Celebrarán los Festivales Wagnerianos pese a la pandemia
Los Festivales Wagnerianos se celebrarán este año pese a la pandemia, cueste lo que cueste, con el objetivo de llevar algo de optimismo al mundo de la cultura, confirmaron hoy a dpa los organizadores.
Los responsables del festival se reunieron el viernes y decidieron celebrar el evento a finales de julio como un gesto hacia uno de los sectores más golpeados por la crisis del coronavirus, con los teatros y óperas de Alemania cerrados desde hace meses y con la desesperación cundiendo entre artistas y músicos.
"Somos optimistas en cuanto a que esto cambiará para el verano (europeo). Entonces tendremos un mayor porcentaje de vacunados. Además, el verano es enemigo natural del virus", aseguró a dpa el presidente del consejo de administración del festival, Georg von Waldenfels.
En los últimos meses también había manifestado su confianza en la celebración del encuentro su directora, Katharina Wagner.
La decisión de no cancelar el festival es importante porque cuanto más se acerca el 25 de julio, la tradicional fecha de inicio, más difícil resulta dejar sin efecto eventuales contratos con músicos o directores.
Aumentan por lo tanto los costes que el festival tendría que asumir si –en el peor de los casos- el espectáculo dedicado a las obras de Richard Wagner tuviese que ser finalmente cancelado.
A causa de ello no fue una decisión fácil de tomar ni exenta de poémica, reconoció Von Waldenfels.
El responsable también espera poder aumentar el número de asistentes autorizados a acudir al teatro de la llamada Colina Verde en Bayreuth. Actualmente se permiten 235 personas, frente a las 2.000 habituales.
En los últimos tiempos se especuló con que quizás se podría permitir hasta 1.000 espectadores, pero incluso así uno de cada dos asientos permanecería vacío.
Y con cada asiento sin vender el festival pierde dinero. Normalmente se cubre el 65 por ciento de los gastos de funcionamiento con los ingresos. El dinero que falta será aportado por los accionistas –el Gobierno federal, el estado de Baviera, la ciudad de Bayreuth y la Asociación de Amigos de Bayreuth-.
El año pasado, cuando los festivales se cancelaron por primera vez desde su reanudación después de la Segunda Guerra Mundial, hubo un déficit de unos 15 millones de euros (18 millones de dólares).
"La cultura es cara", dijo Von Waldenfels. "Y vemos que otras instituciones también lo hacen", añadió en referencia al Festival de Salzburgo y la Ópera Estatal de Baviera, en Múnich. Los artistas y la cultura han sufrido especialmente durante la crisis por el coronavirus, subrayó. "Queremos brindar un poco de estabilidad".
El ministro de Cultura de Baviera, el conservador Bernd Sibler, declaró recientemente que las pruebas rápidas de coronavirus podrían desempeñar un papel importante este año.
"Cuando se trata de aperturas, las pruebas rápidas pueden ser una buena herramienta", dijo al diario "Nordbayerischer Kurier" en marzo. También añadió que ahora hay más experiencia sobre medidas de higiene en eventos culturales y que esperaba que para entonces se haya avanzado mucho en lo que respecta a la vacunación.
Lo sorprendente es que nada en la programación da lugar a pensar que pueda tratarse del festival más inusual de la historia de estos encuentros. "No habrá cambios en la programación", afirmó Von Waldenfels.
Además de la nueva producción de "El holandés errante", en la que Oksana Lyniv será la primera mujer en dirigir a la orquesta de Bayreuth, están previstas las reposiciones de "Los maestros cantores de Núremberg" y "Tannhäuser".
Destacan también el regreso del director de orquesta letón Andris Nelsons y de Hermann Nitsch -un polémico artista por sus performances llenas de pintura que imita la sangre y sacrificios de animales-, que será el director de escena de la ópera "La valquiria".
Todo sigue por tanto según lo previsto en Bayreuth 2021, y sin embargo muy diferente.




