Nueva tecnología de restauración de arrecifes de coral busca revertir daños del cambio climático
Por Cassandra Garrison
27 mayo (Reuters) - La científica marina Deborah Brosnan recuerda haberse "sentido como una visitante en una fiesta increíble" en sus viajes de buceo a una bahía cerca de la isla caribeña de San Bartolomé, donde nadaba sobre arrecifes con tiburones nodriza, tortugas marinas e innumerables peces de colores.
Pero en un viaje de vuelta, después de que el huracán Irma arrasara la isla en 2017, volvió a bucear en el arrecife y quedó sorprendida por lo que vio.
"Todo estaba muerto", recordó en una entrevista con Reuters. "No había tiburones, ni tortugas marinas, ni pastos marinos, ni corales vivos. Sentí que había perdido a mis amigos".
Investigaciones recientes han demostrado que las temperaturas atmosféricas más cálidas y el aumento del nivel del mar contribuyen a que las tormentas tropicales sean más frecuentes y destructivas.
La experiencia de Brosnan ayudó a impulsar una misión para crear una tecnología de restauración de arrecifes. El proyecto abarcará una hectárea de corales muertos frente a la costa de la nación caribeña Antigua y Barbuda.
El proyecto, conocido como Ocean-Shot, fue anunciado el jueves en el Foro Ciudadano Mundial. La tecnología, financiada por el empresario estadounidense John Paul DeJoria, cofundador de los productos capilares Paul Mitchell, imita el diseño y la forma de los arrecifes naturales para ofrecer oportunidades de colonización a los corales y otras formas de vida marina.
Los módulos de arrecife construidos también ayudarán a proteger a la comunidad costera cercana de las mareas de tempestad y del aumento del nivel del mar, dijeron los responsables del proyecto.
Brosnan, cuya empresa con sede en Washington dirige la iniciativa, dijo que los científicos probarán nuevas tecnologías destinadas a acelerar el crecimiento del coral, que naturalmente tarda hasta una década en restaurar una hectárea. En un vivero de coral cercano también se cultivarán varias especies que, con el tiempo, ayudarán a poblar el arrecife.
Ocean-Shot aparece en un momento crucial. Los científicos calculan que ya se ha perdido hasta la mitad de los arrecifes de coral del mundo y que el resto está en peligro. (Gráfico sobre los arrecifes de coral) https://tmsnrt.rs/3oXDKru
Desde el Caribe hasta el Pacífico occidental, los efectos del cambio climático han provocado el blanqueamiento de los corales, un preocupante aumento de la acidificación de los océanos y los incesantes huracanes que han causado estragos en los arrecifes del mundo, dijo Brosnan.
También ha sido un reto llamar la atención sobre la difícil situación de los arrecifes. "Mucha gente no aprecia del todo el estado del océano porque no lo ve", dijo Brosnan.
Los arrecifes de coral sustentan más del 25% de la biodiversidad marina, incluyendo tortugas, peces y langostas, que alimentan las industrias pesqueras mundiales. El arrecife es como un edificio de apartamentos, dijo Brosnan, con diferentes especies viviendo en cada piso, desde el sótano hasta el ático.
Los arrecifes de coral, que sirven de barreras protectoras para las comunidades costeras contra la acción de las olas, permiten a las personas construir casas y negocios más cerca del océano. También mitigan el flujo de arena hacia las playas, reponiendo las resplandecientes playas blancas que hacen del Caribe un punto turístico mundial.
La propia arena se debe al coral y a una especie local muy importante que se alimenta de él. "La playa de arena blanca de una isla tropical es, en realidad, caca de pez loro", afirma Brosnan.
Si los arrecifes que quedan en el mundo siguen muriendo, Brosnan predice un gran impacto financiero en la pesca y el turismo de los que dependen las naciones insulares, lo que podría alimentar la migración a países más desarrollados.
Tras la puesta en marcha del proyecto en Antigua y Barbuda, las autoridades esperan replicar Ocean-Shot en otros lugares del Caribe y América Latina, dijo Brosnan, añadiendo que podría haber posibilidades de llevarlo a otras regiones.
(Reporte de Cassandra Garrison en Ciudad de México; editado en español por Gabriela Donoso)