Douglas Farah: “Hay redes activas de Irán y Hezbollah pero ahora Argentina reconoce a Irán como amenaza, no como los Kirchner”
Conflicto entre Israel e Irán: ¿puede impactar en América Latina? El experto en seguridad y crimen transnacional hace su análisis


“Irán y Hezbollah han tenido redes activas en la Argentina que no se han logrado desarticular”, alerta. “Lo que ha cambiado en la Argentina es que ahora reconoce la amenaza de Irán, algo que durante muchos años, bajo los gobiernos anteriores de Kirchner, no reconocía”, compara. “En toda la región hay una falta de capacidad muy importante para detectar la posibilidad de atentados terroristas. Y en ciertos casos, también hay una falta de voluntad política”, analiza. “Hace tiempo que Irán metió a su gente en Venezuela para desarrollar capacidad de contraataque hacia Estados Unidos y Occidente”, describe. “Es probable que hoy Hezbollah no tenga capacidad de responder en apoyo a Irán. Si logran organizar alguna acción, será una guerra asimétrica, golpeando a objetivos blandos donde puede haber muchas víctimas, como fue el ataque de AMIA”, advierte. “Irán y Rusia comparten una base ideológica y una visión del mundo muy antidemocrática, muy anti Estados Unidos, muy anti Israel”, describe. “Para Rusia, la amenaza mayor es Estados Unidos, no es Israel. Pero para Irán, la amenaza mayor en este momento y por razones obvias, es Israel”, explica. “Saben que responder y atacar a Estados Unidos traería un nuevo frente de guerra que no necesitan. Pero no responder implica aceptar un debilitamiento terrible. Irán está en esa encrucijada”, sintetiza. “Rusia puede apoyar más fácilmente en Nicaragua porque ahí tiene tropas en Nicaragua y capacidad tecnológica de intervención y de vigilancia electrónica muy avanzada”, precisa. “Hoy Rusia tiene con Ucrania, con todos los otros problemas internos que enfrenta Rusia, no puede poner muchos recursos en un apoyo directo a Irán”, aclara. “Rusia podría ayudarlos a reactivar o acelerar el proceso nuclear”, agrega. “Brasil con Lula no ha tomado la visión de que Irán es un país terrorista que patrocina el terrorismo del Estado. En ese contexto, es mucho más fácil el movimiento de esos grupos”, dice. “Las redes terroristas de Irán y Hezbollah siempre buscan golpear a los países que apoyan a Israel y que ellos ven como enemigos”, analiza pero aclara: “Para ellos, el factor de riesgo en la Argentina es un poco más grande de lo que era antes porque la Argentina toma en serio estas amenazas, cosa que no hicieron anteriormente”, concluye.
Desde Washington, el reconocido experto en seguridad y crimen transnacional, Douglas Farah, estuvo en La Repregunta. Farah es presidente y fundador de IBI Consultants, una firma que asesora a audiencias militares y gubernamentales de alta responsabilidad. Fue investigador sénior visitante en el Centro de Investigación Estratégica, Instituto de Estudios de Seguridad Nacional de la Universidad de Defensa Nacional. Hace tres décadas que Farah se enfoca en América Latina, primero como corresponsal del Washington Post, cubriendo guerras civiles y el crimen organizado, y desde 2005, como consultor internacional. Es autor de Blood From Stones: The Secret Financial Network of Terror.

Conflicto entre Israel e Irán: ¿puede impactar en América Latina? Hezbollah, ¿sigue activo en la región? ¿Y en la Argentina? Relación de Venezuela con Irán y con Rusia: ¿un riesgo a la seguridad latinoamericana? Rol de Rusia en el conflicto Israel-Irán, ¿cómo puede evolucionar? Brasil y Chile y los intereses iraníes. Farah hizo su análisis.
Aquí, la entrevista completa.
¿Qué une a Irán y Rusia? ¿Comercio, industria bélica, desarrollo nuclear o ideología?
-En América Latina, siempre preocupa la relación entre Irán y Rusia. ¿Qué frentes abarca esa relación? ¿Incluye también un frente bélico? ¿Implica un acuerdo comercial en el sector estratégico de la energía, o un frente nuclear? ¿Podría detallar las múltiples capas de esa relación?
-Como tú dices, Luciana, es una relación con varios frentes. El eje central es un antiamericanismo anti Israel fundamental: eso es lo que los une, y una ideología que apunta a crear un nuevo orden mundial sin Estados Unidos en el centro o sin que esté involucrado. Lo que ellos llaman un “mundo multipolar” donde Estados Unidos ya no tiene mucha influencia. A partir de esa base, han tejido una relación y una alianza muy importante. En la guerra con Ucrania, Irán le aporta muchos drones. Y hay mucho apoyo de Rusia hacia Irán para romper el aislamiento económico impuesto a Irán por todas las sanciones internacionales. Hay una cooperación fundamental que en la región hace base en Nicaragua y en Venezuela, los dos ejes de cooperación. Allí Irán y Rusia tienen bases militares en conjunto, donde entrenan en forma conjunta y trabajan de una manera ideológicamente muy fuerte con esos Estados bolivarianos.
-Antes de saltar a América Latina, dado que hay una seria preocupación de que escale el conflicto entre Israel e Irán, ¿cuál podría ser el rol de Rusia? Hay preguntas sobre el rol creciente de Estados Unidos. En el lado opuesto, ¿cómo podría evolucionar la participación de Rusia? En enero de este año, Irán y Rusia firmaron una especie de alianza estratégica muy amplia, abarcando todas estas dimensiones que estamos conversando, inclusive el apoyo en el desarrollo nuclear. ¿Rusia podría dar un salto de escala y participar activa y ofensivamente en términos bélicos, apoyando a Irán en el conflicto con Israel?
-En otro momento, tal vez sería posible o factible. Hoy, con todos los problemas que Rusia tiene con Ucrania, con todos los otros problemas internos que enfrenta Rusia, es muy difícil. No puede poner muchos recursos en un apoyo directo a Irán. Está demasiado ocupado en su patio trasero como para poder avanzar. Sin embargo, sí puede enviar ayuda económica, o cooperación nuclear, que es fundamental para Irán. Si no se ha destruido la capacidad nuclear de Irán, Rusia podría ayudarlos a reactivar o acelerar ese proceso. Pero no va a haber una incursión militar de Rusia en este conflicto. Simplemente porque no pueden, no porque no quieren.
Irán y Rusia comparten una base ideológica y una visión del mundo muy antidemocrática, muy anti Estados Unidos, muy anti Israel
-Desde territorios tan lejanos como el argentino, Irán es visto como una teocracia de altísima intensidad, una dictadura teocrática asolada por distintos conflictos de ese Medio Oriente, siempre tan crítico. Sin embargo, usted explica que Irán, por ejemplo, vende drones que Rusia usa en sus escarceos militares. ¿Irán tiene una industria bélica desarrollada?
-Es una industria bélica que se ha desarrollado rápidamente. En términos tecnológicos, ha avanzado muchísimo en los últimos cinco o diez años. También en sus capacidades cibernéticas. Hasta hace cinco años, era una capacidad mediana. Ahora están muy avanzados, sólo debajo de Estados Unidos, China y algunos otros países. A pesar de sus dificultades económicas y los embargos internacionales, ha logrado invertir en esos programas específicos, sin duda.
América Latina, ¿entre Irán y Rusia? Venezuela y Nicaragua, bases iraníes y rusas, ¿riesgo para Latam?
-Tracemos un puente entre Irán y América Latina. Usted mencionó a Venezuela y a Nicaragua. Está la cuestión ideológica que bien detalló pero también se refirió al establecimiento de bases en Venezuela. ¿En qué sentido esas bases pueden representar un riesgo para América Latina? ¿Qué poder militar y de acción tienen?
-La verdad es que no se sabe mucho todavía. Han ido desarrollando la capacidad de introducir armamentos específicos en Venezuela y compartir espacios. No digo que los rusos y los iraníes hacen exactamente lo mismo, porque no están totalmente unidos. Pero sí comparten una perspectiva ideológica, una visión del mundo muy antidemocrática, muy anti Estados Unidos, muy anti Israel. Y en esos espacios donde confluyen los mismos intereses, hay una cooperación específica. Hace rato que Irán ha metido a su gente en Venezuela para desarrollar una capacidad de contraataque hacia Estados Unidos y Occidente, si fuera necesario. En este momento, el peligro real es que con la decapitación del liderazgo iraní, en Irán busquen salidas extraterritoriales para responder. Sería el peligro mayor.
-¿Eso implica la salida de Irán de jerarcas militares y políticos hacia Venezuela o implica activar células que ya están presentes en Venezuela para responder a las decisiones que tome militarmente Estados Unidos?
-Es activar las redes que tienen y aumentar la capacidad. Ahí viene la importancia de la alianza con Rusia: en ese punto, es donde Rusia, si toma la decisión, puede apoyar más fácilmente, especialmente en el territorio de Nicaragua porque Rusia tiene tropas en Nicaragua. Y en Nicaragua, Rusia también cuenta con capacidad tecnológica de intervención y de vigilancia electrónica muy avanzada. Cuentan con eso si quisieran apoyar a los grupos aliados de Irán en una contraofensiva hacia Estados Unidos dentro del hemisferio. Hay que entender que las estructuras y las redes que armó Irán con Hezbollah hace muchos años en América Latina, desde los años 90, siguen activas. La necesidad de activar o desactivar depende de la realidad política y económica en cada momento, pero las redes siempre han existido. Cuando hay una necesidad urgente, tienen la capacidad de activarlas desde Irán. Sin embargo, hoy no me queda claro si es posible porque han decapitado tantos líderes en Irán. Pero sin dudas ése sería el peligro mayor.
Rusia puede apoyar más fácilmente en Nicaragua porque ahí tiene tropas en Nicaragua y capacidad tecnológica de intervención y de vigilancia electrónica muy avanzada
Hezbollah en América Latina, ¿latente pero con chances de ponerse en acción? El riesgo de “objetivos blandos”
-Uno de los análisis que se viene haciendo en relación a la capacidad de Irán de responder a los ataques israelíes y eventualmente, a una alianza bélica más activa con Estados Unidos, plantea que Irán tiene una crisis en distintos sentidos dentro de su territorio. Pero además, hay un debilitamiento de sus famosos proxies, por ejemplo, Hezbollah, que quedó muy golpeado el año pasado por la estrategia de espionaje de Israel con los pagers y el asesinato de su líder (Hassan) Nassrallah. Hezbollah no está interviniendo activamente en el conflicto actual entre Israel e Irán. Según medios especializados internacionales, Hezbollah no quiere intervenir y se siente frustrado por la falta de apoyo de Irán ¿Cuán activo puede estar Hezbollah en América Latina?
-Igual que las redes de Irán, las redes de Hezbollah siguen existiendo. No tengo respuesta sobre cuán activos pueden estar porque como usted bien dice, fueron totalmente golpeados y están muy debilitados y frustrados con Irán. Irán no pudo responder en el momento porque tampoco tenían la capacidad. Ahora, es todavía más probable que no tenga una capacidad alta de responder en apoyo a Irán simplemente porque han aniquilado esas fuerzas. Si logran establecer algo, va a ser una guerra asimétrica, golpeando a objetivos blandos donde puede haber muchas víctimas, como lo que ustedes vivieron en la Argentina con los ataques de AMIA, pero no va a ser un enfrentamiento militar. Va a ser una guerra asimétrica donde buscan golpear tecnológicamente o a objetivos muy blandos de civiles, de Estados Unidos o de Israel o de otros. Pero no cuentan con la capacidad de armar una ofensiva militar en la región.
Brasil con Lula no ha tomado la visión de que Irán es un país terrorista que patrocina el terrorismo del Estado. En ese contexto, es mucho más fácil el movimiento de esos grupos
-Es inquietante su referencia a “objetivos blandos”. Está hablando de objetivos civiles, políticos, por ejemplo. Usted los concentra en aquellos que estén vinculados con intereses estadounidenses o con intereses de Israel o, eventualmente, de la comunidad judía.
-Sí, obviamente. Para Rusia, la amenaza mayor es Estados Unidos, no es Israel. Pero para Irán, la amenaza mayor en este momento y por razones obvias, es Israel. Ellos ven una combinación de factores que pueden llevar a ataques. Saben que responder y atacar a Estados Unidos traería un nuevo frente de guerra que no necesitan. Pero no responder implica aceptar un debilitamiento terrible. Irán está en esa encrucijada, entre tener que hacer algo pero no saber qué hacer. No es tan claro lo que podrían hacer y si quieren realmente meter a Estados Unidos en la lucha, lo que implica muchas cosas para Irán. Hay una discusión fuerte. Pero si efectivamente se dan ataques, va a ser una guerra totalmente asimétrica, no una guerra frontal.
Argentina, de los atentados de los 90 al alineamiento Milei Israel. ¿Aumentan los riesgos en seguridad?
-La Argentina fue víctima de atentados en la década del ´90, de la AMIA y el de la Embajada de Israel, que dejaron una huella imborrable para los argentinos. La preocupación resurge cada vez que suceden conflictos en el Medio Oriente. A ese antecedente de una Argentina que está en la mira de Irán, se suman otros datos. El año pasado, la justicia argentina determinó que Irán fue parte de ese ataque terrorista. Es decir, Irán es identificado como un Estado terrorista. En la Argentina también está clara la responsabilidad de Hezbollah como organización terrorista. Todo estos antecedentes, en este contexto actual, ¿ponen a la Argentina en el campo de visión de Irán y de Hezbollah si se activa esa red en América Latina?
-Lógicamente, sí porque ya están establecidos en la Argentina. Han hecho base desde hace tiempo. Lo que ha cambiado en la Argentina es que ahora la Argentina reconoce la amenaza de Irán que durante muchos años no reconocieron, bajo los gobiernos anteriores, donde eran muy aliados de Rusia y coqueteaban siempre con Irán, buscando acuerdos bajo agua como el gobierno de Kirchner en los años pasados. Hoy las circunstancias internas argentinas son muy distintas para Irán. Antes tenían sus grupos aliados en el asesinato de Alberto Nisman, que era amigo mío, y en otras acciones. Eso puso en evidencia que sí tienen cierta capacidad. Pero ahora el Estado argentino está respondiendo. Hay otro lugar donde están muy fuertes, Brasil, donde tienen una presencia muy fuerte y notable. También en Chile. Hay otros países que podrían ser blancos, que no están poniendo la atención que pone la Argentina en este momento, aunque sin negar la posibilidad de que Argentina sea otra vez un objetivo.

-El presidente Javier Milei ha sido muy claro en su apoyo a Israel y en su relación emocional con esa nación y con la comunidad judía. Gran parte de nuestra población concibe a la Argentina como una especie de refugio de la comunidad judía, donde no ha tenido que enfrentar desafíos a su seguridad, por lo menos en el conflicto de los últimos meses en el mundo comparado con lo que se ve en Estados Unidos y los riesgos para la comunidad judía. Eso no pasa en la Argentina y hay un orgullo por esa cuestión. Este apoyo de Javier Milei a Israel tan abierto, este alineamiento tan fuerte que incluye visitas a Israel y encuentros con Netanyahu, más allá de que el Estado argentino esté alerta en relación a Irán y a su brazo terrorista Hezbollah, ¿pueden hacer crecer el riesgo de un mayor interés de Irán y Hezbollah por atacar a la Argentina?
-Diría que sí. Siempre buscan golpear a los países que apoyan a Israel y que ellos ven como enemigos. Es importante reconocer que desde los años ´90, Irán y Hezbollah han tenido redes activas en la Argentina que no se han logrado desarticular, a pesar de que han pasado años desde AMIA. Es factible que se reactive esa red. Pero para ellos, el factor de riesgo es un poco más grande de lo que era antes porque la Argentina toma en serio estas amenazas, cosa que no hicieron anteriormente. Pero volvemos a cómo va a reaccionar Irán: depende de su capacidad y de sus intereses. En este momento, atacar un tercer país sería un llamado al resto del mundo a apoyar a Israel y a posicionarse más fuerte contra Irán. Están conscientes de eso. No hacer nada y tener un Presidente argentino apoyando abiertamente al enemigo y dando refugio a la comunidad judía israelita en la Argentina también es un problema para ellos: ese apoyo se da de forma muy abierta y deberían golpear con lógicas de guerra. Pero en este momento, están súper ocupados con lo que pasa en Teherán y en Irán. El peligro real vendrá en unos meses cuando se vaya calmando, ojalá, la situación en Irán. Cuando tengan tiempo para pensar, para armar, para rearmar las estructuras y ver sus opciones.
De Argentina a Brasil y Chile. ¿Cuál país está en mejores condiciones de responder a riesgos de Irán y Hezbollah?
-Usted señala un costado optimista: que el Estado argentino ha aprendido que Irán y Hezbollah representan un riesgo existencial para la Argentina y reconoce el riesgo de que se vuelvan a dar estos ataques. Está esa conciencia pero la gran pregunta es: ¿cuán preparados están los Estados en América Latina, por ejemplo, la Argentina, para prever estos ataques y para intentar contenerlos? Le planteo un caso muy concreto que se dio en la Argentina este año y generó gran debate. Es el caso del entonces vicepresidente iraní Shahram Dabiri, que ingresó a la Argentina en marzo de este año con una visa de turista, aduciendo que era un médico, junto con su esposa y pasó quince días a la Argentina sin ser detectado por las autoridades argentinas. Había tramitado su visa en la embajada argentina en Teherán diciendo que era un médico sin declarar su función real como vicepresidente iraní y pudo entrar a la Argentina como turista. Generó un cuestionamiento de la oposición y reclamos también desde el Congreso por esta idea de “la frontera como un colador”. Como usted señala, la Argentina es consciente del riesgo de Irán y de Hezbollah pero siguen pasando estas cosas. ¿Cuán preparado está un país como la Argentina para detectar con anticipación el riesgo de un ingreso crítico de células terroristas de Hezbollah o de Irán?
-Ustedes sabrán mejor que yo la situación de la Argentina. En toda la región hay una falta de capacidad muy importante para detectar esa posibilidad. Y en ciertos casos, también hay una falta de voluntad política. Es más problemático porque tienen la opción de usar como países terceros a Venezuela, Nicaragua o Bolivia para evitar controles. Hay que reconocer que ninguno de los países que he visitado en los últimos años tienen una alta capacidad de detectar y de frenar estas actividades. El primer paso es ser consciente de que existen, y ustedes ya dieron ese paso. Los siguientes pasos son de visas. Uno de los problemas es que Estados Unidos ha retirado apoyo en América Latina tanto a los servicios de inteligencia como al entrenamiento. Dejará un vacío muy grande por el hecho de recortar todos los recursos que fluyen hacia América Latina. Va a ser un desafío mucho mayor para los países de la región enfrentar estos riesgos casi solos. Hay aliados europeos y de otros países que quieren y pueden aportar, pero no con el nivel de recursos que tenía Estados Unidos. Eso va a causar un vacío, va a dejar un espacio en el potencial de blindarse de esos ataques.
-Mencionó el caso de Chile y de Brasil. Enfoquémonos por unos minutos en Brasil. ¿Por qué está creciendo el riesgo de la presencia de Hezbollah y cuáles son esos riesgos?
-Brasil tiene una diáspora muy grande, con años de presencia de los grupos de Hezbollah en Brasil. Y la administración de Lula ha tenido una relación sino amigable, sí bastante abierta con Irán. No han tomado la visión de que Irán es un país terrorista que patrocina el terrorismo del Estado. En ese contexto, es mucho más fácil el movimiento de esos grupos. En Chile es igual. Hay una comunidad muy grande. Hemos estudiado las redes de desinformación. Hay muchos influencers de Irán muy importantes que viven en Chile. No están ahí con la comunidad palestina que nace allá. Hay personas específicamente, según muestran las investigaciones, que trabajan en la actualidad tanto para RT (NdelE: cadena de televisión rusa) que es de los rusos, como con HispanTV, la red de los iraníes: hacen los mismos reportajes para los mismo medios y después crean una serie de ecos en redes sociales y en los periódicos como si fueran dos cosas distintas, cuando es la misma persona que da la información en dos plataformas distintas. Ahí se ve la alianza rusa iraní en los medios, en las redes de desinformación, que son muy grandes. Tienen capacidad de distorsionar las noticias de una manera muy fuerte, por ejemplo, en cuanto a la realidad de los ataques en Irán y otras realidades que se dan en la región. Esos países han sido más susceptibles a esa presencia por la visión en relación a Irán: creer que es un país normal dentro de la comunidad internacional de naciones. Es obvio hace muchos años que Irán es un Estado que patrocina el terrorismo.
-Se podría pensar que ese posicionamiento ideológico con la presencia fuerte de comunidades iraníes, tanto en Brasil como en Chile, se queda en el campo ideológico. Pero usted dice que eso es la punta del iceberg de un Estado chileno o brasilero que baja la guardia ante posibles infiltraciones de células terroristas o de figuras vinculadas con el terrorismo de Hezbollah y de Irán.
-Hay que ser cuidadoso: no creo que ni el Gobierno de Chile ni el Gobierno de Brasil patrocinen el terrorismo.
-Me refiero a que bajaron la guardia en el sentido de que están como distraídos.
-Están como distraídos. Se puede dar un proceso parecido al que vimos en Ecuador durante la época de Rafael Correa, cuando se declaró la ciudadanía universal: todo el mundo podía entrar sin visa. En esos diez años de Correa, centenares sino miles de iraníes que hacían sus visitas al resto de la región entraron por ahí porque era la parte más débil por donde ingresar. Es como el agua corriendo hacia abajo: buscan la manera más fácil de llegar. Si ven huecos en Chile, van a ir por Chile. Si ven huecos en Brasil, van a ir por Brasil. Si ven huecos en Estados Unidos, van a ir por Estados Unidos. Es lógica: no se trata de apoyo de esos país sino de no compartir la visión de Irán como Estado que patrocina el terror y en cambio, tratar a Irán como un país normal dentro del mundo de las naciones.
Tráfico ilegal y financiamiento a Hezbollah. ¿Del narco a los cigarrillos?
-Dos preguntas finales. Por un lado, el rol del narcotráfico internacional. En la Argentina, la Triple Frontera y también la frontera de todo el norte argentino en general, es una preocupación en términos del narcotráfico. ¿Cuál es el vínculo de Hezbollah e Irán con el narcotráfico? Se habla de que hay una fuerte producción de droga y un lavado en la Triple Frontera. ¿Esto es así y sigue vigente como fuente de financiamiento para el terrorismo tanto de Irán como de Hezbollah?
-Hay que ampliar el enfoque. Es el narcotráfico, obvio, pero son las economías ilícitas en general, todo lo que se mueve en términos de contrabando de cigarros, de electrodomésticos: ellos sacan provecho de esas economías ilícitas y el lavado de estos grupos. Se da no sólo en la Triple Frontera, cuya importancia ha bajado un poco porque ahora tienen la capacidad de lavar directamente. en Venezuela o en Nicaragua. La Triple Frontera es importante pero no creo que sea el eje como lo era hace diez años. Sin embargo, hay casos muy concretos de elementos de Hezbollah comprando y vendiendo cocaína a través de las Farc en Colombia y vendiendo en mercados internacionales. Está comprobado hace muchos años y también, con casos muy recientes. El narcotráfico sigue siendo parte de ese esquema de financiación pero hoy ganan mucho dinero en el contrabando de cigarros desde Paraguay al resto del continente: hoy mucho de eso pasa por la Triple Frontera, mucho pasa por Paraguay, llega a Chile, llega a todo el continente. Otras economías ilícitas se suman a ese esquema, y el narcotráfico tal vez ni siquiera es la mayor fuente de financiamiento. Quizás ni siquiera es la más importante porque son oportunistas: son hombres o mujeres de negocio que ven dónde pueden sacar provecho, dónde pueden lavar dinero y cómo enviarlo de regreso a Irán si fuera necesario. El narcotráfico es importante, pero todas las economías ilícitas son importantes para Hezbollah.
Hamas. ¿Otro riesgo en América Latina?
-Última cuestión: está el tema de Hamás, que para la Argentina es una organización terrorista. ¿Cuán presente es el riesgo de que Hamas produzca un atentado en la Argentina y en la región dado este nuevo mapa global?
-Es interesante la pregunta. Todavía no sé cómo analizar ese punto porque Hamas viene del lado sunitas y Hezbollah, del lado chiita. Siempre han tenido sus discrepancias internas religiosas. Pero también es cierto que Osama Bin Laden se entrenó con Hezbollah, que es chiita. Está la capacidad de cruzar esas fronteras ideológicas. Hamas no ha tenido presencia en las diásporas de palestinos y turcos en la región. No han tenido esa capacidad de aglutinar gente. Pero que son importantes, son importantes. También han sufrido mucho con la invasión en Gaza: también están muy debilitados. Es un poco temprano para tratar de adivinar cómo pueden reaccionar. En tal caso, no va a ser una reacción de la escala ni con la capacidad de Hezbollah, pero ahí todo dependerá de cómo ven sus intereses entre los chiitas y los sunitas: ahí va a estar la respuesta.