Pronto podremos disfrutar de las mañanas campestres perfumadas de azahar, los pueblos con olor a pan y a eucaliptos o el crujir de los pies pisando sus hojas caídas cerca de casonas de antaño y no tanto. El Ministerio de Turismo y Deporte presentó un anexo del protocolo Covid-19 para la futura reapertura del turismo rural.
El documento elaborado por el Ministerio en conjunto con otros organismos ligados al turismo, propone recomendaciones y pautas ligadas a las actividades productivas, educativas y recreativas que se desarrollan en entornos rurales, fundamentales para guiar el necesario cambio de hábitos de la pospandemia. Según dicen las encuestas, el viajero buscará entornos naturales y rurales por seguridad, por preferencia y, en ese sentido, la Argentina tiene un gran potencial.
Buscando las historias de ese pueblo cercano y amable mientras la hueste de perros ladran al horizonte en las calles que mueren en el campo, el protocolo contempla planificar y organizar el cronograma de visitas de acuerdo a la capacidad de cada lugar conforme lo establecido por el Ministerio de Salud. Considera que es fundamental establecer una agenda estricta de ingreso y egreso de visitantes y duración de las actividades para evitar el entrecruzamiento de grupos y la posterior desinfección de los espacios utilizados. Se sugiere evitar las visitas autoguiadas: lo principal es evitar las aglomeraciones.
Para degustar las comidas típicas como empanadas, locro, humita, asado y tantas otras ligadas a las costumbres camperas, se sugiere optimizar los tiempos de las degustaciones y la utilización de utensilios descartables. A la hora de comprar ese queso perfumado o ese salamín habrá que recordar su aroma en la imaginación y llevarlo para casa, porque el protocolo indica que será mejor que los viajeros no tomen contacto con mercancías para comprar y que en lo posible lleven su propio equipo para actividades recreativas.
Volverán las cabalgatas, el instante de vértigo que embarga al jinete cuando comienza a galopar por la húmeda llanura pampeana o la alegría irracional de subir al paso un cerro en el norte o sur del país, tarareando una vidala. Sólo que las monturas deberán estar recubiertas con material que pueda desinfectarse y ya se pueden ir olvidando del uso de mantas, piel de cordero o lana.
En cuanto a los lugares con pernocte, se deberán contemplar las pautas del protocolo Covid-19 para alojamientos turísticos.
La resiliencia, o la paciencia para el último esfuerzo
"No hay fechas certeras para la reapertura. Se viene trabajando en protocolos desde el Ministerio de Turismo y Deporte que ya comenzaron a implementarse en algunos destinos y ayer se presentó el Protocolo Covid-19 para el turismo rural. Algunos balnearios como Villa Gessel van a contar con sellos de calidad que implicarán reglas estrictas que deberán seguir hoteles, restaurantes, estancias", dice Andrés Ziperovich, especialista en turismo rural y alternativo.
Desde Usina Turística realizaron en abril de 2020 una encuesta sobre 1200 casos para definir el perfil del nuevo viajero. El sondeo señaló que el 62 por ciento de los turistas elegiría viajar dentro del país; el 57 por ciento optaría por destinos rurales y alejados y el 28 por ciento, por pequeños pueblos.
"Lo importante –concluye Ziperovich-, es asegurar la trazabilidad del turista desde que sale hasta que vuelve a su casa: pensar un conjunto de acciones para darle seguridad al sistema turístico tanto al que viaja como al que recibe, para que la industria de la hospitalidad no se transforme en la de la hostilidad. El turismo rural como concepto que incluye estancias, pueblos, comunidades, productores tiene una gran oportunidad para competir con los viejos modelos".
Algunas estancias aprovecharon la pausa para ponerse a punto y hacer mantenimiento, ese que siempre queda para más adelante cuando el trabajo apremia. Lo cierto es que la mayoría combina el turismo con actividades agrícolo-ganaderas; estos meses que se hacen eternos fueron prácticamente la sentencia de muerte para algunos lugares dedicados exclusivamente a la industria sin chimeneas.
La estancia La Candelaria, todo digitalizado
"A pesar de tener la dificultad de mantener las puertas cerradas en estructuras tan grandes como las estancias, vemos un futuro muy halagador porque somos la tendencia que viene: turismo nacional de cercanías en automóvil en contacto con la naturaleza, reivindicando nuestras costumbres y comidas", cuenta Lucrecia Grande Rocha, socia de la estancia La Candelaria de Lobos, palacio de época en la provincia de Buenos Aires.
"Estamos cerca de la Capital y eso es una gran ventaja: después de tantos meses de confinamiento la gente quiere poner los pies en la tierra, tomar sol, respirar aire libre y ver árboles y plantas. Los lugares de turismo de masas quedarán relegados y se abrirán nuevos destinos con menos público. En 2021 tampoco habrá temporadas altas tan definidas para no aglomerarse", afirma.
La parte sanitaria tendrá una gran importancia: por eso los lugares abiertos son menos peligrosos. "En La Candelaria estamos implementando un protocolo para digitalizar todo: check in, tarifarios, menúes. El buffet ya no existe más en todo el mundo, el personal circulará con barbijo, alcohol en gel a disposición, limpieza especial para las habitaciones con alcohol al 70 por ciento. El objetivo es que el viajero se relaje".
Estiman que abrirán las puertas a mediados de septiembre. La resiliencia , en este caso, está a la orden del día: comenzaron con la venta de vouchers entre clientes con un descuento del 25 por ciento y un precio especial para los que se alojen en la semana sólo con desayuno para que tengan la posibilidad de deambular por las cercanías: los pueblos de Lobos, Roque Perez, Salvador María, Uribelarrea, entre otros.
"Aprovechamos para hacer mantenimiento. Abriremos un restaurante nuevo llamado Privé de comida gourmet para parejas en el castillo y en el otro edificio sigue vigente el restaurante anterior, Quinto Chuker, de especialidades tradicionales argentinas", concluye esta empresaria más que optimista.
Frente a un nuevo turista
El turismo rural como concepto global y su gran oportunidad es uno de los desvelos de FATUR (Formadores Argentinos de Turismo Rural), un equipo interdisciplinario formado por profesionales egresados del Posgrado de Turismo Rural de la UBA. "Implica integrar a pequeños poblados rurales como hecho social integrador de experiencias que incluyan atractivos, actores, paisajes, recursos, lugares, historial, tradiciones, costumbres, artesanías tanto para los visitantes como para los que lo habitan", señala su vocero Gustavo Corvalán. Asegura que "estamos frente a un nuevo turista que priorizará el aspecto sanitario por lo cual es fundamental la existencia de protocolos a los que el turista tenga acceso, corroborando su estricto cumplimiento, factor que entendemos será determinante a la hora de elegir un destino".
Consultadas algunas estancias, los ejemplos de resiliencia de mujeres al frente de emprendimientos turísticos están a la orden del día: Manena Reggiardo, de Estancia Las Margaritas de Victoria, Entre Ríos, está trabajando en el rediseño de los espacios ajustados a la nueva modalidad turística.
"Tengo la ventaja de tener alojada en casa a mi nieta Alma graduada en Turismo en Francia que me está ayudando con todo. Apenas estipulen la posibilidad de abrir esperamos gustosos a los viajeros con las normativas que el Covid-19 nos demanda: mejoramos la independencia de cada casita instalando televisores y WiFi, los ambientes comunes de cada una para que no añoren la casa principal donde nos juntábamos a comer antaño. También estamos rediseñando los espacios exteriores implementando horarios para que todo el mundo pueda disfrutar de ellos sin miedo, manteniendo las distancias reglamentarias", explica.
Consultas y reservas
Diana Hunt de La Violeta en Cacharí, Entre Ríos, espera la apertura para septiembre en adelante. Recibió muchas consultas y pedidos de reserva para la primavera. Decidió aceptar un solo grupo por vez a pesar de no llenar el total de habitaciones con todas las normas de seguridad requeridas: barbijo, desinfecciones periódicas, etc.
Roxana Menditte, dueña de Puilquen Posada de Campo de General Belgrano, provincia de Buenos Aires, resiste con su emprendimiento declarado de interés turístico provincial. "Estamos ampliando el sector de producción agroecológica y realizando talleres virtuales, trabajando en los protocolos de turismo rural sustentable para cuando se pueda reabrir y circular libremente", cuenta. A pesar de peligrar la subsistencia de las tres cabañas desde las que promueve hace 8 años un turismo rural sustentable, piensa que "tal vez esta crisis sea una oportunidad para la toma de conciencia a nivel global de la necesidad de cuidar y sostener el planeta".
En este sentido, la consultora de turismo Gloria de Lafuente, representante de la estancia La Eloisa en General Las Heras –una de las que sí cierra sus puertas por el Covid-19 junto con La Isolina de Olavarría, entre muchas otras-, afirma que "van a cambiar los paradigmas a la hora de planear un viaje. La gente buscará poder tomar mayor contacto con la naturaleza en familia y con grupos de amigos más pequeños: por ello el turismo rural será uno de los más elegidos. Y las medidas de higiene pasarán a ser parte de nuestro ADN, empezando por no compartir nuestra tradicional bebida campestre: el mate", señala.
Cecilia García de la casa de campo La China de Magdalena, provincia de Buenos Aires, cálido lugar de paredes de adobe y guisos que acarician el alma hechos en cocina de leña, dice que el turismo rural será una buena alternativa pero la situación económica del país es compleja, por lo tanto, no sabe cuándo comenzará la reactivación.
Llenarse la boca de moras, buscar el cobijo y armar la casita bajo la araucaria, oler los eucaliptos, las acacias, el laurel chiquito, escuchar el trinar de los pájaros y el cloqueo de las gallinas: cuando todo esto pase habrá que tener en cuenta también la desesperación emocional por tomar contacto con la naturaleza que en este caso puede contarse como beneficio.
Las preferencias del turista pospandemia
RATUR, la Red Argentina de Turismo Rural, nuclea actualmente a 45 socios en todo el país. Su presidente, Alejandro Carrera, cuenta que se cree que los establecimientos rurales serán muy demandados, "especialmente para estadías largas por sus características intrínsecas en cuanto a aislamiento y poco contacto con personas desconocidas. Al menos ese ha sido el comportamiento en otros países", afirma. No se espera turismo internacional.
La cátedra de Planeamiento Turístico II de la Universidad Provincial de Córdoba realizó una encuesta sobre la demanda potencial del argentino que viajaría por nuestro país. Aún en construcción, ya entrevistaron a más de 2900 personas principalmente de la zona pampeana (Buenos Aires, La Pampa, Córdoba), donde está la mayor concentración de turistas potenciales.
"La encuesta es parte del trabajo de nuestra cátedra", cuenta Fernando Westergaard, docente y consultor de la agencia "Turismo & Gestión". "La idea era buscar las motivaciones y gustos del futuro turista y compararlas con las de 2019 ,intentando desmitificar algunas supuestas verdades", explica.
"Se dijo que el turismo rural y de cercanía será el que viene pero la tendencia hacia el turismo de naturaleza es un fenómeno de varios años atrás y no tiene que ver exclusivamente con el Covid", afirma.
De acuerdo a estos resultados, aún en estudio, se vio que el turista nuevo no tendría impedimento con la distancia. Un turista puede manejar en un solo trecho entre 900 y 1200 km por día, no más, y los tiempos actuales son tiranos. Eso sí volcaría al viajero a destinos de cercanía.
En la mencionada encuesta, el 78 por ciento no tiene miedo a viajar. Consultados sobre si viajarían por Argentina apenas se levanten las restricciones el 38 por ciento prefiere esperar unos meses para analizar la evolución de la pandemia, el 24 por ciento lo haría sí o sí y el 22 teniendo en cuenta si los destinos aplican los protocolos sanitarios correspondientes. Al 50 por ciento de los encuestados no le importa la distancia, el 25 por ciento realizaría viajes a otra provincia y el 20 por ciento dentro de la misma.
La planificación del turismo rural en base al desarrollo de las economías regionales en su conjunto teniendo en cuenta al viajero posCovid resulta una oportunidad para la industria sin chimeneas a pesar del colapso mundial del turismo.