Copán Ruinas es desde 1980 Patrimonio de la Humanidad y queda a 12 km de El Florido, la frontera con Guatemala. Llegamos a este pueblo para asomar la nariz en el mundo maya y en el esplendor del período clásico de esta ciudad que en su apogeo llegó a tener más de 20 mil habitantes y hombres que adoraban a los jaguares y a los guacamayos.
Viajar de San Pedro Sula a Copán Ruinas, el pueblo desde donde se visita la ciudad maya, lleva unas cuatro horas en auto. Podría ser menos si la ruta no estuviese llena de pozos. La ruta está llena de curvas y el paisaje es verde intenso. Hay puestos de venta de piña, coco, bananas, un motel que se llama Mi primera ilusión y un hombre que lleva su ganado cebú hacia algún campo del otro lado de la ruta. Hay camiones Mack y buses amarillos como los que en Estados Unidos trasladan los chicos a la escuela, pero éstos llevan pasajeros. Unos y otros se compraron usados en el país del norte. Hay campesinos con sombrero de vaquero que descansan a la sombra de una ceiba sin soltar su machete, y una canchita de fútbol que se llama Camp Nou Copán.
Las calles de Copán Ruinas son empedradas, angostas, de doble mano y con alta población de mototaxis rojos, amarillos, verdes, siempre lustrosos. Es un pueblo chico, con unos tres mil habitantes acostumbrados al turismo, a las fotos. Gente amable y conversadora. Hay alta población de extranjeros que llegan y siguen, y también de los que se quedan a vivir. Hoteles, hostels para mochileros, restaurantes, negocios de artesanías, galerías de arte y el Café Welchez en la esquina de la plaza. Welchez es el apellido de una familia tradicional que se dedicó al cultivo de café. En Honduras hay café desde la época colonial. En la actualidad, está entre los principales exportadores de café orgánico (en 2012 superó a Etiopía e Indonesia). Se cultiva en varias zonas del país, pero el de Copán es suave y con una huella de chocolate.
En el Valle de Copán hay más de tres mil edificios. El sitio arqueológico es el centro religioso, donde están la Gran Plaza, la Acrópolis, Las Sepulturas. Los mayas construían los templos sobre cimientos de otros, como una matrioskha, por eso cada hallazgo no es uno sino muchos. Por ejemplo, el increíble templo Rosalila, descubierto en 1989, estaba debajo de la Pirámide 16. Nos metemos en la selva, entre cedros, amates y otros árboles de copas grandes, y los matapalos o estranguladores, con raíces tan poderosas que podrían levantar una escalinata. Copán fue abandonada por los mayas. Se cree que por la deforestación sumada a una sequía muy fuerte, que con la lluvia de estos días es difícil imaginar. La abandonaron, como miles de hondureños dejan hoy su país. El narcotráfico, las maras -pandillas criminales- y la violencia que generan, son el gran problema que enfrentan Honduras y otros países de la región. En el área de Copán se pueden ver venados, guatusas (roedor), ardillas, zorros y serpientes. Ya no quedan jaguares, el bosque es demasiado chico.
Por Carolina Reymúndez. Extracto de la nota publicada en revista Lugares nº 212.