"la tormenta perfecta": agricultores argentinos lamentan pérdidas millonarias por sequía
Por Lucila Sigal
TOSTADO/ROSARIO, Argentina, 16 feb (Reuters) - Gustavo Giailevra levanta la cabeza de una vaca preñada que yace casi inmóvil en su campo del norte de Argentina para que tome agua. Sabe que no sobrevivirá en medio de la peor sequía en más de 60 años, pero quiere darle una "muerte digna".
Giailevra, un productor agropecuario de Tostado, en el norte de la rica provincia de Santa Fe, vio morir a 300 de sus 900 vacas Braford y perdió su cosecha de algodón y maíz por la falta de lluvias que afecta al 55% por ciento del país y ha dejado pérdidas millonarias.
"Sentís balar los terneros hasta que se mueren, y es terrible", lamentó.
El productor construyó seis represas -que ahora están secas- y trajo camiones con agua para sobrevivir y salvar la hacienda y lo poco que quedaba de sus cultivos, pero el panorama es desesperante porque las vacas restantes están demasiado débiles para parir y perdió gran parte de la cosecha para vender.
"Algo estamos haciendo mal o realmente los gobiernos no están haciendo nada (...) Lo que nunca pensamos es que la sequía nos iba a pegar tan grande y mucho más grande sabiendo que a 150 kilómetros tenemos el río Paraná", el más caudaloso del país, dijo Giailevra, de 63 años, sobre la "falta" de obras hídricas.
Por la falta de lluvias, la laguna El Bonete, en la cercana localidad de Vera, se esfumó por completo, al igual que las especies que la habitaban, algo que no se había visto en más de 40 años.
Argentina es el principal exportador internacional de aceite y harina de soja y el tercero de maíz, cultivos cuya cosecha se derrumbó este año por la sequía, según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), que la semana pasada volvió a recortar sus estimaciones para la campaña 2022/23.
La falta de agua también estuvo presente en las dos temporadas agrícolas anteriores debido al impacto del fenómeno climático La Niña, que reduce el nivel de lluvias en el núcleo agrícola argentino.
La estimación de cosecha de la BCR para la soja ahora es de 34,5 millones de toneladas, mientras que para el maíz prevé 42,5 millones de toneladas. Las cifras son muy inferiores a las del ciclo 2021/22, cuando la producción de soja fue de 42,2 millones de toneladas y la de maíz de 51 millones de toneladas.
Según Julio Calzada, jefe de Estudios Económicos de la BCR, las pérdidas para los productores del país rondan los 10.500 millones de dólares, principalmente por una merma en las exportaciones, que son además esenciales para las magras reservas del banco central.
"En materia de exportaciones, Argentina perdería cerca de 8.000 millones de dólares, problema principal para la economía (...) porque hoy la economía nacional depende en materia de importaciones de los ingresos del campo. Esto a nivel de recaudación son casi 3.500 millones de dólares que el Gobierno estaría perdiendo hasta el momento", dijo Calzada.
La cifra "va a tender a subir y también el impacto sobre las exportaciones", agregó, mientras estimó que las pérdidas "sin dudas" impactarán en la campaña 2023/24.
"la tormenta perfecta"
En un campo cercano al de Giailevra, en la localidad de Cigueña, unos terneros balan llamando a sus madres, unas 60 vacas que el productor Andrés Betiger tuvo que malvender por el pésimo estado en el que estaban por falta de agua y pastura.
Para conseguir agua, Betiger debe recorrer 52 kilómetros con un tanque y un tractor, pero el tractor se rompió, al igual que un camión que le servía de ayuda, por lo que evaluaba si logrará pasar el invierno austral o caerá en la quiebra.
"Estamos mal, no nos sobra, no tenemos mucho margen para dejar de fletear cuatro o cinco días, estamos día a día prácticamente acarreando el agua para que tomen los animales", dijo Betiger, que se instaló en el campo para salvarlo pese a que su familia vive a 200 kilómetros.
"Aflige, asusta", dijo el productor de 41 años, quien agregó que "ya se hace insostenible económicamente, físicamente".
La falta de terneros probablemente afecte la provisión de carne en los próximos meses y provoque un aumento de precios, en un país que cerró el 2022 con una inflación cercana al 100%.
Muchos agricultores de la zona perdieron el maíz de siembra temprana, el trigo y la soja, por lo que, para tener algún ingreso, araron los campos y sembraron algodón, más resistente a la sequía.
El ministro de Economía, Sergio Massa, anunció a fines de enero medidas de alivio fiscal para agricultores, quienes consideraron que llegaron tarde y fueron insuficientes.
"Yo no quiero nunca más subsidios, lo que nosotros queremos es seguir produciendo, estamos cansados de parches, hace 40 años que los gobiernos nos vienen haciendo parches y el parche no sirve (...) Necesitamos que hagan políticas productivas sustentables, nada más", dijo Giailevra.
Reuters solicitó una entrevista con el Secretario de Agricultura, pero el pedido no tuvo respuesta.
En el pueblo cercano de Villa Minetti, en una zona muy rica de Santa Fe, los 10.000 habitantes llevan más de un mes sin agua de red, con dificultades para bañarse, lavar la ropa y, por supuesto, cuidar el campo y la hacienda, en momentos en que las temperaturas superan los 30 grados Celsius.
El lunes se produjeron lluvias de entre 5 y 25 milímetros en el núcleo agrícola del país, que dieron un breve respiro a la soja y el maíz, pero fueron dispersas.
Cristian Russo, jefe de Estimaciones Agrícolas de la BCR, cree que las últimas previsiones de soja y maíz 22/23 podrían sufrir un nuevo recorte, a pesar de las lluvias recientes, y dijo que a las pérdidas por la sequía se suma una campaña con altos costos de alquileres de campos y de insumos como fertilizantes.
"Hay más razones para ser pesimistas y que los números van a seguir derrumbándose", dijo Russo. "Es la situación más grave de los últimos 20 años y va a ser una crisis como no hemos visto. Eso implica que muchos productores van a quebrar", agregó.
"En Argentina esta situación de sequía generó una tormenta perfecta", concluyó. (Reporte de Lucila Sigal. Reporte adicional de Maximilian Heath. Editado por Nicolás Misculin)