Rogelio Alaniz
PARA LA NACION
En defensa del liberalismo
Israel tiene el derecho histórico a existir como Estado
El vocabulario de Milei. Insultar y agraviar no suelen ser virtudes políticas
Un diagnóstico sin coartadas verbales
El pibe que hablaba como pidiéndoles permiso a las palabras
El balotaje nos exige optar entre lo preferible y lo detestable
¿Un loco peligroso?
Milei o no Milei, la peligrosa fascinación por los salvadores providenciales
No se puede jugar con las palabras; no se puede banalizar el mal
¿Votaremos por lo que somos o por lo que aspiramos a ser?
Los problemas que nos agobian no se resuelven con murgas en las calles
Las miserias, las manipulaciones y las trampas de la política oficial
A Cristina no la juzgan ni los fantasmas del pasado ni los ángeles del futuro
Bolsonaro y Lula se parecen más entre sí que a Macri o a Cristina
Ayer se dijo: “Nunca más”; hoy se dice: “Corrupción o justicia”
El “centro”, un espacio de poder a construir y conquistar
El país donde los únicos privilegiados no son los niños
24 de marzo de 1976: la apropiación de una fecha
El peronismo, una máquina de acumular poder en un paisaje desolado
Entre el capitalismo democrático y el populismo autoritario
Un estilo de ejercer el poder encontró su límite
La Argentina que amamos vive, está presente y tiene sed de futuro
Santa Fe, tierra de divergencias, pero con un sano equilibrio
Nicaragua, de la revolución a la pesadilla
La condena que acentúa la soledad de un policía solitario
Lo que verdaderamente está salvando a la Argentina
Honrar la condición de ciudadana y de intelectual
Un futuro más digno, después de este presente en ruinas
¿Habrá llegado la hora de rendir cuentas?
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