Fallo insólito: un productor agropecuario tuvo que pagar más de US$61.000 por enviar un emoji
El increíble caso ocurrió en Canadá, a partir de dos interpretaciones distintas sobre el uso del emoji con el pulgar hacia arriba en respuesta a la foto de un contrato; la situación provocó una disputa judicial

Un agricultor canadiense fue condenado a pagar más de 82.000 dólares canadienses —aproximadamente unos 62.000 dólares estadounidenses— por concepto de daños y perjuicios debido a que un juez resolvió que un emoji de un pulgar hacia arriba era suficiente para aceptar un contrato. El insólito caso se dio por una conversación de chat entre ambas partes y la diferente interpretación sobre el significado del emoticón.
Dado el avance de la comunicación vía digital, los códigos de conversación se modificaron. Gracias a la expansión de servicios de mensajería como WhatsApp y otros servicios similares, aparecieron nuevas herramientas que antes no existían o que tenían solamente un uso trivial.
Particularmente, el uso de emojis se popularizó de forma masiva entre los usuarios de distintas plataformas. Todos las redes o servicios que cuenten con un chat los tienen entre sus opciones, por lo que algunos ya adquirieron un significado claro sin necesidad de agregar palabras.
Sin embargo, esta historia puso en discusión la vinculación legal que tiene el uso de emojis a la hora de un acuerdo comercial. Lo que era un contrato para una compra de mercadería fue respondido con un emoji e interpretado de distintas maneras por el emisor y receptor. La disputa llegó a la Justicia y se tomó una determinación que sorprendió a muchos que seguían el caso.
Chris Achter, propietario de una empresa agrícola en Swift Current, una localidad canadiense ubicada en la provincia de Saskatchewan, envió el emoji del pulgar para arriba en respuesta a una fotografía de un contrato de compra de lino que le había enviado Kent Mickleborough, un comprador de cereales, en 2021. Meses después, cuando llegó el momento de la entrega, el comprador —que llevaba varios años haciendo negocios con Achter— no recibió el lino.

Mickleborough alegó que el símbolo implicaba la aceptación de los términos contractuales, mientras que Achter dijo que lo utilizó solo para indicar que había recibido el contrato, pero no para dar la aprobación al acuerdo. El vendedor agregó, además, que no había tenido tiempo de leer en detalle el documento.
Esto inició una disputa judicial que llevó a una intensa búsqueda de casos en Israel, el estado de Nueva York y algunos tribunales de Canadá para desentrañar qué significa un emoji con esa imagen, según la sentencia judicial de junio que apareció en los medios locales esta semana. Finalmente, el magistrado a cargo de la causa le dio la razón al comprador, interpretó que el emoji se comprendía como una aceptación de los términos y sentenció al vendedor al pago de US$62.000 por incumplimiento de contrato. A la hora de justificar su decisión, tomó la relación comercial previa entre ambos como un factor determinante.
En el juicio, el juez T.J. Keene afirmó: “Estoy convencido, según el equilibrio de probabilidades, de que Chris dio el visto bueno o aprobó el contrato igual que había hecho antes, salvo que esta vez utilizó un emoji de pulgar hacia arriba”. “En mi opinión, el requisito de la firma se cumplió con el emoji del pulgar hacia arriba enviado por Chris y su teléfono móvil”, sentenció.
*Por Ismail Shakil






