Denuncian a un profesor de literatura en Mendoza que dio a leer a sus alumnos de quinto año fragmentos de “Cometierra”
El colegio Corazón de María y un grupo de padres llevaron a la justicia el caso del docente, que apartaron de su cargo, por haber incluido en su clase contenido “pornográfico”; se trata de la reconocida novela de Dolores Reyes, que en 2025 tendrá su estreno como serie
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MENDOZA.- Un profesor de Literatura de un colegio privado y católico mendocino fue denunciado penalmente y apartado provisoriamente de su cargo por hacerles leer y comentar a sus alumnos de 5° año diversos párrafos de Cometierra, la exitosa novela de la escritora argentina Dolores Reyes sobre la problemática de los femicidios, que tendrá su correlato audiovisual en formato de serie en 2025 plataforma Amazon Prime, con dirección de Daniel Burman. Una escena de sexo fue la que despertó la polémica. El caso, que se conoció esta semana, abrió varios interrogantes que van más allá de ideologías y religiones.
Según la denuncia de los padres y estudiantes de 17 y 18 años del Corazón de María, el docente J. V. obligaba a las chicas a pasar al frente a leer pasajes del libro “pornográfico”, como lo definieron, y contar qué sentían. Entre esos fragmentos que leyeron las alumnas ante sus compañeros, un párrafo los escandalizó. “Sacó su pija por encima del bóxer y me la acercó a la boca. Me dejé llevar a un beso tan suave como si lo que besaba fuese una lengua. Le bajé el bóxer del todo. La piel que tocaba me gustaba. Podía apretarla con los labios mientras la pija jugaba en mi boca y se iba hundiendo”, escribió la autora. “Ezequiel me miró chupar y yo también lo miré a él. Me agarró la cabeza con las dos manos. Mantuvo un rato la presión, hasta que en un movimiento sacó su pija de mi boca y sus manos buscaron mi cadera. Me llevó hacia él. Yo me tendí y abrí las piernas”, dice el fragmento que exasperó a las familias.
Sin embargo, el controversial hecho, que llegó a la Justicia provincial, está lejos de avanzar en la conformación de un delito en concreto, según explicaron a LA NACION fuentes de los tribunales locales. En este sentido, se pone más el ojo en el control y las decisiones del colegio con el contenido que impartía el educador, con diez años de antigüedad en la escuela y con fueros sindicales, que en la posible imputación de una acción por fuera de la ley penal, como puede ser “corrupción de menores”.
Aun con la presentación judicial que hizo la institución contra el docente para que se condene su accionar, además de separarlo de su puesto, diversas fuentes consultadas por este diario coinciden en la responsabilidad del establecimiento con su plantel y los contenidos pedagógicos que imparte. También hay voces que indican que se trata de un hecho de “persecución y ensañamiento” contra el profesor que utilizó en sus clases una novela reconocida.
“Es una cuestión administrativa del colegio, que debería haber tomado medidas y revisar el contenido bibliográfico. Los padres hacen el reclamo, pero no se ha podido encuadrar en un delito. El profesor está denunciado, no acusado; la figura hoy es de averiguación-hecho; y difícilmente se pueda avanzar con algún delito penal. Hay literatura de autores consagrados con más contenido explícito que este caso. Es más: qué música escuchan hoy también los chicos de colegios católicos, ¿sólo clásica?, qué acceso tienen con el celular a la pornografía”, se preguntaron, hasta con cierta ironía, en la Justicia mendocina ante la consulta de LA NACION, haciendo hincapié, en todo caso, en la falta de vigilancia que tuvo el colegio sobre los contenido y tratamiento de ciertas temáticas sociales, algunas de ellas aún tabúes en ciertos ámbitos.
En tanto, desde el gobierno escolar se mantienen pendientes del caso, aunque tomaron distancia de la denuncia en particular y el futuro del profesor. “La Dirección General de Escuelas (DGE) está atenta al hecho, pero no tenemos injerencia en la situación del docente”, se limitaron a explicar.
Antecedentes
No es la primera vez que este tipo de hecho sucede en el país. La propia Reyes declaró que “todas fueron experiencias interesantes”. Vale recordar que a mediados del 2022, un grupo de padres del colegio privado Pablo VI de Neuquén alzaron la voz ante los directivos. “Un relato de una primera relación sexo-afectiva no es pornografía y en todo caso, son los pibes lo suficientemente aptos y lúcidos para emitir sus propios juicios acerca de lo que leen”, había comentado la autora de Cometierra (Sigilo, 2019), que el año pasado publicó una segunda parte, titulada Miseria (Alfaguara).
En tanto, desde el colegio, más allá de la decisión interna, buscan que la Justicia avance. El apoderado legal y el abogado de la institución, Gonzalo Segovia y Juan Rocuzzo, respectivamente, defendieron la presentación de la denuncia penal y cuestionaron al profesor por la forma en la que analizó el contenido del libro con los estudiantes. “Los alumnos le habían expresado a sus padres que se habían sentido muy incómodos al tener que ser evaluados en estos temas teniendo que expresar no sólo lo que los textos decían sino además cuáles habían sido sus sensaciones”, indicó Segovia. En ese sentido, Rocuzzo expuso: “Hubo un ocultamiento del material educativo. El profesor en los múltiples textos que le dio a sus alumnos los hacía googlear, los hacía pasar al frente. Sobre todo a las chicas y les preguntaba por textos de sexo explícito. Los exponía delante de todos sus compañeros”. Asimismo indicaron: “El problema surge por la clandestinidad de los textos que el profesor le daba a los chicos. No estaban declarados en la bibliografía. El problema no viene sólo por la novela Cometierra; hay innumerables textos”, indicó Rocuzzo, considerando que hubo “abuso de poder” del profesor y que se busca “proteger la integridad de los estudiantes, varios menores de 18 años; además de su condición de mujeres vulnerables”.
Desde el colegio emitieron un comunicado: “El docente ha sido suspendido de manera provisional, prohibiéndosele el ingreso al establecimiento y cualquier tipo de contacto con los estudiantes, ya sea por medios físicos o electrónicos”. A la espera de lo que se determine también con los fueros sindicales, en la escuela ya han tomado la decisión de que el docente no vuelva a pisar el establecimiento.
Desde la sede regional del Sindicato Argentino de Docentes Privados (Sadop) denunciaron un “ensañamiento con el docente” y “persecución ideológica”. Consideran que estaba cumpliendo con su trabajo, sobre temas que preocupan al estudiantado. “¿A cuanto estamos, en pleno 2024, de que a alguien le surja el reflejo de prohibir libros? En este caso, un título nacional traducido a varios idiomas”, recalcaron. “Defendemos la educación como un espacio de reflexión con sentido crítico, y defendemos a los educadores abocados a ella”, concluyeron.
En junio de 2022, en San Juan, apartaron de su cargo a un profesor de teatro por leer en clase un cuento de Hernán Casciari. El docente había dado a alumnos de segundo año una versión abreviada del relato “Canelones”, cuya versión completa un grupo de padres consideró “pornográfico”. La rectora de la institución expresó en ese momento: “Están haciendo una caza de brujas”.
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