El expresidente armenio Serzh Sargsián es citado a declarar en calidad de imputado por corrupción
El expresidente armenio Serzh Sargsián ha sido citado a declarar este lunes en calidad de imputado en el marco de una investigación sobre corrupción por haber aceptado supuestamente sobornos cuando ejercía el cargo al frente del país.
La citación ha sido emitida por el Comité Anticorrupción en relación con las declaraciones prestadas hace tres años por la empresaria Silva Ambartsumián, tal y como ha confirmado su abogado, Amrán Makinián.
"Acabo de ser notificado por el jefe de departamento del Comité Anticorrupción de que el segundo presidente de Armenia, Serzh Sargsián, fue citado como acusado pasados 3 años y media de las declaraciones de Silva. Ahora se decidió que ella también sobornó a Sargsián", ha señalado Makinián en su cuenta de Facebook.
El abogado ha recordado que el expresidente ya fue interrogado por este caso hace dos años como testigo por el caso de soborno y que, desde entonces, "no ha trascendido ninguna circunstancia nueva desde el punto de vista legal", según ha recogido el diario 'Zhanamak'.
Ambartsumián está implicada además en otro caso de corrupción en el que figura el expresidente Robert Kocharián. La empresaria acusó al exmandatario de abusar de su autoridad para favorecer a una de sus compañías. Ahora, según la investigación, la empresaria sobornó ella misma a Kocharián con unos 3 millones de dólares --si bien este la ha acusado de calumnias--.
Sargsián dimitió en abril de 2018 en el marco de una oleada de manifestaciones contra él por romper su promesa de no convertirse en primer ministro del país tras cumplir sus dos mandatos como presidente.
Su designación como candidato a jefe del Gobierno, el puesto político con más competencias ejecutivas en virtud de la Constitución aprobada en 2015, provocó numerosas protestas encabezadas por el entonces líder opositor y actual primer ministro, Nikol Pashinián.
Sargsyan fue primer ministro de 2007 a 2008, cuando se convirtió en presidente del país, cargo en el que continuó hasta que presentó su renuncia para proponerse como primer ministro, tras la reforma constitucional que convierte a este en el cargo político con más poder de decisión del país.
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