Asechanzas
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Avanzan ambos con paso decidido. El hombre, con el rostro desencajado en un gesto que exhibe su incomodidad ante un sol que le pega de lleno. El abanico no parece estar surtiendo demasiado efecto. A su lado, probablemente se encuentre una mujer. Difícil confirmarlo porque su rostro está oculto tras un paraguas. Si bien caminan a la par, pueden conocerse o ser completos extraños, solo unidos por la necesidad de defenderse de las altas temperaturas. Comparten un elemento con el cual darse alivio y, más importante aún, protección. Son miles las acciones que realizamos constantemente los seres humanos en pos de protegernos, de evitarnos daños, algunos mínimos y otros que atentan contra nuestra supervivencia. Dichosos aquellos que cuentan con lo pertinente para evitar los males que acechan o al menos para atemperarlos. Ojalá esa suerte fuera compartida por todos.
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