A partir del lunes próximo, el impuesto PAIS que grava las importaciones baja del 17,5 al 7,5%; cuál será el impacto en los modelos locales, los de Brasil y los importados de otros países
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A partir del próximo lunes 2 de septiembre, el impuesto PAIS que grava todos los productos y servicios importados bajará del 17,5% actual al 7,5%, con lo que volverá al nivel que tenía al momento de asumir el gobierno de Javier Milei. La industria automotriz es una de las que se verá afectada en forma positiva por la medida, dado su alto grado de componentes importados, tanto piezas para la producción local como modelos. ¿Cómo se traducirá esa rebaja en los precios?
Dos semanas atrás, cuando ya se descontaba la medida –el compromiso del Gobierno fue recortar el gravamen al 7,5% en septiembre, y eliminarlo por completo en diciembre-, Martín Zuppi, presidente de Stellantis y de Adefa, la asociación de terminales, explicaba en una nota con LA NACION que la reducción no se traslada en forma directa porque no todos los autos que se venden en la Argentina son importados y hay costos locales de producción en pesos.
“Si el impuesto baja 10%, no es que los autos bajan 10%. Pero seguramente va a impactar. Es un impuesto que termina distorsionando todo lo que uno importa, sean autos o piezas. No sé en qué cantidad porcentual va a impactar, pero no tengo dudas de que va a terminar impactando a favor de que bajen los precios”, dijo en el marco del lanzamiento del nuevo Peugeot 2008, fabricado en la planta de El Palomar.
De los 10 autos más vendidos de la Argentina en los primeros siete meses del año, seis son de producción local: Fiat Cronos, Peugeot 208, Toyota Hilux, Ford Ranger, Volkswagen Amarok y Volkswagen Taos. Los otros cuatro vienen de Brasil: los Toyota Yaris, Corolla Cross y Corolla, y el Volkswagen Polo (Track y la versión más equipada).
Con niveles de integración de piezas locales de entre el 40 y el 48% en los modelos de mayor contenido nacional (Fiat Cronos, Peugeot 208 y Toyota Hilux), el restante 60% o más es componente importado. Sobre esas piezas es que operará la baja del impuesto –y sobre los insumos importados que compran los autopartistas para producir-, pero en las terminales aclaran que el traslado es indirecto porque el resto de los costos (salarios, energía) están en pesos.
Además, en el precio final que paga un comprador por un 0km inciden los otros impuestos, como el IVA (21%) y el impuesto al lujo (si corresponde), más la comisión de venta del concesionario del orden del 14%.
En el caso de los autos importados que llegan de Brasil, el efecto podría ser más notorio, ya que la reducción de los 10 puntos porcentuales del gravamen impacta en el 100% del vehículo. De todas formas, en las automotrices se manejan con cautela a la hora de hablar de precios. “La medida sin dudas es positiva, pero la ecuación de cada modelo es compleja, no hay un traslado inmediato. Además, tenés la inflación que, aunque bajó, sigue incidiendo entre 2 y 4% cada mes, y el stock de autos importados que ya pagaron el 17,5%”, explican en una terminal y recuerdan que el impuesto se paga sobre el precio de importación.
“Es importante destacar que la reducción no se traduce automáticamente en una disminución directa del precio de los autos. Aunque la baja del impuesto podría aliviar algunos costos, el precio final de un vehículo está compuesto por múltiples elementos, incluyendo mano de obra y costos fijos nacionales, además de componentes e impuestos locales, que representan una porción significativa del valor total”, coinciden en otra automotriz. “Si bien en algunos modelos podría haber ajustes favorables, la expectativa de una reducción lineal de precios no se aplicará de manera uniforme. Evaluaremos caso por caso para determinar mejoras en precios para nuestros clientes”, agregan.
En el sector creen que la reducción del impuesto servirá, sobre todo, para compensar futuros aumentos de los autos en los próximos meses, si las condiciones económicas y los movimientos comerciales de la competencia lo permiten. En el mes de julio, los patentamientos repuntaron frente a la caída superior al 20% sufrida en el primer semestre, y las automotrices aspiran ahora a vender entre 380.000 y 400.000 unidades este año, luego de los pronósticos sombríos de los primeros meses.
El freno en el ritmo de los aumentos, luego del salto inicial que dieron los 0km tras la devaluación de diciembre, fue uno de los factores que permitió que el mercado encontrara un piso y empezara a recuperarse, junto con la reaparición del crédito, analizan en el sector. La variable precio es muy sensible y en los concesionarios perduran las bonificaciones para apuntalar las ventas.
En cuanto a las marcas importadas, traen sus autos con dólares propios valuados al blue y no acceden al tipo de cambio oficial como las terminales locales. “Lo que creo que puede llegar a pasar es que empecemos a pagar algo de importaciones a través del MULC [el mercado único y libre de cambios] con el 7,5%”, señala un importador en off the record. “Eso en realidad, contablemente, te incrementa los costos, pero hace que tengas que cobrarle menos cantidad de dólares a los concesionarios y por lo tanto a los clientes (para el cliente y para el concesionario, el dólar-billete tiene un valor MEP o BLUE y no oficial)”, explica.
Pero en las listas de precios efectivos en dólares que ve el público, en definitiva, no se reflejaría una baja. “La realidad es que en precio de transacción sí va a ser más barato, porque no es lo mismo pagar 50 mil dólares al tipo de cambio oficial en pesos, que 50 mil dólares billete. O te lo cambio, no es lo mismo pagar 50 mil dólares billete que a lo mejor 53 mil dólares al tipo de cambio oficial. Ese aumento sirve para pagar el 7,5 del impuesto. En conclusión, no creo que haya bajas en las listas de precios, sí en el precio final de transacción de los autos”, concluyó.