
Delirante comedia negra
DELICIOSO SUICIDIO EN GRUPO Por Arto Paasilinna-(Anagrama)-Trad.: Dulce F. Anguita-271 páginas-($ 70)
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¿Cómo contar la historia de un grupo de desesperados que viaja en micro a través de Europa buscando un acantilado lo suficientemente alto y tentador como para arrojarse al vacío? ¿Cómo lograr además que semejante relato acabe reconciliando al lector, sin sentimentalismos ni golpes bajos, con el preciado bien que esta gente -vaya paradoja- rechaza con parejo y sostenido entusiasmo?
La respuesta la tiene Arto Paasilinna, escritor finlandés que en Delicioso suicidio en grupo se atrevió a abordar con saludables dosis de humor e ironía un fenómeno trágico que, según las estadísticas, adquiere en su país la categoría de drama social. Narrada con pulso firme y sin preciosismos, la novela es un buen ejemplo de cómo el absurdo llevado con rigor hasta sus últimas consecuencias puede no sólo despertar la risa sino también iluminar ciertas pulsiones primarias de los hombres.
El disparate comienza cuando Oni Rellonen, un comerciante en quiebra cuya vida conyugal está en etapa terminal, entra a un granero apartado decidido a pegarse un tiro. Allí encuentra al coronel Kemppainen, viudo sin consuelo, trepado a una banqueta y con la soga echada al cuello. Tras neutralizar mutuamente sus intenciones, ambos terminan intercambiando sus historias, y esa intimidad inesperada, alentada por unas copas de cognac, los lleva a considerar la convocatoria de todos los aspirantes a suicida de Finlandia para conducirlos a una "muerte digna", sin inútiles derramamientos de sangre y racionalizando gastos, pero sobre todo para pasar los últimos días "disfrutando de la vida".
Allí queda planteada la tensión sobre la que se construye la novela. El abandono de toda esperanza que implica la voluntad de morir y la aceptación refleja de un buen momento de compañía o de placer que activa la afirmación de la vida representan un choque de fuerzas que hará progresar la acción y al que Paasalinna le sacará todo el jugo posible.
"¿Estás pensando en suicidarte? No te preocupes: no estás solo. Intentémoslo juntos", invita el aviso clasificado que los dos amigos publican en el diario, por el que reciben 600 cartas. Organizan una asamblea de suicidas en los sótanos de un gran restaurante de Helsinki y allí, tras dar cuenta de un generoso menú regado con buen vino y champagne, un grupo de sesenta "radicales" se niega a desconcentrarse y pone su vida -su muerte, más bien- en manos de Rellonen y Kemppainen. Alguien aporta un micro último modelo y la historia se convierte entonces en una suerte de road movie demencial en la que, sin abandonar el relato puro y duro, Paasilinna reflexiona con bienvenida incorrección política sobre temas como la amistad, el amor y la muerte.
Otros contrasentidos entran a reforzar el absurdo: la soledad y el aislamiento que supone la idea de acabar con la propia vida se vuelven de pronto celebración participativa, y una voluntad que suele resolverse en un solo gesto definitivo se despliega en cambio en una planificada empresa. Esa dilación dejará un resquicio por donde se colará la imprevisión de la vida, que, ya se sabe, sopla donde quiere; incluso sobre la muerte "colectiva y feliz" que anhelan los tripulantes de ese tour insólito que rodará primero al cabo Norte de Noruega, luego a Suiza y, finalmente, al cabo San Vicente, en Portugal, tras pasar por Francia y España.
Cada uno de esos pasajeros carga con su historial de penuria y sufrimiento, y Paasilinna se asoma a algunos de ellos para trazar personajes de perfil caricaturesco que resultan funcionales al tono de comedia negra que adopta el relato. Esa ácida distancia con la que los sigue el autor no inhibe un tratamiento compasivo hacia sus criaturas, en una mirada que por momentos se acerca a la del norteamericano Richard Brautigan.
Si algo se le puede reprochar a la novela es la reiteración de algunas situaciones que, si bien eficaces, pierden fuerza cuando provocan en el lector efectos ya experimentados en páginas anteriores. Eso no desmerece los méritos del autor, entre ellos haber dotado de verosimilitud a una historia cuyo planteo parece a priori improbable y descabellado; y, más aún, haber sabido aprovechar el potencial dramático allí cifrado.
Ex guardabosque, ex periodista, ex poeta, Arto Paasilinna nació en 1942 en Kittila, Laponia, y es hoy uno de los escritores más celebrados por los finlandeses. Con más de treinta títulos publicados y traducido a unos veinte idiomas, en los años noventa su nombre empezó a circular en Francia e Italia. Con una digna traducción, aunque sembrada de términos ajenos al lector argentino, Delicioso suicidio en grupo llega al país después de El molinero aullador y El bosque de los zorros .
A Paasilinna, que desliza en esta novela una crítica a la sociedad opulenta de consumo y un voto de confianza en la posibilidad de comunicación humana, se le ha adjudicado la invención de un género: la novela de humor negro ecológico. Vena satírica no le falta. Y hay que decir que, más allá de sus efectos estrictamente literarios, ese humor entre ácido y tierno que despliega en la novela reconforta el ánimo.



