Brillos de antaño, deleite de hoy
Expo Antiquaria 2001, en su nuevo emplazamiento en el Palais de Glace, mostrará las mejores piezas que están en oferta en el mercado local. Una oportunidad única para coleccionistas, pero también para el público en general
La realización de esta tercera edición de Expo Antiquaria 2001, en el contexto actual de la situación económico-social de nuestro país, es además de una clara manifestación de optimismo una prueba de confianza en su producto por parte del grupo de operadores que la auspician.
Hacer referencia aquí y ahora a la condición de "valor-refugio" que desde hace siglos se les otorga a las obras y objetos de arte podría resultar redundante. Sin embargo, más que oportuno parece ser el recordarlo a la luz de los avatares que en estos momentos agitan y enturbian la vida nacional.
Fue en agosto de 1966, hace ya 35 años, cuando la hoy desaparecida Asociación Argentina de Anticuarios y Galerías de Arte convocaba a una primera muestra de este tipo en los salones del flamante edificio Brunetta, en la esquina de la avenida Santa Fe y Suipacha. Integrada en los fastos conmemorativos del sesquicentenario de la Declaración de la Independencia, la exposición cautivó a los porteños y demostró que el nivel del anticuariado local permitía realizar con solvencia este tipo de acontecimientos, que hasta ese momento parecían exclusivos de los grandes centros del comercio internacional de arte.
Veinte años más tarde, la infatigable Asociación de Amigos del Museo Nacional de Bellas Artes abría un inolvidable ciclo de manifestaciones que, en diversos escenarios y bajo distintos rótulos, fue reiterando año tras año la presencia de las mejores expresiones del arte en plaza. A la hora del relevo, tocó el turno en 1999 a la Asociación Argentina de Anticuarios, que hoy preside César Feldman. A partir de entonces Expo Antiquaria sostuvo en la agenda de los sucesos más prestigiosos de Buenos Aires el encuentro anual del arte y las antigüedades con ese público que le es tan adicto como fiel. Más de veinte mil visitantes coronaron la pasada edición, estableciendo una marca que este año se intentará superar a partir del próximo viernes 31. Para eso, unos cincuenta expositores, representantes de lo más granado del mercado de arte y antigüedades, ya han alistado sus brillos más altos para exponerlos hasta el martes 4 de septiembre en las salas del Palais de Glace.
Muebles y otras atracciones
Favoritas de los porteños, las mejores piezas de mobiliario se constituyen en las vedettes indiscutidas de estos salones. De predecibles orígenes inglés o francés, italiano u holandés, e incluso más raros ejemplares rusos y americanos, ocupan los muebles los sectores de privilegio en los diversos stands. Reservados para las casas especializadas, los muebles de nuestro pasado colonial atrapan con el tono oscuro y mate de las maderas autóctonas, y son el sustrato ideal para los reflejos de la platería vernácula.
La negativa incidencia del obsoleto impuesto a los objetos suntuarios, resucitado más por necesidades políticas que por su irrelevante aporte a las arcas públicas, ha puesto en entredicho la dinámica propia de las operaciones que tienen como eje tanto la platería colonial y criolla como las piezas de procedencia europea. Este distorsionante gravamen alcanza también a la joyería, las alfombras y tapices, los cristales, marfiles y piezas talladas en piedras duras, rubros estos que, a pesar del impuesto, también estarán ampliamente representados en Expo Antiquaria 2001.
Los objetos de colección, de la funcional modestia de bastones o abanicos a la suntuosidad de porcelanas orientales o platerías del siglo XVIII, constituyen un universo específico que encuentra en la persona del coleccionista el interlocutor válido para un diálogo que no cesa. Quien ha sido tocado por esta gracia indefinible, sabe de la imposibilidad de resistirse al llamado de la pieza anhelada, conoce de sacrificios inexplicables a ojos profanos, y es un veterano experto en la búsqueda y captura de esos espléndidos objetos de su deseo. También los coleccionistas tendrán en esta muestra la ocasión de ejercitar su permanente vocación de pescadores de perlas, en un ámbito que concentrará lo mejor de la oferta de una plaza que conoció tiempos de singular expansión. Se suman a este especial convite de objetos de arte obras de pintura argentina, rioplatense y europea, que serán para el espectador -y eventual comprador- un atractivo más de esta tercera edición convocada por la Asociación de Anticuarios con la organización de Pichon Riviére y Asociados. Para el público en general, ese que presta permanente atención a las convocatorias de interés, Expo Antiquaria se presenta como una ocasión ideal para abrir sus horizontes a todo un universo de nuevas sensaciones.
En este sentido, resulta doblemente oportuno el actual emplazamiento en las Salas Nacionales de Exposición, más conocidas como Palais de Glace, en el estratégico triángulo de las artes comprendido por el Museo Nacional y el Centro Cultural Recoleta.
(Expo Antiquaria 2001 - III Exposición Internacional de Arte y Antigüedades. En el Palais de Glace, Posadas 1725, del 31 del actual al 4 de septiembre, de 15 a 22 hs.)
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