Para la Justicia, se probó que Lagostena mató a Érica Soriano
Para la Justicia, Daniel Lagostena mató a Érica Soriano y luego hizo desaparecer el cuerpo. Ayer, el Tribunal Oral N° 9 de Lomas de Zamora condenó a la pareja de la víctima por el homicidio de su mujer y por aborto debido a que Érica estaba embarazada de dos meses.
Mañana se conocerá el monto de la pena y los fundamentos que llevaron a los magistrados a considerar que Lagostena mató a Érica, a pesar de que el cadáver nunca fue hallado.
En los alegatos, los fiscales Marina Rocovich y Gerardo Loureyro, y el abogado Marcelo Mazzeo, quien representa a la familia de la víctima, habían solicitado que Lagostena sea condenado a 25 años de prisión por asesinar a Érica, en el contexto de violencia de género, y causar el aborto al interrumpir el embarazo de dos meses.
Si bien todavía no se fijó el monto de la pena, extraoficialmente se pudo saber que la condena contra Lagostena sería de entre 20 y 24 años de cárcel.
Debido a que durante el juicio, tres testigos indicaron que Lagostena habría recurrido al empresario que le compró el fondo de comercio de la funeraria que pertenecía a su familia para llevar el cuerpo de la víctima al horno del cementerio de Lanús, Verónica, la hermana de la víctima, pidió que se investigue a los cómplices del acusado.
"Acá hubo más involucrados y una mafia increíble vinculada con los crematorios y algunas funerarias", expresó Verónica. Además, el abogado Mazzeo anunció que pidió que se extraigan fotocopias de las declaraciones de los tres testigos y se investigue al empresario que le alquiló la funeraria al padre de Lagostena y a los sobrinos del condenado.
"Se ha quemado una persona y la empresa desconoce su identidad. No se han presentado los certificados de defunción que, por ley, se exigen para realizar ese acto". Así, la gerenta de una empresa funeraria de Lanús le contaba a un colega que en el horno del cementerio local había sido cremado un cadáver sin los documentos que exige la ley. Ese cuerpo desapareció.
Esta conversación corresponde a una escucha telefónica realizada hace ocho años que destapó la sospecha de la existencia de una eventual "mafia" integrada por algunas empresas funerarias del sur del conurbano y los responsables del crematorio de Lanús.
Aunque el cuerpo de la víctima nunca fue encontrado, el Tribunal Oral N° 9, integrado por los jueces Victoria Ballvé, Darío Bellucci y Juan Manuel Rial, concluyó por unanimidad que Lagostena mató a Érica. En los alegatos, la defensa de Lagostena sostuvo que no se podía condenar a la pareja de la víctima porque nunca se pudo establecer cómo fue asesinada Érica.
Pero el artículo 79 del Código Penal, que establece la condena de 8 a 25 años de prisión para la persona que "matare a otro", no especifica que, para la aplicación de la pena, sea necesario determinar la forma en la que se concretó el homicidio.
Imperturbable
Acompañado por su abogado, Lagostena ingresó en la pequeña sala de audiencias por una puerta lateral. Vestía una campera deportiva blanca y jeans.
Enfrente estaba María Esther, la madre de la víctima, quien no dejaba de mirarlo fijo. Lagostena esquivó el contacto visual con la madre de su pareja.
Impasible y con la vista perdida, Lagostena escuchó el anticipo del veredicto que leyó el secretario del tribunal. Entre el llanto de los familiares se levantó de su silla, estiró los brazos y un guardiacárcel le colocó las esposas para regresar a la alcaldía de Lomas de Zamora.
Entre el dolor por el asesinato de Érica y por ocho años de incertidumbre, anteayer nació el nieto de la víctima. Florencia, que hoy tiene 19 años, fue madre de un niño. Cuando su madre fue asesinada tenía 11 años y se fue de la casa en la que vivía su madre con Lagos el acusado.
Se trató del séptimo homicidio en la historia penal argentina en que los tribunales condenaron a los acusados a pesar de que los cuerpos nunca fueron encontrados. Antes hubo sentencias similares en los casos Miguel Bru, Annagreth Wurgler, Beatriz Argañaraz, Stella Maris Pugliese, Marcela Monzón y Roxana Núñez.