Antes de su retirada de la AGN, Javier Fernández bajó contratos y asume el radical Jesús Rodríguez
Antes de dejar la presidencia interina de la Auditoría General de la Nación (AGN), Javier Fernández modificó, con el aval del resto de los auditores que conforman la cúpula, la integración y la estructura del máximo organismo encargado del control externo de la administración nacional.
Según reconstruyó LA NACION, en las últimas semanas, por iniciativa deFernández y con el aval del resto de los auditores, se dieron de baja decenas de contratos de personal, se reasignó a una cantidad de personal en otras áreas y también se desafectó a todo el personal que trabajaba para la órbita de la presidencia, reasignándolo en otras áreas. La Presidencia quedó vacía. "No es algo desfavorable" para el próximo presidente, afirmaron en el organismo.
Se modificaron, además, los directorios de la Gerencia de Administración y Finanzas -que maneja la caja de la AGN- y del departamento de Auditoría Interna, que estaban encabezados por gente de Fernández, y se designó a nuevos directores, también de su entorno
Mientras algunos integrantes del organismo consideran que estos movimientos son habituales antes de que asuma un nuevo titular, otros los leen como una demostración de poder de parte de Fernández, que fue designado como auditor en 2001 gracias al apoyo del peronismo y luego reelecto dos veces.
En tanto, el auditor radical Jesús Rodríguez–nominado por la UCR para dirigir el organismo–, fue ayer designado como el nuevo presidente de la AGN. Al asumir como titular, su silla de auditor quedará vacante y, según dijeron fuentes que participaron de las negociaciones, quedará para Miguel Ángel Pichetto.
La AGN estuvo acéfala desde el 5 de diciembre pasado, cuando, días antes del cambio de gobierno, el entonces titular Oscar Lamberto renunció a la presidencia. La Constitución Nacional establece que la presidencia del organismo debe ser designada a propuesta del partido político opositor con mayor número de legisladores en el Congreso.
El año terminó sin que la oposición lograra un acuerdo para designar a un titular, y por eso durante la mitad del mes de diciembre, todo enero y todo febrero, Fernández -por ser el auditor más antiguo- condujo el organismo. Nadie dentro del organismo ignora ni desmiente la influencia de Fernández en los nombramientos y la distribución de cargos.
Los desplazados
Uno de los gerentes desplazados es Pablo Pérez de Celis, que durante 13 años se desempeñó en la AGN como su mano derecha y que en los últimos diez años dirigió la gerencia de Administración y Finanzas del organismo. Su salida se dio durante la presidencia interina de Fernández.
También fue dado de baja Javier García, que se desempeñaba como director de la gerencia de Auditoría Interna. Según reconstruyó este medio, Fernández les pidió la renuncia, ellos la presentaron, y con el acuerdo de todos los auditores se dispusieron sus bajas. Para la gerencia de Auditoría Interna fue designado Facundo Marchi, hijo del administrador general de la Corte Suprema y de máxima confianza de Ricardo Lorenzetti, Héctor Daniel Marchi.
La desvinculación Pérez de Celis llamó la atención de muchas personas que trabajan en el organismo de control hace años y conocen la dinámica mediante la cual Fernández se relaciona con su gente de confianza.
Aunque desde la cúpula aseguran que "es normal" que se hayan dado de baja decenas de contratos, a varios de los empleados del organismo les pareció llamativo que la decisión fuera comunicada vía e-mail del nuevo gerente de Administración y Finanzas, Patricio Mc Loughlin, durante la tarde del viernes pasado, mientras la oposición definía al próximo titular. Y resaltan que son medidas que no deberían adoptarse durante la presidencia interina.
"El problema que tenemos es la falta de presidente", dijo a LA NACION una fuente que trabaja en una de las gerencias de control. "No hay movimiento, hay informes que no se están tratando por que no hay presidente, y está todo muy parado".
El directorio de la AGN está conformado por María Graciela de la Rosa, Javier Fernández y Juan Ignacio Forlón, por el Partido Justicialista (PJ); Gabriel Mihura Estrada, por el Frente Renovador, y Alejandro Nieva y Jesús Rodríguez, por la UCR.
Ante la consulta de LA NACION, Fernández dijo que la renuncia y el desplazamiento de Pérez de Celis estuvieron motivados por una "pérdida de confianza". Y se remitió a LA NACION desde la AGN el expediente relacionado con su baja, donde se indica, en un informe elaborado con letras mayúsculas, que se trató de una "MALA GESTIÓN" y que varios sucesos expuestos en el informe -relacionados con el manejo de los fondos del organismo- muestran "LA DECIDIA Y LA FALTA DE CONTROL CON LA QUE SE TRABAJABA EN ESE SECTOR".
Los vínculos con la Justicia y el espionaje
A pesar de que siempre lo negó, Fernández tuvo una enorme influencia sobre los tribunales federales durante los gobiernos kirchneristas. Hace ocho años, su aval era decisivo para el nombramiento de los jueces federales. Uno de los jueces más cercanos a Fernández es Luis Rodríguez, titular del Juzgado Federal N°9. Fernández es el padrino de la hija del juez. El hijo del juez Luis Rodríguez trabaja actualmente en la AGN.
Fernández designó en la AGN, durante la última década, a varios familiares de jueces y fiscales de Comodoro Py. Una de las hijas del juez federal Rodolfo Canicoba Corral, Malena, que trabajó para la AGN junto a Fernández y luego pasó a trabajar en la oficina de escuchas, que depende de la Corte. Pero también ocupó allí un cargo menor el operador judicial Alfredo Lijo, hermano del juez Ariel Lijo.
El hermano del camarista federal Martín Irurzun, Alejandro, también tuvo su paso por la AGN: dirigió la gerencia de Sistemas. Y el hijo del ex fiscal de cámara Germán Moldes, Germán Manuel, está a cargo actualmente de la Secretaría Legal del organismo.
Quien fue el hombre fuerte de la exSIDE y acumuló poder durante los últimos veinte años, Jaime Stiuso, declaró en un expediente judicial que Javier Fernández era un hombre suyo, al referirse al episodio en el que, en 2011, una banda baleó el auto en el que viajaba Fernández, en el barrio de Colegiales. A pesar del feroz enfrentamiento de Cristina Kirchner y Stiuso, Fernández todavía es representante del peronismo en la AGN.
Fernández también estuvo implicado en la causa de los cuadernos de las coimas. Apareció mencionado como "Javier de inteligencia" en las anotaciones de Centeno, quien escribió que había entregado dinero en su casa del barrio de Villa Urquiza. Fernández fue citado a indagatoria por el juez Claudio Bonadio. Llegó una mañana a Comodoro Py con una valija repleta de documentación para exhibir los informes de la AGN que elaboró sobre los gobiernos kirchneristas, y para refutar las anotaciones que lo acusaban de intercambiar bolsos con el exfuncionario Roberto Baratta.
En ese expediente, Bonadio le había dictado la falta de mérito a Fernández y al exjuez Norberto Oyarbide, que había declarado: "Stiuso y Fernández me apretaban para sacar las causas de los Kirchner". La Cámara Federal ratificó esa falta de mérito, pero luego, el juez Marcelo Martínez De Giorgi, a cargo de ese expediente, consideró que los dichos de los arrepentidos que habían incriminado a Fernández (Víctor Manzanares) no eran más que "un canto de sirenas, un espejismo".
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