Varados. El extraño caso del avión que voló desde Miami con 105 asientos vacíos
Cuando se calcula que todavía quedan más de 10.000 argentinos en el mundo que esperan regresar al país, el jueves pasado a las 20.04 aterrizó en Ezeiza un avión proveniente de Miami -uno de los principales focos de varados- con argentinos a bordo, pero con una particularidad: más de 100 asientos vacíos.
Era el vuelo 2D 889 de Eastern Airlines, una aerolínea estadounidense que no vuela regularmente a la Argentina ni tiene a Buenos Aires entre sus destinos habituales. En este caso, se trató de un vuelo charter pagado por el gobierno de Estados Unidos y acordado por la embajada de ese país en la Argentina con el objetivo de repatriar ciudadanos estadounidenses a su regreso.
El avión aterrizado fue un Boeing 767 con capacidad para 244 pasajeros -según el registro de ingreso y salida de aviones que vio LA NACION- que, según informó oficialmente la Cancillería a Télam, trasladó a 139 personas. Es decir, viajó con 105 asientos vacíos.
Según explicó a LA NACION Paola Tamburelli, titular de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), el vuelo "solo estaba programado para repatriar estadounidenses a su país", pero ante la problemática de los varados argentinos "el consulado decidió negociar con la empresa para que suba a los pasajeros de mayor riesgo y vulnerabilidad". Para concretarse, esa gestión recibió el visto bueno de las autoridades de Salud, que son quienes tienen la última palabra a la hora de autorizar ingresos.
Así, y según la explicación oficial, el vuelo no estaba completo porque no se trataba de un vuelo "abierto", sino que se acordó embarcar solo a aquellos argentinos que estuvieran en un listado de prioridad realizado por el consulado argentino en Miami. Sin embargo, según pudo reconstruir este medio, mientras que algunas personas que no estaban en la lista lograron hacerse de un pasaje, otras que sí estaban no pudieron tomar el avión.
Por ejemplo, el costo del pasaje, de US$1000, fue un obstáculo para una familia de seis personas con niños pequeños que, pese a estar en el listado de prioridad, no pudo pagar el traslado. Luego de haber sufrido dos cancelaciones y comprado nuevos pasajes, sus tarjetas estaban al límite y no tenían la posibilidad de conseguir US$6000 de un momento a otro.
Esa situación fue narrada por Belén Villar, una joven de 24 años que quedó varada en Estados Unidos luego de que cerrara el centro de esquí en el que se encontraba trabajando con un programa de Work & Travel y que conoció a la familia mencionada en uno de los tantos días que pasó en el aeropuerto de Miami. Gracias a ellos pudo conseguir el teléfono de la aerolínea e insistir hasta que le permitieron comprar un pasaje.
Hoy Villar está cumpliendo la cuarentena obligatoria en el hotel Conquistador de Buenos Aires, mientras que dos de sus amigas, que también intentaron abordar el vuelo, no pudieron viajar.
También logró subirse al avión Fernando Giordano, de 24 años, que consiguió el teléfono de la aerolínea y tras responder "millones de preguntas" pudo hacerse de un pasaje. "Lo compré a las 8 de la noche y el vuelo salió al otro día a las 9.30 de la mañana", dijo, también desde su aislamiento en el hotel Conquistador.
"En el aeropuerto estaba nuestra fila con gente subiendo al vuelo y había otra con gente que no tenía pasaje, a los que les dijeron que iban a poder subir si quedaba lugar, pero después el avión salió con lugares vacíos", agregó Giordano. Según su relato, había muchos asientos libres en clase turista y en primera clase estaban directamente todos vacíos.
La explicación
Tamburelli dijo que los vuelos que están llegando al país con el objetivo de sacar extranjeros de la Argentina vienen "en ferry", es decir, sin pasajeros y que hasta ahora este fue el único que trajo argentinos en su tramo de ida. "Pero no descarto que pueda haber otros casos si la situación de los varados lo amerita", sostuvo.
En la etapa anterior del proceso, cuando la autoridad aeronáutica habilitaba decenas de "vuelos excepcionales" de aerolíneas privadas con el objetivo "humanitario" de repatriar argentinos, esos vuelos llegaban al país con una alta ocupación y en muchos casos llevaban pasajeros también en el tramo de regreso. Así Latam, por ejemplo, ingresó entre el 19 y el 24 de marzo 10.800 argentinos al país y sacó 4300 extranjeros. Los vuelos de Aerolíneas Argentinas, en cambio, viajaban al exterior vacíos y regresaban completos de repatriados.
"Hoy no hay un límite de ingreso de pasajeros, sino que directamente hay una prohibición de aprobación de nuevos vuelos salvo excepción que se defina entre todos los ministros", explicó Tamburelli. Si bien ANAC es el organismo que emite las autorizaciones para volar, el pulso de las decisiones está marcado por las autoridades sanitarias, que deciden quiénes ingresan de acuerdo con la evolución de la pandemia de coronavirus y el riesgo que involucra el punto de origen de cada avión.
Desde el lunes 15 de marzo, día en que se comenzó a implementar el cierre de fronteras con los países considerados "de riesgo" por el coronavirus, las restricciones en el frente aéreo fueron de menos a más.En un primer momento Cancillería calculó en 23.000 el número de varados, que se buscó traer al país con servicios especiales de Aerolíneas Argentinas primero y luego también con vuelos de empresas privadas y hasta con operaciones de aviones de la Fuerza Aérea. Sin embargo, en el Gobierno calculan que todavía hay más de 10.000 argentinos que esperan volver al país.
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