Para los que integramos la Cámara del Comercio Automotor (CCA) este mes tiene un sabor especial. Nuestra institución cumple 50 años. Y durante todo este tiempo, la CCA ha tenido una característica singular, que es concentrar y agrupar a todo el sector automotor. Desde concesionarias y agencias de autos usados hasta empresas de camiones, tractores y motos.
Hoy muchos se preguntan cuál es la función de la CCA como institución intermedia ante el sector, sus asociados y la comunidad.
Primordialmente, es una entidad que trabajó y trabaja en conjunto para evitar injusticias dentro del sector que representa. Gestión hacia la reducción de altos impuestos y el estar alerta ante la creación de imposiciones y regulaciones distorsivas son acciones diarias.
Más allá de esto, ante sus asociados, sean pequeñas, medianas y grandes empresas, esta entidad ha venido desarrollando el mejor acompañamiento, transformándose en una verdadera caja de herramientas para la función diaria del comerciante. Desde las mejores y permanentes asesorías hasta la más estudiada información, nuestros asociados siempre han encontrado en la entidad una puerta abierta para su contención operativa. Por eso nos sentimos orgullosos de que el sector nos acompañe en este festejo. Un sector que fue duramente golpeado por la crisis y que, adecuándose sin pausa a las exigencias actuales, se está profesionalizando para cumplir con eficiencia ante un nuevo consumidor y diferenciarse de la venta informal o clandestina, el famoso tachito.
El autor es presidente de la Cámara de Comercio Automotor