios golpes aplicados con una plancha encontrada en una de las dependencias del departamento. La puerta de la vivienda no había sido forzada, por lo que aparentemente el o los asesinos habían ingresado a la finca tras serle franqueada normalmente la entrada.
Sobre una mesa del comedor la policía halló tres pocillos de café sin beber súpose que el dibujante no consumía esa bebida. Además, la caja de seguridad empotrada en la pared no había sido forzada, sino abierta con su respectiva llave.
Testimonios de familiares y vecinos
El portero del edificio, Eduardo Noccetti, relató a LA NACION su testimonio: “A la una menos cinco me despertaron los gritos de la hija de los Palacio, que vino hasta planta baja desesperada, con una crisis de nervios, diciendo que habían matado a sus padres.
“Traté de comunicarme con la policía o el Comando Radioeléctrico pero no pude -nos dijo-, y la denuncia la efectuó un vecino del edificio, ante el alboroto que se vivió aquí. Yo no llegué a subir al departamento”.
Esquivo a las fotografías y a las cámaras de televisión, Noccetti se mostraba consternado por los sucesos y remiso a hacer declaraciones. Mientras continuaba realizando su labor diaria, mantuvo una entrecortada conversación con este redactor: “Los Palacio eran personas muy buenas, buenísimas”, aseguró.
“El año pasado también le habían robado a la señora Cecilia (por la hija). pero no fue nada importante. Esta vez realmente no sé qué ocurrió”, nos manifestó, sin descuidar en ningún momento su actividad. Su actitud era comprensible. Además del efecto emocional estaba exhausto por la noche que le tocó pasar.
En la mañana, cuando bajaron los cadáveres por el ascensor principal del edificio, pasadas las 7, envueltos en sábanas, el encargado debió limpiar la sangre que quedó en el trayecto y eso fue otro factor que lo impresionó, máxime si se considera que conocía al matrimonio Palacio desde que comenzó a trabajar allí, hace dos décadas. “Ellos vivían aquí desde hace cuarenta años”, expresó.
Para hacer las averiguaciones del caso, en la mañana de ayer asistió al lugar del hecho personal de la División de Homicidios de la Policía Federal, aunque se reveló que de confirmarse la falta de valores tomaría parte directa en el asunto la División Robos y Hurtos.
El subcomisario Roberto Jorge Verti, subjefe de la primera de esas dependencias, abandonó el edificio a las 11.15, y dialogó brevemente con la prensa. “Esto es muy reciente, por lo que aún no tenemos nada en limpio. No sabemos si el asesino fue uno solo o más”, declaró. Y con respecto a la procedencia de las armas blancas con que se perpetró el doble homicidio dijo no saber si pertenecían a la casa o fueron traídas por él o los asesinos.
Ernesto Bunge, de 24 años, ex vecino de la familia Palacio, dijo que “conocía a Lino desde que nací, ya que hasta el año pasado estuve viviendo en este edificio. Era una persona macanuda, muy burlesco, cada vez que nos cruzábamos me hacía alguna broma o tenía algún gesto gracioso. Yo lo tuteaba. Tenía 82 años pero si uno lo veía no le daba muchos más de 60″, refiriéndose a su jovialidad.
Detalles del doble crimen
Los cuerpos fueron encontrados por la hija del matrimonio, Cecilia, pocos minutos antes de la 1 de ayer, en el departamento que ocupaban en la avenida Callao 2094, quinto piso. Fue cuando regresó a la vivienda que compartía con sus padres, luego de haber hablado telefónicamente con ellos alrededor de las 22 del viernes. Precisamente ese margen de tres horas fue el que dictaminó el médico forense que intervino en el caso como el tiempo transcurrido desde el momento del doble homicidio hasta el hallazgo de los cadáveres.
Según fuentes policiales, el cuerpo del creador de tantos populares personajes se hallaba en el vestíbulo, muy cercano a la puerta principal de acceso a la vivienda, y el de su esposa, en la cocina. Ambos cuerpos presentaban numerosas heridas de arma blanca y varios golpes que se estima fueron provocados con una plancha encontrada en el lugar, al igual que dos cuchillos de grandes dimensiones. Lino Palacio vestía ropa de calle, al igual que su esposa.
Personal de la comisaría 17a. y de la División Homicidios, que trabajaban en el esclarecimiento del hecho, desconocían hasta las últimas horas de ayer los móviles del doble crimen, aunque se informó que la caja fuerte del departamento estaba abierta y que de ella faltaba dinero, presumiblemente de moneda extranjera, aunque no así valiosas joyas. Otros trascendidos, en cambio, consignaron que se había advertido la desaparición de objetos de arte, aunque había muchos de ellos en los distintos ambientes de la vivienda, incluida una pintura a medio terminar en su atelier.
A pesar del estricto mutismo policial que reinó durante todo el día de ayer en torno de este hecho, pudo saberse que el departamento estaba totalmente desordenado lo que, sumado a que la caja fuerte se encontraba abierta y de ella faltaba dinero y, presumiblemente, alhajas, las autoridades tenían la casi presunción de que el asesinato del dibujante y de su esposa fue la culminación de un asalto con finalidades de robo.
Llamó la atención de los investigadores la furia del o de los delincuentes que mataron a dos personas de edad avanzada a las que, sin mayor esfuerzo, pudieron haber amarrado para luego despojarlos de sus efectos de valor. Otro detalle significativo es que Lino Palacio se hallaba con traje de calle, lo que indicaría que recién llegaba a su departamento. Ante esto cabe un interrogante: ¿lo hizo solo o iba acompañado por quien luego sería su asesino? Si el dibujante no entró acompañado a su vivienda, ¿de qué medios se valieron el o los asesinos para ingresar en departamento ya que a esa hora -entre las 22 y la 1- nadie abre la puerta de su domicilio a no ser a algún familiar o amigo?
Estas son algunas de las hipótesis y de las preguntas que tratan de dilucidar los investigadores para llegar, por fin, al total esclarecimiento del doble homicidio.
Jorge Palacio fue puesto en libertad (nota del 27 de septiembre de 1984)
El doctor Ricardo Reto, juez que investiga el asesinato del dibujante Lino Palacio y de su esposa, dispuso, alrededor de las 18 de ayer, la libertad de Jorge Palacio Zorrilla -nieto de las victimas- medida que se concretó desde la alcaidía del Palacio de los Tribunales.
A Jorge Palacio Zorrilla el doctor Reto le había levantado, oportunamente, su incomunicación, y trascendió en medios allegados al tribunal que no estaría vinculado con el asesinato de sus abuelos.
Pudo saberse también, relacionado con Palacio Zorrilla, que habría sido indagado con relación al hurto de 9000 dólares, cometido a principios de este año en el domicilio del matrimonio asesinado, hecho que sólo ahora trascendió a raíz del doble crimen.
Con relación a este hecho pudo saberse también que el magistrado dispuso la excarcelación de Palacio Zorrilla en razón de las disposiciones legales que así lo permiten, atento al encuadramiento legal -hurto- que habría efectuado el doctor Reto.
Los hechos
También trascendió que de las declaraciones prestadas por los imputados, surgiría que Claudia Alejandra Sobrero, quien había convivido con Jorge Palacio Zorrilla, cuando lo abandonó, se llevó un televisor, una copia de la llave del departamento del dibujante asesinado y un revólver que luego fue empleado en el asalto.
Sobrero vendió el televisor y con su producto vivieron, junto con Oscar Odín González y Pablo Fernando Zapata durante unos pocos días, y al terminárseles el dinero resolvieron asaltar al matrimonio Palacio, por lo que irrumpieron en su domicilio con el revólver sustraído a Palacio Zorrilla, y varios cuchillos que luego emplearon en el homicidio.
Pudo saberse que el señor Lino Palacio se resistió al robo intentado por Claudia Alejandra Sobrero, Oscar Odín González y Pablo Fernando Zapata, y tomó a Odín por el cuello, oportunidad en que la joven Sobrero le clavó un cuchillo en la espalda, mientras Zapata perseguía a la esposa del dibujante para finalmente matarla.
En el interín, Claudia Alejandra Sobrero y Oscar Odín González sustrajeron de la caja fuerte del departamento una suma cercana a los 4000 dólares, un anillo, un reloj, una cadena y una medallita, todos de oro, parte de los cuales fueron recuperados por la policía, encontrándose depositados en el juzgado.
Tras el robo, los delincuentes comprobaron que Lino Palacio herido por la cuchillada de la Sobrero, se estaba incorporando, por lo que Omar Odín González lo golpeó con una plancha, lo que le produjo una herida de unos cuatro centímetros de profundidad en el cráneo.
Ayer, luego de las 17, concluyó el careo dispuesto por el doctor Ricardo Reto, entre Claudia Alejandra Sobrero y Oscar Odín González, que había dado comienzo a las 15.30 y ambos -después de cumplida la medida procesal- quedaron incomunicados. El juez ordenó la ampliación de sus indagatorias, y dispuso para tales efectos una audiencia para las 15 de hoy para interrogar a Omar Odín González, a las 17 lo hará con Claudia Alejandra Sobrero.
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