Los cuadernos de las coimas: un lejano vínculo radical con Electroingeniería abre un foco de tensión en la coalición de gobierno

Las repercusiones de la investigación derivada de los cuadernos de las coimas podrían llegar en los próximos días a generar una impensada tensión en la coalición de Gobierno. Eso se debe a las relaciones de algunos referentes del radicalismo con los empresarios involucrados.

El caso más resonante es el del abogado Ricardo Gil Lavedra . Largamente identificado con uno de los socios de Cambiemos , representa en el país los intereses de China Gezhouba Group, socia a su vez en la construcción de las represas patagónicas de Electroingeniería, cuyo vicepresidente, Gerardo Ferreyra, está detenido en el marco del operativo que activó la investigación de este diario.

Gil Lavedra y Elisa Carrió , socia fundadora de Cambiemos, mantienen una relación tensa desde hace años. Uno de los puntos que critica la senadora es el trabajo del abogado con el sector privado.

Gil Lavedra y Elisa Carrió , socia fundadora de Cambiemos, mantienen una relación tensa desde hace años. Uno de los puntos que critica la senadora es el trabajo del abogado con el sector privado.

LA NACION corroboró el vínculo del jurista con los chinos partir de documentos que ordenó confeccionar uno de sus viejos clientes, el exministro de Energía, Juan José Aranguren , quien con una obsesión similar a la que empleaba el chofer Oscar Centeno para anotar los caminos que transitaba recolectando dinero junto a Roberto Baratta , ordenó dejar registro de todas y cada una de las personas con las que se reunió en la función pública.

La preocupación por los detalles de Aranguren puede tener que ver con su personalidad, pero también con el sillón que ocupaba y el sector que regía. Su antecesor había sido el exministro de Planificación, Julio De Vido , preso desde hace varios meses y sospechado por corrupción desde mucho antes.

El registro de audiencias de Aranguren muestra que se reunió con Gil Lavedra el 31 de mayo pasado a pedido del abogado, quien actuó como representante de los capitales chinos. Los acompañó Ferreyra, que dos meses después caería preso, y Hu Zhijun, miembro del comité de la Unión Transitoria de Empresas que lleva adelante el proyecto. Discutieron cómo acelerar la marcha de la obra, que había estado frenada por dos años por un reclamo relacionado con el medio ambiente.

El registro de audiencias de Aranguren muestra que se reunió con Gil Lavedra el 31 de mayo pasado a pedido del abogado, quien actuó como representante de los capitales chinos. Los acompañó Ferreyra, que dos meses después caería preso, y Hu Zhijun, miembro del comité de la Unión Transitoria de Empresas que lleva adelante el proyecto

Gil Lavedra no hizo público que trabajaba para los chinos, pero sí se lo anunció al Gobierno. Antes de aceptar el trabajo, habló con Aranguren para confirmar si la Casa Rosada tenía previsto continuar con la obra y le avisó que asesoraría a los chinos.

En el entorno del jurista sostienen que la administración de Macri vio con buenos ojos su relación con la contraparte asiática y consideró que su presencia demuestra que el Gobierno quería continuar con el proyecto.

Como asesor de Gezhouba, Gil Lavedra intentó limpiar de polémicas a las represas del sur. Por ejemplo, cerró un acuerdo con la Universidad de Buenos Aires (UBA) para realizar un Programa de Integridad con la UTE que le dé transparencia a las compras y contrataciones del proyecto.

La historia tiene algunas ironías. En agosto de 2013, Gil Lavedra (era presidente del bloque de diputados de la UCR) y Manuel Garrido denunciaron en los tribunales de Comodoro Py a más de cinco funcionarios por irregularidades en la licitación de las represas en la provincia de Santa Cruz, que había ganado Electroingeniería.

Gil Lavedra denunció que el negocio parecía "armado para los amigos del poder" y advirtió sobre "anomalías" en el dictamen que preadjudicó la licitación a Electroingeniería, el cual se basó en una "carta de descuento" que "rebajó en un 17% por ciento el costo del ofrecimiento de Electroingeniería y una condición violatoria del pliego donde la empresa solicita que parte del pago sea en dólares y en un banco extranjero", como había informado LA NACION.

Se sabe que Macri pone menos reparos a la relación de la política con el sector privado que Carrió. A pesar de haber sido socios junto a Alfonso Prat-Gay en la lista que se presentó en las elecciones legislativas de 2009, la diputada de Cambiemos tiene una mala relación con su ex socio político Gil Lavedra.

Una parte de esa discordia se apoya en la actividad privada del abogado. En el programa Mesa Chica, que se emite por LN+ , Carrió volvió a criticar esa arista del jurista: "La próxima vez que hablen les voy a decir todos los negocios con el poder que hicieron", dijo en referencia al radical.

Además de los asiáticos, el ex ministro de Justicia representa a otros clientes: el 17 de febrero de 2016 acompañó a Gastón Zilbergleijt, de KBA, a una reunión que mantuvo con el presidente de Casa de la Moneda, Marcelo Pose, y el 3 de mayo del año pasado pidió una reunión con funcionarios del Ministerio de Seguridad en nombre de Sancor Seguros.

Además de los asiáticos, el ex ministro de Justicia representa a otros clientes. Por caso, el 17 de febrero de 2016 acompañó a Gastón Zilbergleijt, de KBA, a una reunión que mantuvo con el presidente de Casa de la Moneda, Marcelo Pose, y el tres de mayo del año pasado pidió una reunión con funcionarios del Ministerio de Seguridad en nombre de Sancor Seguros.

Gil Lavedra construyó una reputación destacada a nivel local e internacional a través de los años. No sólo participó en el juicio a las Juntas Militares, sino que también fue ministro de la Nación y diputado, entre otras cosas.

Su andar por el sector privado también es auspicioso, dado que suele ser muy consultado por distintas personalidades. Por ejemplo, Shell contrató al estudio Marval, O'Farrell & Mairal para defender a Aranguren en las demandas civiles que le inició en el pasado el exsecretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, por supuesto desabastecimiento de combustibles. Pero eligió a Gil Lavedra en la defensa de las causas penales.

Antes del encuentro que mantuvieron en mayo, Aranguren mantuvo un diálogo con Gil Lavedra y le expresó su punto de vista con respecto a algunas cuestiones. Entre ellas, que si bien el Gobierno respetaba un contrato que había sido firmado en la anterior gestión para construir las represas patagónicas, no tenía la mejor imagen de la compañía Electroingeniería. Gil Lavedra le respondió de manera precisa: representaba a la empresa china, no a la UTE, donde participa Electroingeniería.

El Gobierno intentó en varias ocasiones sacar del proyecto a la firma cordobesa. En mayo del año pasado, en la gira oficial por China, un hombre del equipo de Macri les pidió a los jefes de Gezhouba que se buscaran otro socio. Los asiáticos rechazaron la sugerencia y respondieron que ellos iban a "conducir" la relación.