Primero hay que lograr la inclusión en la escuela
Por qué deberían votar los chicos de 16 y 17 años? En realidad, se trata de pensar qué es lo que reviste mayor importancia para los argentinos.
En este sentido, lograr que el 100 por ciento de nuestros chicos esté en el colegio debe ser una prioridad del Estado, pues la institución escolar ha sido, es y será la única capaz de formar e informar a todo el pueblo.
Hagamos los esfuerzos necesarios para alcanzar esta meta. Hoy, uno de cada dos chicos está fuera de la escuela.
¿Estaremos instalando en la agenda de nuestros adolescentes un tema ajeno para la mayoría, con el riesgo de que ciertos sectores de la sociedad consideren esta ampliación de derechos una oportunidad para desplazar la edad mínima en la que ellos deben hacerse responsables de todos sus actos?
Hace pocos años, en 2006, se promulgó la ley nacional de educación, que establece en su artículo 29 que la educación secundaria es obligatoria, y en el 30, que en todas sus modalidades y orientaciones tiene la finalidad de habilitar a los adolescentes para el ejercicio pleno de la ciudadanía, para el trabajo y para la continuación de sus estudios.
No parece difícil comprender qué quisieron plasmar los legisladores al sostener que completar la escuela secundaria faculta para el ejercicio pleno de la ciudadanía.
Sin embargo, hoy muchos esgrimen pareceres, sentimientos, experiencias personales o muestran ejemplos puntuales para apoyar este proyecto, en vez de dar argumentos y buenas razones que fundamenten, sobre la base de investigaciones sólidas, por qué todos nuestros chicos tienen la capacidad de emitir responsablemente el voto.
De aprobarse la iniciativa, ¿podremos seguir exigiéndoles a los alumnos que traigan, por ejemplo, el boletín firmado por sus padres?
Me cuesta entender por qué estamos discutiendo este tema.
La Convención sobre los Derechos del Niño, deja sentado en el artículo 1° que niño es todo ser humano menor de dieciocho años de edad. Como educador, sostengo que los chicos son chicos.