MAR DEL PLATA.– El último fin de semana largo, en noviembre, avivó mejores expectativas. Acompañaron el sol y los turistas, para presentar en el frente de costa la primera imagen que aporta clima de una temporada que se pondrá en marcha en muy pocos días y, aun rodeada de complicaciones, se perfila auspiciosa.
Como esta época de vacaciones coincide una vez más con una instancia nacional de cambio de gobierno siempre trae incertidumbres. También afecta la crisis económica, una constante recurrente que a esta altura ya no asusta y frente a la cual cada viajero tiene su receta a medida para armar las valijas. Y lo más reciente, la devaluación en Brasil, un competidor pleno de la costa atlántica que suma condiciones favorables cuando el dólar en alza parecía retener en destinos locales al grueso del turismo argentino.
Pero aquí hay entusiasmo y preparativos para la mejor temporada posible. Es la definición que parece tener un calce ideal frente a las dudas de lo que vaya a acontecer en los próximos días, cuando poco a poco comiencen a llegar los visitantes.
"Es cierto que hay un contexto particular, con todo lo que implica un cambio de gobierno, pero las expectativas para Mar del Plata son siempre las mejores", dice Avedis Sahakian, presidente de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica de esta ciudad.
Esta ciudad, principal destino de los veraneantes, se enfrenta a la última hoja del actual almanaque y a las primeras del próximo con una oferta de servicios que promete ser muy competitiva desde los costos y otra de atracciones que, más allá de la playa, ostentará una calificada cartelera teatral y decenas de eventos musicales y deportivos, varios de los cuales aún quedan por definir.
"Será lo que yo llamo Temporada Casino: no sé si vamos a ser punto o banca", afirma Carlos Rottemberg, empresario teatral, para describir este escenario de incertidumbre que rodea a lo que vendrá en estos cuatro meses.
Inflación de por medio, a la hora de calcular presupuestos habrá que pensar en valores globales que promediarán casi un 50% más de lo que costó andar por aquí en enero pasado. Quizás en alquileres no se haya tocado ese tope, pero sí la gastronomía y otros servicios no han podido escapar al incremento general de costos de insumos.
Departamentos y hoteles
Alojarse en un monoambiente costará desde 1300 pesos por día y 2000, en el caso de departamentos con una habitación; a partir de 2500 si se necesitan dos dormitorios, donde pueden alojarse hasta seis personas. Con mismas comodidades, por el alquiler de una casa se pide desde 3500 pesos por jornada.
En hoteles, una habitación doble en un establecimiento de dos estrellas ronda los 25000 pesos por semana. Es apenas un valor de referencia, ya que la enorme oferta que tiene esta ciudad permite encontrar valores por encima y por debajo de esa cifra, además de promociones y descuentos según medio de pago a utilizar.
Hasta el momento, según confiaron a La Nación operadores de ambos rubros, las consultas y las reservas están en ascenso. Es cierto que es un destino que suele cerrar contratos más cerca de la fecha de inicio de vacaciones, a diferencia de otras localidades vecinas con menor cantidad de plazas que invitan a tomar decisiones con mayor anticipación.
Este último fin de semana largo permitió definir operaciones con interesados que recorrieron propiedades y eligieron dónde se instalarán durante sus próximos días de descanso en esta ciudad.
En los balnearios, siempre en referencia a enero, que marca el pico de la demanda, alquilar una carpa costará entre 1800 y 4000 pesos por día, variación relacionada con ubicación y servicios que brinda cada parador. Los valores de sombrillas oscilan entre 1500 y casi 3000.
Luis García, concesionario de los balnearios 21 y 24 de Punta Mogotes, cuenta que se advierte una temporada difícil pero también algunos indicios de optimismo. "Se reciben muchas consultas y reservas de gente que hace tiempo que no venía por acá, lo que indica que varios de quienes veraneaban en el exterior ahora empiezan a elegirnos", explica.
Este año ya no funcionaría la playa equipada y gratuita que el gobierno provincial dispuso durante dos temporadas a la altura de la intersección con Avenida Constitución. De no haber un proyecto superador, será espacio público, al igual que otro frente en el sector de Las Toscas –en proximidades del Torreón del Monje- que quedó libre de carpas para este verano.
A la hora de comer la variedad de propuestas es aún mayor. Si no se conoce la ciudad, preguntar es imprescindible para orientarse en busca de la mejor relación precio/calidad/servicio. A partir de 600 pesos por persona se puede almorzar o cenar con bebida. Una pizza para comer en salón ronda los 400 pesos, la parrillada para dos se ofrece hoy a 890, una cerveza de ¾ litro ronda los 250 según la marca y hay vinos del mismo tamaño desde 300.
En bares y confiterías un café se paga hoy entre 70 y 90 pesos, una gaseosa chica entre 80 y 90, un licuado ronda los 120 a 150 pesos –lo mismo que una pinta de cerveza– y un tostado entre 120 y 200. Una merienda para compartir, versión full , se ofrece por 400 a 500 y un cuarto de helado se consigue desde 120 hasta 180 pesos.
Entretenimiento
La recreación ocupa otro espacio fundamental en el presupuesto de vacaciones de verano. Las salidas al teatro siempre son una excelente opción. La entrada promediará los 800 pesos, lo mismo que se anticipa como entrada para algunos locales bailables que funcionarán durante la temporada. Como en todos los rubros, siempre habrá alguna opción por debajo y por encima de esos valores.
La cartelera teatral es una tentación por los nombres y espectáculos confirmados. Andarán por aquí con sus obras algunas figuras de enorme reconocimiento como Antonio Gasalla, Fátima Flores, Carmen Barbieri, Luciano Castro, Roberto Moldavsky, Nicolás Cabré y Mauricio Dayub, entre otros.
El cambio de gestión de gobierno en la provincia, (será el 10), hace que todavía sea una incógnita algún programa oficial de recitales gratuitos como se venían dando aquí en los últimos años. Si algo de eso aparece se conocerá recién hacia fines de este año con una programación acotada.
A la hora de los paseos, las opciones son tanto en tierra como en mar. La entrada a un complejo acuático promedia los 700 pesos, casi lo mismo que algunos espectáculos al aire libre. Una excursión embarcado, frente a las costas y durante casi una hora, se paga a la fecha unos 650 pesos, siempre con un valor inferior para menores de edad.