
Crean un test para diagnosticar problemas de desarrollo infantil
Se aplica en centros de salud dependientes del Hospital Materno Infantil de San Isidro
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Santiago apila los pequeños cubos de colores hasta darles forma de torre o de puente. Parece un juego, pero es algo más que un juego. Ahora le toca dibujar una persona; lo hace con la destreza que le permiten sus cuatro años de edad. A continuación le piden que se pare en una sola pierna, que mantenga el equilibrio, que salte.
El juego se llama Prunape, por Prueba Nacional de Pesquisa. Y Santiago lo juega en uno de los consultorios del Centro de Atención Primaria de la Salud Bajo Boulogne, en San Isidro. De lo que se trata, explica su creador, el pediatra Horacio Lejarraga, es de "una prueba que permite detectar problemas de desarrollo en chicos antes de que ingresen en la escuela, que es donde suelen manifestarse".
La prueba es el fruto de más de diez años de trabajo del Servicio de Crecimiento y Desarrollo del hospital Garrahan, que dirige el doctor Lejarraga, y actualmente está siendo puesta en práctica por un equipo multidisciplinario en los centros de salud Bajo Boulogne y Ramón Carrillo (en la villa La Cava), dependientes del Hospital Materno Infantil de San Isidro.
"Para los pediatras, la pesquisa implica un desafío; estamos acostumbrados a que los chicos con problemas de desarrollo nos llegan a través de la maestra, cuando detecta algún problema en el aula. Pero detectarlos a los dos años de edad, por ejemplo, nos da más posibilidades de solucionarlos antes de que comiencen el colegio", dijo la doctora Ana María Menéndez, coordinadora del proyecto Prunape.
"Además, intervenir en forma temprana sobre estos chicos con problemas de desarrollo nos permite aprovechar la plasticidad cerebral", agregó el neurólogo Enrique Menzano, también coordinador del proyecto que involucra a veinte profesionales de distintas especialidades del Hospital Materno Infantil de San Isidro.
Sensible y específica
"Es necesario detectar los problemas de desarrollo antes de que el niño alcance la edad escolar", señaló el doctor Lejarraga, ex presidente de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP). Claro que para eso hace falta una herramienta diagnóstica -una pesquisa- fácil de implementar sobre el universo de todos los chicos aparentemente sanos del país.
Prunape cumple con ese requisito: "El examen sólo requiere 15 minutos de una consulta pediátrica -explicó Lejarraga-. Además, tiene un 80% de sensibilidad y un 93% de especificidad". Esto significa que es muy efectiva tanto para detectar chicos con posibles problemas de desarrollo, como para asegurar que quien "aprueba" el test presenta un desarrollo acorde con su edad.
"Pero no todos los chicos que fracasan en el test tienen problemas de desarrollo, sino que el diagnóstico debe ser confirmado luego por un equipo multidisciplinario -aclaró el pediatra-. La prueba es muy sensible para detectar hasta al chico con el retardo más leve de desarrollo."
El proyecto Prunape -financiado por la Fundación Hospital de Pediatría, el hospital Garrahan, la Secretaría de Salud de la Municipalidad de San Isidro y el laboratorio Pfizer- contempla la atención y el seguimiento médico de los chicos que tuvieron alguna dificultad en los test realizados en los centros de atención primaria.
"Los chicos son referidos por los centros de salud al Hospital Materno Infantil -contó el doctor Menzano-. Se les paga el pasaje para que puedan concurrir dos días en los que un equipo multidisciplinario les realiza distintos estudios clínicos, neurológicos, audiológicos, oftalmológicos y psicopedagógicos."
Con los resultados de esos estudios, el equipo de especialistas debate y llega a un diagnóstico y, de ser necesario, determina el tratamiento por seguir.
Responsabilidad social
Prunape es, para el doctor Lejarraga, un buen candidato para ser adoptado como modelo de pesquisa nacional de problemas de desarrollo, algo de lo que la Argentina carece. Además de ser altamente efectivo -su sensibilidad y especificidad fueron validadas en 4000 chicos de todo el país, a través de un estudio que involucró a más de 200 pediatras-, es una herramienta diagnóstica barata: 15 minutos de consulta pediátrica para todo chico menor de 6 años no resulta prohibitivo para un sistema de salud como el argentino.
Sin embargo, señaló Lejarraga, "implementarlo a nivel nacional requiere ser responsables, ya que su aplicación seguramente incrementará el número de pacientes que serán derivados a los hospitales para confirmar el diagnóstico y recibir tratamiento".
Para el especialista, ésta es una cuestión de elección: ¿es preferible atender en forma precoz problemas de desarrollo o esperar a que sus efectos se traduzcan en una mayor tasa de fracaso escolar? En materia de salud, está demostrado, siempre conviene invertir en prevención.
Y eso lo intuyen, cuando no lo saben, las madres. Varios integrantes del proyecto Prunape destacaron la inquietud de muchas vecinas de los centros de atención primarios de Bajo Boulogne y Ramón Carrillo, que al enterarse de la existencia de la pesquisa se acercaron con sus hijos de la mano para hacerlos participar.
Ese fue el caso de Fabiana, la mamá de Santiago. Se enteró por el "boca en boca", cuenta mientras su hijo juega a la Prunape.
Al amparo de la familia
- Desde que comenzó a ser implementado en los centros de salud de Bajo Boulogne y La Cava, de San Isidro, más de 500 chicos ya fueron sometidos al test Prunape. "El 20% de los chicos tuvo alguna dificultad con el test, cuando se estima que el porcentaje de fracasos ronde el 10% -dijo el doctor Horacio Lejarraga, director del proyecto Prunape-. Aunque es alto, nosotros esperábamos encontrarnos con un porcentaje aún mayor, como resultado de la crisis que vivió el país y que afectó en mayor medida a las clases más desfavorecidas como las que concurren a estos centros de salud. Estructuras sociales como la familia han permitido preservar el desarrollo de los chicos de la catástrofe social que vivimos."






