El músico se reconoce fanático de su auto y asegura que cuando se va de gira al interior, prefiere ir manejando que en avión u otro medio de transporte
El rock es su vida y lo refleja en cada una de sus expresiones y actividades. Así es Fabián El Zorrito Quintiero, el músico argentino que casi desde sus comienzos formó parte de grupos como Suéter, Soda Stereo, Los Ratones Paranoicos o la banda de soporte de Charly García, entre otras.
Con su voz tranquila, recuerda cómo empezó a manejar y por qué considera que el hecho de conducir es parte de su libertad personal: "Aprendí cuando tenía unos 10 años, en algún campo que papá tenía en Zárate. Ahí hice mis primeros 100 metros en su camioneta Fiat 1500. Luego, cuando cumplí los 18 años saqué la licencia en Capital Federal. Recuerdo que tenía mucha emoción por tenerla porque mis padres no quisieron firmar para que la sacara antes".
Con su registro recién obtenido tenía que conseguir un coche: "En mi familia el especialista en autos es mi hermano; él tenía varios usados y los restauraba. Así que se los pedía y me los prestaba. En esa época manejaba cualquier cosa. Me hice bien de abajo en los autos, de menor a mayor, hasta que pude a empezar a elegir lo que me gusta".
Según recuerda, la escalera de sus autos propios fue así: primero compró un Mitsubishi Colt dos puertas negro cuando este llegó a la Argentina; luego un Jeep Cherokee Sport ; después el MINI Cooper Chili y, finalmente, un Jeep Wrangler de dos puertas. "Para mí, esa fue la gran compra. Nunca más me bajé de este".
Ante un desperfecto, copnfiesa que no le mete mano al auto sino que lo lleva a quien sabe arreglarlo. "No soy mecánico, soy muchas cosas, pero mecánico, no (risas). Entiendo un poco, puedo cambiar una rueda o puentear una batería, pero no más. No le meto mano y menos a los autos modernos, no hace falta hacerlo".
Por su carrera ha conocido el mundo. Sin embargo, afirma que en otros países no recorre en auto, pero que en cambio acá en la Argentina sí lo hace: "Hace no mucho viajé con el grupo de Jeep Experience a Ushuaia. Ahí manejamos en off road el Wangler y probamos lo que verdaderamente es. Me pasa que el Wangler también me gusta para la ciudad por la altura, por la parada que tiene, me siento muy identificado tanto con los modelos nuevos como con los viejos. Siempre me gustó, para mi es el vehículo ideal".
Actualmente, maneja un Wrangler Rubicon de cuatro puertas. Sobre ese vehículo, afirma: "Está bárbaro también para usar en la ciudad, porque cuando llueve no me inundo nunca. En el interior siempre llevo agua con gas, algunos discos, sombreros y anteojos. ¿El tránsito? Qué te puedo decir... La ciudad tiene momentos complejos para manejar, como otras ciudades del mundo por sus situaciones o los picos horarios, pero con el Rubicon voy feliz porque tiene un gran equipo de música y subwoofer... escucho rock con subwoofer", dice entre risas.
A su manera, dice que "le he enseñado un poco a manejar a mi hijo y a mi hija también, pero no tengo mucha paciencia. Aclaro: me gusta manejar, no me gusta que me lleven, por lo que no suelo ceder el volante. Aunque sea a veces un esfuerzo físico, me gusta ir manejando, lo disfruto a conciencia porque siempre manejé bien, pero nunca largo el volante".
Dice que durante su carrera profesional el vehículo "ha sido siempre un gran compañero que me permitió viajar infinidad de veces por la Argentina. Muchas veces me voy con el auto a tocar al interior y me gusta ese plan en lugar de hacerlo en avión u otros medios. Disfruto la independencia que me da el auto respecto de mi vida". Y agrega: "Si me voy en mi auto y estamos de gira con mi banda, tengo libertad. Soy obse de eso. Trato de estar en la mía, y mi auto es como mi casa o mis teclados; es parte de una manera de vivir".
Finalmente, respecto de cuál es el auto de sus sueños, cierra sus ojos y luego concluye: "Me identifico con Jeep. Esta marca es rock y del bueno, de primera, del mejor. De hecho, estuvo asociada a los Rolling Stones y lo siento así. El auto de mis sueños lo tengo, es mi Rubicon. En él llevo mis instrumentos, muevo cosas musicales, llevo la batería de mi hija cuando toca o los teclados... Es un auto que tiene muchas prestaciones para lo que yo hago. Puedo cargar todo, tiene un andar espectacular, altura, no va por el suelo, va más arriba y lo paso bien cuando voy al volante".
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